Durante la reciente presentación de su libro de cocina, Las recetas de casa de mi madre , Tamara Falcó se sinceró al hablar de Íñigo Onieva, con el que acaba de cumplir un año de noviazgo. Es más, la marquesa de Griñón manifestó que se sentía “lista” para casarse. “Estoy en un momento de mi vida muy equilibrado. Me siento más segura. Íñigo ha llegado en un momento bueno para mí”, fueron las palabras que expresó la aristócrata.
Estas declaraciones han provocado algunas especulaciones sobre el futuro de Tamara y su novio, que trabaja como director de Mabel Hospitality, filial de la compañía privada de inversión propiedad de Rafa Nadal y Abel Matutes, Jr., hijo del exministro, entre otros socios. Sin embargo, ¡HOLA! puede asegurar que la hija de Isabel Preysler todavía no tiene planes concretos de pasar por el altar. De momento, prefiere disfrutar de esta etapa en común con Íñigo viviendo el presente.
Ambos han pasado este puente en el sur de España para asistir a una celebración familiar. El sábado 30 de octubre, Tamara asistió a la boda de la arquitecta Alejandra Fenwick Onieva, prima de Íñigo, que tuvo lugar en la iglesia del Divino Pastor, de la preciosa localidad gaditana de Vejer de la Frontera. Tras la ceremonia en este templo tardogótico mudéjar, la celebración continuó en Trafalgar Polo Club, a las afueras del municipio y con el mar como bello telón de fondo.
Con permiso de la novia, Tamara se convirtió en el centro de las miradas y volvió a deslumbrar con su elegancia. Su presencia también dejó patente lo asentado que está su noviazgo y lo integrada que está la marquesa de Griñón en la familia de Íñigo. Además, la pareja aprovechó su escapada al sur de la península para desconectar un poco de sus frenéticas agendas.