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Marcelo Viera y Clarice Alves forman una de las parejas más consolidadas del mundo deportivo y así lo han demostrado en La noche D, el programa presentado por Dani Rovira en el que han rememorado cómo comenzó su historia de amor, hace ya dos décadas. Se conocieron siendo tan solo unos adolescentes y, desde entonces, no se han separado. Viajaron juntos hasta España desde su Brasil natal cuando el Real Madrid contactó con el futbolista, se casaron y tuvieron a sus dos hijos, Enzo y Liam. Ahora la pareja ha abierto su corazón para compartir cómo fueron los comienzos de su noviazgo, en los que el futbolista incluso llegó a dejarse teñir el pelo por Clarice con tal de conquistarla.
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El futbolista y su esposa se conocieron de pequeños gracias a que Marcelo era el mejor amigo del hermano de Clarice: "Mi amigo tenía una hermana que era muy guapa y yo le pedía ayuda, pero no me ayudaba nada. Luego nos fuimos conociendo, nos hicimos muy amigos, vimos que teníamos en común otras cosas, que disfrutábamos de estar juntos, pero ya no como amigos. Ahí fue empezando", ha recordado el jugador del Real Madrid. Por su parte, Clarice se acuerda perfectamente de cómo fue la primera vez que vio a Marcelo: "Fui a ver un partido porque jugaban en el mismo equipo de fútbol sala. Le conocí y él no paraba de hablar. Siempre con esa energía, a tope. Lo recuerdo como si fuera hoy".
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Lejos de ser un flechazo, Marcelo y Clarice han explicado que, pese a su juventud, fueron muy prudentes antes de dar un paso más en su relación. "Era el mejor amigo de mi hermano, así que imagínate: viajaba con nosotros, salíamos juntos…", ha comentado la actriz brasileña. Sin embargo, llegó un momento en el que no podían reprimir sus sentimientos, hasta el punto que Marcelo ha rescatado una anécdota en la que se dejó teñir el pelo de color "rubio pollo" con tal de pasar un rato junto a Clarice. "Quería una muñeca pero estaba yo. Quería hacer algo diferente y yo pensaba que iba a conquistarla con esto. Luego mi padre me regañó muchísimo", ha contado el futbolista entre risas.
Con el paso del tiempo, la carrera deportiva de Marcelo se fue consolidando y llegó la llamada del Real Madrid, equipo por el que fichó en 2006. "El Real Madrid contactó con mi agente en Brasil y yo pensaba que era una broma, porque yo solo veía al Madrid y los galácticos por la televisión. Su padre (de Clarice) tuvo que firmar un papel porque tenía 17 años. Vinimos con su hermano y mi abuelo, al inicio. Luego ya vino su madre, mis familiares", ha explicado el ahora capitán del equipo blanco.
En 2008 Marcelo y Clarice se dieron el "sí, quiero" en Río de Janeiro. Una boda sobre la que han compartido una anécdota que, a día de hoy les resulta muy divertida pero que en su momento supuso un momento de mucho estrés para el futbolista: pensaba que había perdido el anillo. Tal y como él mismo ha contado, el traje "no era muy bueno" y el bolsillo se rompió, con tan mala suerte que el anillo se coló por el agujero. "Fueron 5 minutos de tensión", ha añadido. En cuanto a cómo es su vida en Madrid, ambos la han definido como "completamente normal". "Con los niños vamos al cole, de paseo, vamos al parque, vida normal y corriente. No dejamos de hacer nada. La verdad es que vamos por el centro, hacemos de todo. Con nuestros perros salimos un montón", ha contado Clarice.
Actriz de profesión, Clarice también ha hablado de su último proyecto profesional, una película llamada Urubú, rodada en pleno Amazonas y dirigida por Alejandro, el hijo de Chicho Ibáñez Serrador. Una experiencia que ella ha calificado como "inolvidable", aunque admite que lo más duro ha sido estar separada de su familia durante los dos meses que duró la grabación y en los que prácticamente estuvo incomunicada. Marcelo, ensalzando el papel de intérprete de su mujer, ha explicado que estar tanto tiempo separado de Clarice fue difícil, sobre todo, por su hijo pequeño: "Cuando ella se fue para rodar Liam (su hijo menor) aún no hablaba muy bien, estaba empezando. Cuando volvió ya estaba formando frases", ha destacado el futbolista.
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