La imagen de Leo Messi despidiéndose de Barcelona dio la vuelta al mundo el verano pasado. El futbolista dejaba, entre lágrimas, la que había sido su casa durante más de dos décadas y ponía rumbo a una nueva ciudad, París, para incorporarse a otro club, el Paris Saint-Germain. Pero no iniciaba esta nueva etapa solo. A su lado estaban su mujer, Antonela Roccuzzo , y sus tres hijos, Thiago, Ciro y Mateo. Todas las miradas se posaron en la empresaria argentina durante esa última rueda de prensa de Messi como jugador del Barça. Sobre todo, cuando, en un momento dado, sacó un pañuelo de su bolso para tendérselo a su marido, visiblemente emocionado por su marcha. Aquel pequeño gesto lo resumía todo: ella ha sido su incondicional acompañante en todo este camino, su gran apoyo.
Cinco meses después, la pareja ha convertido la capital francesa en su hogar y, desde allí, comparte con sus seguidores instantáneas disfrutando de un café con la Torre Eiffel de fondo o de una excursión con sus hijos al Museo del Louvre. Siempre orgullosa de esa familia que ha formado junto al que, para muchos, es uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos. Para ella, es el amor de su vida, al que conoció cuando apenas era una niña.
Ahora, en su primera entrevista desde que llegó a Francia, Antonela cuenta en exclusiva a ¡HOLA! cómo es su nueva vida en el país vecino y cómo lleva su nuevo reto: aprender francés.
“Llegué sin saber prácticamente nada de francés, pero me voy acostumbrando al idioma. El truco es vivir aquí, estar atenta, querer aprender e ir a clases particulares”
—El pasado verano, después de tanto tiempo en Barcelona, vuestra familia dejó la Ciudad Condal para instalarse en París. ¿Cómo os sentís allí?
—Todavía nos estamos adaptando, pero, poco a poco, estamos construyendo nuestra base aquí, conociendo a más gente y sintiéndonos cada vez más en casa.
—¿Hay algo que eches especialmente de menos de Barcelona? ¿Notas mucho contraste entre ambas ciudades?
—Barcelona siempre será nuestra casa y los recuerdos y los momentos vividos allí han sido maravillosos. Son ciudades muy distintas, pero cada una tiene su propio encanto.
“Todavía nos estamos adaptando, pero, poco a poco, estamos construyendo nuestra base aquí”
—¿Os ha costado adaptaros a Francia? ¿Qué es lo que más te gusta de la ciudad?
—Justamente creo que, para ayudar a la adaptación, una de las cosas que me gustaría proponerme es aprender francés. Creo que es una maravillosa oportunidad y por eso no dudé en empezar con GoStudent. Esta ciudad tiene mil rincones entrañables y todavía me queda mucho por descubrir, pero, por ejemplo, uno de mis sitios favoritos y un plan ideal con los peques es Le Jardin d’Aclimatation.
—¿Sabías francés antes de llegar a la ciudad? ¿Te está resultando difícil aprenderlo?
—Prácticamente no sé nada de francés y, poco a poco, voy acostumbrándome más al idioma. Creo que es una lengua difícil porque tiene muchas excepciones y hay mucha letra pequeña, pero, poco a poco, voy mejorando. Creo que el truco es vivir aquí, estar atenta, querer aprender y realizar las clases particulares con profesores nativos.