Sus canciones son conocidas alrededor del mundo, pero su lado más personal ha permanecido más ajeno al gran público. Detrás de Georgie Dann y sus pegadizos temas había mucha más formación musical de lo que algunos podrían llegar a pensar. Estudió en el Conservatorio de París durante nueves años y sabía tocar el clarinete, el saxofón y el acordeón. Un amor por la melodía que heredó de su padre, que era trompetista, y que pasó a dos de sus hijos, Patricia y Paul. Y es que la vida de Georges Mayer Dahan, nacido en la capital francesa hace 81 años, ha estado siempre ligada a la música e incluso encontró el amor encima de un escenario.
Corría el año 1974 cuando Georgi Dann, que ya tenía a sus espaldas una década de reconocimiento artístico, se asentó en España y se enamoró de una bailarina, Emilia García, más conocida como Emy, una joven de Barcelona con la que se dio el ‘sí, quiero’, ese mismo año y con la que ha compartido toda su vida. Emy trabajó junto a su marido como road manager y formaron una familia junto a sus tres hijos, dos de los cuales decidieron seguir la estela familiar y aventurarse en el mundo de la canción. Patricia y Paul formaron el grupo Calle París. "No quieren ser hijos de y yo lo respeto", aseguró el intérprete de El chiringuito en una entrevista con El periódico de Aragón en 2012. En la misma explicó que su hija tenía dos carreras universitarias y que su hijo estaba estudiando Márketing. "También con ellos he tenido suerte", añadió.
Con Calle París, Patricia y Paul, que ya habían tenido grupos por separado, lanzaron en 2009 su primer disco llamado Palabras secretas. Entre las canciones que componían dicho álbum se encontraba Te esperaré que se hizo con el premio de los 40 Principales en la categoría de Mejor Artista Relevación ese año.
Aunque aseguraba que había aprendido música a la vez que a leer, sus inicios en el mundo artístico tienen un punto de suerte. Era profesor de Primaria en Francia cuando el padre de unos de sus alumnos, fascinado por las canciones que componía para los más pequeños le ofreció acudir a un programa de televisión del que era productor. Así, el país galo descubrió a ese maestro y tres discográficas no tardaron en hacerle una oferta. Ahí acabó su carrera en la enseñanza y comenzó una llena de éxitos bailables que siempre se negó a calificar como horteras.
En España se dio a conocer gracias a su participación en el Festival del Mediterráneo de 1965, celebrado en Barcelona, a donde acudió representando a Francia con Tout ce que tu sais. Diez años más tarde, y con varios éxitos ya a sus espaldas, decidió instalarse en Madrid, ciudad que fue su centro de operaciones y donde ha fallecido.