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Entre lágrimas, María Teresa Campos acaba de decir adiós a su chalet en la lujosa urbanización de Molino de la Hoz, situada en la localidad madrileña de Las Rozas. Y tiene motivos para sentirse emocionada. En esta fastuosa vivienda, construida en 2004, la presentadora no sólo invirtió casi dos décadas de su vida, sino, según publicó la revista Tiempo en su día, también cerca de seis millones de euros. Además, tal y como apuntaron los cronistas de la época, la matriarca de las Campos desembolsó alrededor de otros dos millones en adecuar el domicilio a su gusto, algo que hizo con la ayuda de Jaime Fierro, decorador de la aristocracia e íntimo de Jaime de Marichalar, quien se inspiró en el estilo palaciego de La Zarzuela.
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Vendida ya su mansión, después de alrededor de siete años en el mercado, María Teresa se propone ahora a iniciar una nueva etapa en Aravaca, también a las afueras de la capital. Allí se encuentra recién instalada en un ático de alquiler, a casi unos trescientos metros del piso en el que reside su hija Terelu. “Estoy contenta, porque ahora vivo al lado de mi hija y puedo ir a verla casi andando. De hecho, ahora estoy en su casa”, manifiesta la veterana comunicadora a ¡HOLA! por teléfono. “Es importante tener cerca a la familia. Es lo que tiene más valor”, nos añade.
Después de tanto tiempo planeando el cambio, María Teresa se muestra satisfecha por haberlo ejecutado tan rápido. “No es precipitado, porque he tardado mucho en encontrar una casa que estuviera cerca de mi hija y me gustara”, nos confiesa la presentadora, que parece haber superado la tristeza con la que abandonó su mansión. “Estoy bien. Como todo el mundo, dentro de lo que cabe”, nos explica sobre su estado de ánimo, después de completar la mudanza que inició hace diez días.
“La casa en la que vivía era muy grande y tenía muchas cosas, pero ya tenemos la nueva casa amueblada”, nos anuncia María Teresa, que ahora debe acostumbrarse a vivir a mucho menos espacio. Concretamente, a una quinta parte de su antiguo hogar. Eso sin contar con la amplia zona ajardinada de su finca, claro. Si su chalet de Molino de la Hoz contaba con 1.979 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 5.875 metros cuadrados, la comunicadora se tiene que apañar con los 250 metros cuadrados que tiene su ático de alquiler y los otros 140 metros cuadrados de terraza.
Sin duda, se trata de un gran cambio en el número de habitaciones. En su chalet, disponía de doce dormitorios y quince cuartos de baño, además de sala de cine, cámara acorazada, gimnasio, bodega, biblioteca y piscina climatizada, entre otras comodidades. De todas formas, su nuevo ático es lo suficientemente amplio para la madre de Terelu, puesto que tiene cuatro habitaciones –una de ellas en suite, con cuarto de baño incorporado y amplio vestidor–, dos salones y una cocina grande con office. Además, la vivienda forma parte de una comunidad que cuenta con amplios jardines, instalaciones deportivas y una piscina para todos los vecinos. Claro que nada es comparable a la posibilidad de visitar a Terelu a pie, siempre que le apetezca. A su otra hija, Carmen Borrego, tampoco la tiene tan lejos de allí, ya que reside en Majadahonda, a menos de diez minutos en coche de la actual vivienda de la matriarca de las Campos.