La de Isabelle Junot y Álvaro Falcó promete ser una de las bodas del próximo año. Un ‘sí, quiero’ que reunirá a numerosos rostros conocidos de la aristocracia y la sociedad; y del que sus propios protagonistas han dado más detalles esta semana en una entrevista con ¡HOLA! El marqués de Cubas y su prometida han posado por primera vez juntos, en un excepcional reportaje, para desvelarnos dos de los detalles más esperados, que, hasta el momento, se desconocían: dónde y cuándo será su enlace.
Según nos han contado, pasarán por el altar el próximo 2 de abril, y lo harán en un simbólico escenario, el Palacio del Marqués de Mirabel . Esta joya arquitectónica, situada en Plasencia (Cáceres), ha sido testigo de importantes acontecimientos de la familia Falcó, como la boda de Xandra Falcó, prima de Álvaro y actual marquesa de Mirabel, o la de los propios padres del novio, el recordado Fernando Falcó (anterior Marqués de Cubas) y Marta Chávarri.
Descubrimos los detalles de esta fascinante propiedad que, una vez más, acogerá un nuevo acontecimiento en la historia de la familia Falcó.
Un linaje histórico ligado a Extremadura
“El palacio fue construido, en el siglo XV, por los primeros duques de Plasencia y siempre se ha mantenido dentro de mi familia”, nos explica el marqués de Cubas.
La familia Falcó entronca con la historia de España. Testigo de ello es esta propiedad, edificada hace más de cinco siglos por orden de don Álvaro de Zúñiga. Los Stúñiga (un linaje navarro que fue castellanizado como Zúñiga) poseían tierras que se extendían por Andalucía y la mayor parte de Extremadura , que pronto se tornó en el centro de sus atenciones políticas (eran la ‘llave’ para acceder al reino de Portugal) y económicas. De ahí que don Álvaro, conde de Plasencia, jugase un papel muy importante en el rumbo del país en el siglo XV.
El noble, que causó un gran revuelo en la época tras su segundo matrimonio (se casó en segundas nupcias con su sobrina y ahijada Leonor de Pimentel, hija del conde de Mayorga), se convirtió en el primer duque de Plasencia después de que los Reyes Católicos elevasen su título (de conde a duque) como recompensa a su lealtad.
El Palacio del Marqués de Mirabel y sus antiquísimos muros forman parte del legado que levantó en lo que antes fue el barrio judío de Plasencia .
El espacio donde Isabelle Junot y Álvaro Falcó celebrarán su ‘sí, quiero’ se encuentra en la llamada Plaza de San Nicolás; y, al lado, se alza la conocida Iglesia de San Vicente Ferrer, anexa al Convento de Santo Domingo.
De la sala de trofeos a la carroza isabelina
Si por algo destaca el palacio es por las inigualables vistas que ofrece a otros monumentos. Sin embargo, más allá del papel que ha jugado en la ciudad, los tesoros que alberga también tienen un gran valor histórico, como un busto de Carlos V, obra de Leone y Pompeo Leon.
Con una planta de alrededor de 8000 metros cuadrados, su interior consta de una capilla del siglo XVI (decorada con unos azulejos de la misma época), una cocina medieval, el pensil y hasta una carroza que, según detalló el propio Fernando Falcó en un reportaje emitido en el Canal de Extremadura, “era de la boda de Isabel II, pero se usó en la boda de mis padres, en 1928”.
El marqués de Cubas (título que ahora ostenta su hijo Álvaro) hacía referencia a sus padres, Hilda Fernández de Córdoba y Mariátegui, marquesa de Mirabel (título que ha heredado Xandra Falcó) y condesa de Santa Isabel, y Manuel Falcó , duque de Montellano. Ellos también dejaron su impronta en un lugar que, como bien confesaba Tamara Falcó, actual marquesa de Griñón, a ¡HOLA!, “está lleno de recuerdos que han ido dejando sucesivas generaciones y que ahora crean un ambiente exótico, propio de otra época”.
Una de las estancias más relevantes es la sala de trofeos del duque de Arión , abuelo de Fernando y Carlos Falcó, un gran cazador en “España, Austria, Alemania… Incluso fue a África en una época en la que hacer una expedición llevaba meses”, matizó Fernando Falcó al abrir las puertas de palacio a la televisión extremeña. La caza no fue sólo cosa de Joaquín Fernández de Córdoba, sino una afición que compartió con su hija, quien fue toda una precursora en la cinegética, además de una gran amante de la naturaleza.
Su patio neoclásico, una joya artística
El Palacio del Marqués de Mirabel se ha convertido en un atractivo turístico más de Plasencia. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1977, desde que abrió sus puertas al público hace alrededor de una década, puede ser visitado.
Desde la Junta de Extremadura resaltan su importante valor artístico. En especial, su fachada exterior levantada con mampostería de piedra y sillares de grandes dimensiones; y su espectacular patio neoclásico interior, de dos pisos, formado por arcos de medio punto y la escalera principal del palacio de estilo renacentista.
De hecho, el patio es una de las partes que más le gusta a Isabelle del lugar, “es una pasada”, aunque no duda en destacar que el resto del palacio “es una maravilla y todo el interior… espectacular”.
Cuando Fernando Falcó atendió al Canal de Extremadura, también mostró los alrededores al edificio, que calificó de “parque”. Higueras, naranjos y laureles centenarios forman parte de un exterior donde también hay un aljibe (usado para almacenar agua) del siglo XIII, “que nunca se ha secado”. El marqués de Cubas señaló que antiguamente se utilizaba para suministrar agua, y que no sólo había dado suministro a la casa de sus antepasados, sino también a Plasencia.
Una tradición que comenzó con la boda de Marta Chávarri y Fernando Falcó
Al ser preguntados por qué escogieron este palacio como marco de su boda, tanto Isabelle como Álvaro lo tienen claro. “Hemos decidido casarnos en Plasencia, en la casa familiar de Álvaro, porque nos parece muy especial y allí se casaron sus padres. Me hace ilusión, es un sitio precioso que tiene mucho significado para nosotros”.
Esta boda continúa con lo que el marqués de Cubas ha llamado “una especie de tradición”, que iniciaron sus progenitores, Fernando Falcó y Marta Chávarri, quienes también escogieron el Palacio del Marqués de Mirabel como marco de su enlace.
Tras pasar por el altar de la catedral de Plasencia, el 2 de junio de 1982, los recién casados se trasladaron al palacio familiar, que, dieciséis años más tarde, acogió la de Xandra Falcó, marquesa de Mirabel y prima de Álvaro Falcó, con Jaime Carvajal Hoyos, marqués de Almodóvar del Río, que falleció hace un año, de forma repentina.
A aquel enlace se unirían los de Cristina y Clara Matossian Falcó, nietas de Felipe Falcó, que han sido de las últimas generaciones en escoger este lugar con tanto significado para la familia Falcó. Un marco de excepción para una de las bodas más esperadas, aunque, dice Isabelle, no hace falta un palacio para sentirse como una princesa. “Con Álvaro siempre me siento así”, nos asegura.