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Fallece a los 70 años Mercedes Domecq Ybarra, viuda del ganadero y rejoneador Fermín Bohórquez

Ha muerto en Jerez de la Frontera tras una larga enfermedad

Actualizado 26 de octubre de 2021 - 22:18 CEST26 oct 2021 - 22:18 CEST

Mercedes Domecq Ybarra, viuda del ganadero y rejoneador Fermín Bohórquez Escribano, ha fallecido esta madrugada a los 70 años de edad tras una larga enfermedad. Era muy querida en la localidad por haber sido siempre una persona muy comprometida socialmente con su ciudad, con los valores de su tierra y con su cofradía del Martes Santo, del Señor de las Penas, ya que era una persona con una gran fe. En los últimos diez días había permanecido ingresada en un hospital privado y su familia esperaba el triste desenlace. Mercedes era madre de seis hijos también muy reconocidos por sus respectivas profesiones: Sol, diseñadora de éxito, Borja, abogado, Mercedes, licenciada en Empresariales, Carlos e Iván, empresarios agrícolas, y Fermín, quien ha seguido los pasos taurinos de su padre.

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Jerez ha amanecido de luto ante la triste noticia del fallecimiento de Mercedes Domecq Ybara, una persona muy comprometida con su ciudad, con los valores de su tierra y por supuesto con su cofradía del Martes Santo, del Señor de las Penas

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El entierro se celebrará este miércoles a las 12:00h. en la iglesia de San Mateo de la localidad gaditana en una ceremonia que presidirá el Obispo D. José Rico Pavés, ya que Mercedes fue durante muchos años camarera de Nuestro Padre Jesús de las Penas de la hermandad de los Judíos de San Mateo. En esta misma iglesia contrajo matrimonio religioso con Fermín Bohórquez el 26 de octubre de 1968. Precisamente era la propia hermandad la que informaba de su muerte y pedían una oración por su alma. "Esta madrugada se ha marchado junto a su Señor de las Penas aquella gran Señora que fue su humilde camarera durante más de cincuenta años. Esposa del que fuera hermano mayor de nuestra cofradía D. Fermín Bohórquez Escribano, Dña. Mercedes Domecq Ybarra".

Continuaba explicando la hermandad que Mercedes "derrochó amor y entrega por su hermandad del Desconsuelo", a la par que destacaban que "ni siquiera en la debilidad por su larga enfermedad faltó a su cita un Martes Santo". "Nunca podrán olvidar y agradecer lo suficiente su ejemplo y generosidad en las incontables ocasiones en las que hemos acudido a ella. Las puertas de su casa y de su alma siempre estaban abiertas”, afirmaba Francisco Mateo, el hermano mayor de la corporación de San Mateo, mostrando su consternación por una pérdida tan irreparable.

Mercedes era tan querida en su tierra que se le dedicó la I Gran Zambomba Gitana, celebrada en las Bodegas Real Tesoro. Los organizadores, Juan Junquera y Carmen Medina, destacaron destacar en esa ocasión que “su discreción, que debe servir de ejemplo, y su predisposición siempre para colaborar con todas las cosas de su tierra”

Debido a su enfermedad en los últimos años estuvo alejada de los actos públicos, habiendo sido una de las figuras sociales más destacadas de Jerez, fiel defensora de su tierra y muy agradecida de todo lo que le brindó. Mercedes era una gran aficionada a los toros y una asidua asistente a la plaza donde era imposible que pasara desapercibida. Altísima, con su cabello rubio y sus grandes ojos verdes, era inevitable que todos los ojos se posaran en ella. Su esposo, Fermín Bohórquez, solía decir que había enamorado a la Domecq más guapa de Jerez.

No ha sido un año fácil para la familia Domecq quienes se han tenido que enfrentar también a la muerte de dos hermanos de Mercedes: Titi y Jose María. La fallecida era hija de Luis Domecq Rivero y María Isabel Ybarra Ybarra, pertenecía a una numerosa familia de once hermanos: Jaime, África, Maribel, Luis Fernando, Nicolás, Pedro, José María, Huberto, Leandro y María del Carmen. Ella fue la novena, tras Huberto, padre de la diseñadora Inés Domecq, que está casada con Javier Martínez de Irujo, nieto de la duquesa de Alba. Sus abuelos paternos fueron Los Marqueses de Casa Domecq. Entre las muchas asociaciones con las que colaboró se encuentra la Fundación jerezana de la Santa Caridad, que organizaba todos los años un rastrillo benéfico, La Almoneda, cuya recaudación se destinaba a ayudar a personas de la tercera edad con dificultades económicas y AFANAS, una asociación para la atención de personas con discapacidad intelectual.