Ana Rosa Quintana ha empezado a transitar un “camino complicado” que, por desgracia, “conocen muchas mujeres valientes”. Ella también lo es. Mucho. Tiene el coraje de las luchadoras, de las que no se rinden y volvió a dar una gran lección mientras, con enorme entereza, y mirando fijamente a cámara, compartía la peor noticia de su vida.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
No solo fue la terrible confesión de que tenía cáncer, hablando de ella por primera vez después de miles de programas, sino también la manera de contarlo. Desde la serenidad y la emoción y con la seguridad de que al final todo irá bien. Sin drama y con normalidad. “… Me han detectado un carcinoma en una mama, aunque afortunadamente está localizado y no hay metástasis, pero requiere un tratamiento intenso que me va a mantener alejada de este plató y estos compañeros, que también son mi familia”.
Está convencida de que todo irá bien, porque “afortunadamente está localizado y no hay metástasis. Espero que todo tenga un final feliz… Sé que me voy a curar”
Los tiempos mandan y, tras una semana “rara y muy intensa”, en la que tuvo que irse dos veces antes de terminar El programa de Ana Rosa y faltar el viernes, la periodista, que ya solo tiene la prioridad de cuidarse, dejaba a toda la audiencia con el corazón encogido durante la mañana del pasado martes. “Estoy tan agradecida a todos los que nos habéis traído aquí, en volandas, estos diecisiete años que creo que tengo que compartir con todos los que me habéis hecho tan feliz estos años lo más duro que me ha pasado en la vida y, quizás, lo más importante. Empecé este programa cuando mis hijos tenían poco más de un mes y han ocurrido muchas cosas, algunas maravillosas, la mayoría, y también disgustos, porque esto es la vida. Hoy tengo que despedirme por una temporada, espero que no sea muy larga… Estoy tranquila, confío en mis médicos y soy una afortunada por tener tanto amor alrededor. Espero que todo tenga un final feliz”, dijo afrontando su día más duro en un directo de televisión.
El cáncer que llevó en secreto
Esta es la segunda vez que la presentadora tiene que hacer frente a la enfermedad. La primera fue en julio de 2010, aunque lo llevó en secreto y no lo hizo público hasta 2018 porque “tenía niños de seis años y no quería que se asustaran” y “me prometí que nunca lo diría hasta que mi madre (Carmen Hortal) no estuviera”.
“Estoy tranquila. Me vais a permitir que, por una vez, me dedique a mí y a mi familia”, dijo despidiéndose de la audiencia con la mayor serenidad y entereza
En aquella fecha, y con motivo del Día del Cáncer, se decidió a dar el paso y contar lo que vivió en aquel verano tan difícil. “Era un cáncer de mama in situ, grado 1… No necesité quimioterapia, tuve un tratamiento de radio, venía aquí, hacía el programa y luego me iba a la radioterapia. No cogí ni un día de baja”.
Ana Rosa insistía, entonces, en la importancia de la prevención y de ir a las consultas médicas sin miedo. “Yo nunca me hubiera enterado si no me hubiese hecho una mamografía”. Y, ahora, tres años después, y en unas circunstancias también muy difíciles, tampoco olvidaba trasladar el mismo mensaje: “Afortunadamente, la investigación y la medicina han avanzado mucho en el cáncer de mama. Eso sí, quiero recordaros a todas las mujeres la importancia de no dejar pasar una revisión”.
‘Esto es una prueba’
Y añadía: “Si no tuviera un trabajo tan expuesto y de tanto estrés, probablemente podría seguir compartiendo todas las mañanas con vosotros, pero me vais a permitir que por una vez en la vida me dedique a mí y a mi familia. Sé que me voy a curar y que me espera un camino complicado… Voy a hacer una vida lo más normal posible, seguiré trabajando detrás de las cámaras, en la productora (Unicorn Content). Esto es un bache, una prueba”.
Y, dirigiéndose a los espectadores, finalizaba: “Vosotros sois también parte de mi familia, gracias de corazón por todo lo que me habéis dado hasta ahora y espero que sigáis dando a mis compañeros. Ellos son el alma de este programa. Nos vemos pronto. Hasta luego”, concluía despidiéndose y dejando el programa en manos de Ana Terradillos (mesa política), Patricia Pardo (actualidad) y Joaquín Prat (corazón), todos realmente conmovidos.
Con una sonrisa
“Oye, que estoy bien, ¿eh? Estoy sanísima, salvo esto”, afirmaba Quintana, entre risas, quitando hierro a la emotiva despedida… “Ya no puedo hacer nada más, solo cuidarme, veros todos los días y mandaros mensajitos todos los días”.
Está desbordada por los mensajes de cariño y cuenta con el amor incondicional de su marido, Juan Muñoz, padre de sus gemelos; su hijo mayor, Álvaro; su nuera, Ana Villarrubia, y su hermano
Tras hacer pública la noticia, Ana Rosa abandonaba los platós de Mediaset con toda la naturalidad y, de nuevo, una sonrisa, e incluso se sacaba la mascarilla para atender a los medios antes de volver a casa. Allí, y respondiendo a los reporteros, dijo que “me pienso poner bien, ¿eh? Voy a dar mucha lata todavía”, que “soy una persona con mucha salud y mucha suerte, así que todo va a salir bien… Me ha dado la cara y lo hemos cogido muy a tiempo”. “Mi familia está bien porque tenemos buenas perspectivas y, gracias a Dios, la medicina avanza mucho”.
Los nuevos días
Su entorno más cercano ha confiado a ¡HOLA! que está “fuerte, positiva, bien y que ha empezado el tratamiento de quimioterapia en Madrid, con sus médicos habituales”. Ana Rosa está ahora en manos de su oncólogo, Antonio González, codirector del Departamento de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra, y de su ginecóloga de siempre, Isabel Alonso, quien le mandaba estos días “un gran abrazo” mientras hablaba de su estado, durante la presentación del último libro de Nieves Herrero: “Estamos con ella. Va a salir todo muy bien porque tiene un pronóstico muy bueno. Ya lo creo que sí. No tengo ninguna duda. Además, ella es muy fuerte y está muy bien”.
Ana Rosa cuenta con el amor incondicional de su marido, el empresario sevillano Juan Muñoz, padre de sus gemelos, Juan y Jaime, de diecisiete años; su hijo mayor, Álvaro Rojo, de treinta y cinco años, nacido de su matrimonio anterior; su nuera, la psicóloga Ana Villarrubia, y su hermano. Todos están a su lado.
‘Volverá la vida’
También los españoles se lo demostraron nada más saltar la noticia. Ana Rosa ha recibido muestras de cariño desde todos los ámbitos sociales. Cientos y cientos de ciudadanos que han querido arroparla, a los que se han unido personalidades de la cultura, artistas, políticos e infinidad de periodistas. Entre ellos, Susanna Griso, su rival en las mañanas, que le envió un abrazo en directo desde Espejo Público , y Julia Otero. La periodista, que acaba de superar la misma enfermedad, escribía en su perfil de Twitter: “La montaña parece muy alta, querida Ana Rosa Quintana. Lo es, pero no mires a la cima: entrégate al pequeño camino de cada día. Hoy te parece imposible, pero el tiempo es tu aliado. Pasará y volverá la vida”.
Ana Rosa ha cumplido los sesenta y cinco años y no piensa en la jubilación, aunque ahora haya tenido que alejarse de la cámara. Solo es un alto en el camino, “una prueba” y la quiere librar desde la privacidad y la sombra poniendo toda su energía en lo que de verdad importa para poder volver con la fuerza de siempre a su programa, el más longevo de la televisión.