Hay indicios inequívocos de la existencia de fenómenos paranormales en las residencias de los reyes suecos ¡Que se lo digan a la reina Silvia! Merodean por Drottningholm , donde viven desde 1981; y, también, por el Palacio Real de Estocolmo que ayer recibía de gala a los reyes Felipe VI y doña Letizia en la primera visita de Estado de España a Suecia, en cuatro décadas.
“Las habitaciones se enfrían mucho, hasta en verano, y las puertas de los armarios se abren y se cierran, como ocurre cuando, en el mejor de los casos, “fantasmas muy amistosos y muy amables”, te hacen compañía en casa”. Lo confesó la propia Soberana en un documental de la televisión pública sueca. Ella y su marido conviven con “pequeños amigos... fantasmas”. “Es muy emocionante, pero no, no te dan miedo. Es nada más que a veces tienes esa extraña sensación de que no estás solo”.
Drottningholm, que significa ‘Islote de la reina’, fue construido por encargo de Juan III como regalo a su esposa, Catalina Jagellón, en 1580, cuando ya eran Reyes de Suecia y, ahora, siglos después, recaen sobre ella todas las sospechas.
Felipe VI y doña Letizia no han pisado en este viaje el hogar de sus anfitriones, pero, entre el almuerzo privado y la cena de gala ofrecida en su honor, sí que han pasado muchas horas en la residencia oficial, el Palacio Real. Un lugar rebosante de vida y tesoros, pero también de espectros que se resisten a dejar sus aposentos.
El Hombre Gris (Grå Gubben), que es pequeño y lleva un manto medieval es más antiguo que el palacio -según los informes, ya vivió como Birger Jarl, en el castillo de las Tres Coronas, que se incendió en 1697- y suele merodear por la cámara donde Gustav Vasa guardaba su plata.
Le acompaña en sus pasos, la Dama Blanca. El famoso espectro es una mujer alta, de pelo oscuro y rasgos finos, que lleva en sus apariciones un vestido de seda blanco con cuello de encaje y guantes negros. Dicen que su nombre es Agnes de Orlamünde y que vivió en el siglo XIV. La razón de su eterna pena sería que hizo asesinar a sus hijos para casarse con el príncipe Alberto el Hermoso. La hermana de Oscar II, la princesa Eugenia contó en cartas y memorias que habían visto a la Dama Blanca y el personal de la Corte también han testificado sobre ella.
Cuando Oscar II se estaba muriendo fueron muchos los que pudieron vislumbrarla deambulando por los salones y, más recientemente, cuando la princesa heredera Margareta, primera esposa de Gustaf VI Adolf, abuelo y tutor del vigente monarca, agonizaba en 1920, la bandera fue bajada repentinamente a media asta sin que nadie diera órdenes. El recluta de la Alta Guardia, que fue enviado para descubrir qué había sucedido, volvió pálido. Había visto a la Dama Blanca allá arriba. Dos horas después, moría la Princesa heredera, a la que todos conocían como Daisy y era nieta de la reina Victoria de Gran Bretaña.
El rey Carlos Gustavo también tiene su experiencia de cuando murió su abuelo, Gustav VI Adolf. Se lo contó a Herman Lindqvist: “Mi hermana Christina y yo pasamos por la Galería Bernadotte de regreso a mi apartamento privado, después de la cena, cuando nuestro ayudante, en lugar de unirse a nosotros se fue al otro extremo del salón. En cierto modo, entró en trance. Le gritamos. Luego se zarandeó y murmuró algo sobre las luces.
Fue como un encantamiento y no se rompió hasta que lo llamamos… Como tantos otros, aquí en el castillo, he sentido cosas extrañas”.
La reina Silvia también tuvo su propia vivencia paranormal cuando estaba embarazada de la princesa Victoria. Escuchó sonidos extraños e inexplicables -golpes y choques- en el ático. Se asustó y llamó a Nenne Björnberg (la vieja niñera del rey), que todavía vivía en palacio. Asustadas convocaron a la Alta Guardia y entraron un oficial y dos reclutas armados. Los cinco volvieron a oír de nuevo aquellos ruidos. El oficial ordenó a uno de los soldados que protegiera a la Reina, mientras que Nenne Björnberg con los soldados buscaron a los ‘intrusos’ sin encontrar nada.
Los trabajadores de palacio hablan de los fenómenos inexplicables.
Escuchan suspiros, murmullos y pasos en habitaciones donde no hay nadie y, a veces, dicen, parece que alguien mueve muebles y abre puertas en estancias que saben que están vacías.
Muchas de las historias de fantasmas están relacionadas con el apartamento de invitados (piso Bernadotte) que se usa como residencia para los jefes de estado extranjeros y otros huéspedes distinguidos.
Cuando Juliana de Holanda fue invitada a dormir al palacio, se asustó tanto que se negó a pasar otra noche más y se fue a un hotel. Asimismo, y más recientemente, también se dice que una de las hijas de los reyes Abdalá y Raina de Jordania habría contado que una estatua del castillo había hablado con ella por la noche.
No se sabe si Felipe VI y doña Letizia creen o no en fantasmas, ni si están al tanto de los espectros que vagan por los palacios de los reyes de Suecia, pero, en cualquier caso, y quizá para ‘librarse’ de lidiar con espíritus, optaron por el Grand Hotel de Estocolmo como su lugar de descanso.
La reina visita hoy jueves, 25 de noviembre, la Biblioteca Bernadotte, con más de 100.000 libros -el más antiguo del año 1280-, una gran colección de música… Y, al parecer, una mano flotante que señala dónde deben colocarse los ejemplares que se mueven. Historia, literatura, leyenda y espectros, la combinación perfecta.