La noche del pasado jueves 18 de noviembre, el Teatro Real celebró la cuarta edición de su tradicional Gran Gala Anual benéfica, donde se dieron cita personalidades del ámbito de la cultura, la aristocracia y las finanzas, para disfrutar de un espectáculo de flamenco y ópera y una cena elaborada por el chef Ramón Freixa.
Una velada muy especial en la que las invitadas dieron una lección de estilo, convirtiendo su llegada en todo un espectáculo. Una vez más, Isabel Preysler acaparó todos los flashes, con un vestido de encaje en tonos beis, de Tot-Hom; pendientes de Bulgari, y abrigo de piel en los mismos tonos. Poco a poco, va retomando el pulso de su vida pública tras la muerte de su madre, Beatriz Arrastia, y, en esta ocasión, no quería faltar a su cita con la ópera junto a Mario Vargas Llosa.
También despertó una gran expectación la duquesa de Huéscar, cuyo estilo se ha convertido en uno de los más admirados. Acudió junto a su marido, Fernando Fitz-James Stuart, con un vestido asimétrico con corte sari, de Jan Taminiau, uno de sus diseñadores de cabecera, y pendientes de Mikana.
Sofía Palazuelo brilló, con un vestido asimétrico de corte sari, junto a Fernando Fitz-James Stuart, con quien acaba de celebrar su tercer aniversario de boda
Tampoco faltaron a la gala Myriam Lapique, Xandra Falcó, Silvia Gómez-Cuétara y el empresario Juan Antonio Pérez-Simón y José María Michavila con su mujer, Alejandra Salinas, entre otros.