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Eugenia Martínez de Irujo no tiene problema en demostrarlo en cada una de sus apariciones o traducirlo en palabras. Está enamorada y Narcís Rebollo es el responsable de que atraviese una de las mejores etapas de su vida. Así de claro lo volvió a dejar en la presentación de un nuevo proyecto con el que demuestra de nuevo el gusto y talento artístico que lleva desarrollando desde el pasado año pues ha creado artículos de papelería con sus dibujos. Una oportunidad de hacer algo diferente por la que está muy agradecida. “Me fascinan las papelerías de toda la vida y, cuando empecé a pintar, mi ilusión era tener carpetas y cuadernos”. Fue entonces cuando se refirió a su marido como “el hombre de su vida”. “Es una gozada de hombre, nunca ve un problema” aseguró.
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Los duques de Huéscar arropan a Eugenia Martínez de Irujo en su exposición de pintura
El 26 de noviembre cumple 53 años, un aniversario que querría celebrar con una pequeña fiesta aunque apuntó que a lo mejor la retrasa. Su hija Cayetana Rivera sí que celebró una reunión de amigos con motivo de su 22 cumpleaños, ocasión en la que Eugenia le hizo un regalo precisamente con algunos de los objetos de papelería que ha decorado con motivos animales y hechos con papel ecológico. Se mostró discreta con respecto a su hija, aunque sí que recordó a su madre, la duquesa de Alba, que falleció hace siete años (el 20 de noviembre de 2014).
Lleva a su madre en el corazón
“Me acuerdo un montón de ella” reconoció, añadiendo que lo mejor que ha heredado de ella es “el cariño de la gente”. “No sé si habrá misa, yo no suelo ir” explicó asegurando que siempre la lleva en el corazón y la memoria. Este mismo noviembre se cumplen cuatro años desde su boda secreta y por sorpresa en Las Vegas, un enlace desde el que Eugenia y Narcís viven en eterna luna de miel. Desde que se enamoraron en 2016 son inseparables, demostrando en imágenes y palabras lo felices que son juntos. Con motivo de sus aniversarios rescatan recuerdos de aquel divertido “sí quiero” en el que se disfrazaron de Marilyn y Elvis, una boda al más puro estilo de la ciudad americana que fue escenario del inicio de su vida en común. Desde entonces han sido muchos los viajes que han compartido y las ocasiones en las que han dejado claro que el suyo es un amor con mayúsculas.
Con la primera ola de la pandemia, en 2020, Eugenia retomó la pintura. Apoyó a la Fundación Querer con una exposición benéfica de 64 obras, que se vendieron en cuestión de horas, creó una colección de kimonos y mascarillas con motivos de animales salvajes y figuras de geishas y ahora plasma su magia en el papel.