A pesar de las grabaciones de las distintas ediciones de MasterChef , Pepe Rodríguez no descuida su restaurante, El Bohío, ubicado en Illescas (Toledo). Por eso, el cocinero nos confiesa el cansancio acumulado que tiene. Así lo hizo en el estreno del espectáculo WAH en Madrid, donde nos aseguró que, pese a su agenda frenética, está muy pendiente de su familia. De hecho, el propio Pepe asegura a ¡HOLA! que es él quien cocina en casa para su mujer, Mariví Fernández, y los tres hijos del matrimonio: María, Jesús y Manuela.
- ¿Cómo estás viviendo esta nueva edición de MasterChef Celebrity?
- Bien, de maravilla. El Celebrity siempre es superagradecido, el estar ahí con dieciséis locos. Hacer un programa de televisión de entretenimiento es lo más bonito que puedo hacer.
- Debido a su casting, esta edición es la más sorprendente de todas. Hay mucha revolución entre los fogones, ¿no crees?
- Es una edición muy extraña, porque el casting es muy potente, a la vez que sencillo. Los que toman mucho protagonismo son los que tienen un perfil más bajo. Uno espera más de los grandes nombres y luego hay gente por detrás que se pone por delante. Eso está muy bien.
- ¿Cuál es el concursante de esta edición de MasterChef Celebrity que te ha despertado más simpatía?
- Hay muchos, pero Juanma Castaño es un descubrimiento. Miki Nadal ya sabemos que es un cachondo mental y lo tiene en sus venas, pero Juanma es la bomba. Luego hay que destacar a Carmina Barrios es una maravilla de mujer, una maravilla.
- Hace unos meses, Eva González se reunió con todo el equipo de MasterChef en Sevilla.
- Sabíamos que grabábamos en Sevilla y nos visitó. Es que Eva es de la casa, compañera y amiga. No podemos perder el vínculo con ella ni ella con nosotros.
- A nivel profesional, ¿en qué andas metido ahora?
- Acabamos de terminar la edición de MasterChef de niños y ahora estamos con la de los abuelos. De hecho, mañana grabo.
“Juanma Castaño es un descubrimiento. Miki Nadal ya sabemos que es un cachondo mental y lo tiene en sus venas, pero Juanma es la bomba”
- ¿Cómo vives esta rueda constante de grabaciones con las distintas ediciones?
- Es una rueda que nos quita vida, pero que nos la da también. Es muy emocionante y nos exige tener el esfuerzo de saber qué tenemos que hacer en cada momento. Cada edición te exige una predisposición, una manera de ser. Siempre somos los mismos, pero con un pulso diferente. Al final, es como si fuésemos actores. Tenemos que saber que tenemos películas diferentes: esta es de terror, esta es un poquito más suave, otra más romántica… Es una forma de aprender.
- ¿Cómo logras compaginar las grabaciones con el día a día de tu restaurante?
- No se lo recomiendo a nadie. Ahora vengo del restaurante, de El Bohío. Ahora estoy en este show y mañana estoy grabando. Luego, el sábado y el domingo estoy en el restaurante… No te lo recomiendo.
- ¿Cuántas horas duermes?
- Cada vez menos y es algo que me preocupa. Más de siete horas es muy difícil. Estoy entre seis y siete horas. Me gustaría dormir nueve para estar al cien por cien.
- ¿Este exceso de trabajo está resintiendo tu vida familiar?
- Bueno, eso es la que menos.
- Entonces, tu mujer te entiende.
- Sí, no le queda otra (ríe). Pero, sobre todo, físicamente, que ya me está pegando. Pero la procesión va por dentro, no cabe duda.
“Mariví es maravillosa. Me aguanta todo y es la que soporta que esté siete días a la semana trabajando”
- ¿Qué destacarías de Mariví, tu mujer?
- Es maravillosa. Me aguanta todo y es la que soporta que esté siete días a la semana trabajando y haciendo otra cosa que no es la vida familiar. Ella lo entiende.
- Después de pasar tanto tiempo entre fogones, ¿cocinas en casa o llegas tan casando que cedes la tarea en casa?
- Sí. Me encanta cocinar y no me cansa. Me gusta hacerlo para los míos. Primero, porque mi mujer cocina lo justo y me gusta comer bien (ríe). No soporto que cocine ella, prefiero cocinar yo. Así sé que los demás que lo van a disfrutar.
- ¿Alguno de tus hijos tiene madera de chef?
- Aún son muy pequeños.
- Pero, ¿se meten en la cocina?
- No. Se ponen a comer los cabritos. Además, siempre me critican siempre… Me dicen: “¿Solamente, vas a hacer dos platos?”. Les respondo: “Pero, ¿qué queréis?”.
- ¿Son los más críticos contigo?
- Los peores, pero porque les he malacostumbrado. El día que les hago sólo un plato, se enfadan.
- ¿Y cuando te ven en la tele?
- Lo han normalizado ya. Pero no les gusta. Estaba escuchando el programa de Gila y hablaban varios cómicos en los que decían que sus hijos eran los primeros que les criticaban en casa. “Papá, pero si tú no tienes gracia”. En mi casa, lo mismo. Me dicen que no sé lo que ve la gente en la tele, que no les hace ni gracia. Eso es normal.
- ¿Y cómo viven la popularidad de su padre en el colegio?
- Bueno, ahí les atacan mucho. Unos los han llevado peor y otros mejor. Es lo que hay. No se puede tener todo en la vida.
- Los miembros del jurado de MasterChef tenéis fama de ser duros.
- Ese es Jordi Cruz.Es así de duro. Yo soy suave, al igual que Samantha.
- ¿No te lo dicen por la calle?
- Sí, alguna vez. Nos dicen que cómo nos pasamos y si somos realmente así, pero es Jordi. Insito, que no soy yo (ríe).
- Siempre resulta curioso que los cocineros suelen experimentar una bajada de peso importante. ¿También te ha sucedió a ti?
- Nunca he tenido mucho peso, pero sí que es verdad que, de hace cuatro años a ahora, me he quitado cuatro o cinco kilos. Nunca he tenido más que esos cuatro kilos, pero, a lo mejor, ya eran muchos para mí.
- ¿Lo has conseguido con alguna dieta?
- No, me he quitado yo. Ya me controlo yo, me quito de comer y hago ejercicio… Busco el momento de coger la bicicleta, pero me controlo yo. No cabe duda.