Ha pasado un mes desde que la inolvidable Concha Márquez Piquer falleció, fue el pasado 18 de octubre a los 75 años en Madrid. Su recuerdo sigue muy presente en la memoria de su familia que ha celebrado una misa funeral en su memoria en la capital. A la ceremonia asistieron su viudo Ramiro Oliveros, de 80 años, y sus hijas Iris y Concha, que señalaron que había sido una ocasión muy emotiva. “Ha sido muy emotivo” repitió Ramiro, comentando que su sobrino tocó el piano y que él leyó uno de los muchos poemas que había dedicado a su mujer. “Uno de los cientos de poemas que le escribí y creo que es muy bonito, a la gente le ha gustado, a mí desde luego me gusta y la define muy bien”. Iris, que llevaba una foto de su madre, comentó que la familia se apoya mucho y que están muy unidos. “La seguimos teniendo muy presente”. Concha también tuvo unas palabras llenas de cariño hacia la artista. “Ella se lo merecía todo, le hemos puesto toda el alma en organizarlo”.
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Entre quienes arroparon a la familia de Concha estaban la cantante Diana Navarro, que interpretó una pieza, y la periodista Nieves Herrero, que desveló algunos detalles de la despedida. “Diana Navarro ha cantado, ha sido de los pocos funerales que es emotivo no solamente porque se nos ha ido Concha, es que han hecho una belleza dentro de lo que es un funeral”. Comentó Nieves que sus hijas habían dicho unas palabras y que el poema de Ramiro fue “extraordinario”. “Se ha cantado Suspiros de España. Ha sido con la foto de Concha ahí todo el rato, parecía que estaba ella, ha sido muy emotivo” explicó, señalando que los asistentes incluso habían aplaudido de manera espontánea.
Un amor de cuatro décadas
A pesar de que llevaba un tiempo luchando por recuperarse de la dificultad respiratoria que padecía, no se había hecho público el estado de salud de Concha Márquez Piquer, que hacía tiempo que estaba retirada de la vida pública, antes de su fallecimiento. La artista murió el 18 de octubre en la UCI del hospital Quirón de Madrid. Su viudo, Ramiro Oliveros, aseguró entonces a ABC que con la marcha de la artista "se iba también" su vida. "Han sido 40 años sin separarnos para nada. Siempre estábamos juntos en todo y no concibo estar sin ella", añadió.
Durante el entierro se le pudo ver muy afectado y pocos días después contaba, con humor el percance que sufrió durante el sepelio, que definió como “una de las últimas diabluras de su mujer”. Una de las veces en las que fue a besar a su mujer durante el velatorio, su teléfono móvil que llevaba en el bolsillo de su camisa se cayó en el féretro. Nadie se dio cuenta y sus restos fueron enterrados con el aparato. “Esto es una diablura de Concha, una más de tantas que me ha hecho", contó el actor en el programa Cuatro al día, de Joaquín Prat. Con la voz marcada por el cariño, Ramiro sacó la parte más romántica de esta surrealista anécdota asegurando que así siempre estarían unidos. “Nuestro vínculo no lo rompe nada ni nadie. El vínculo con Concha es el más fuerte que he tenido en toda mi vida” dijo.
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