Natalia: descubrimos a la verdadera chef de ‘Operación Triunfo’, en el veinte aniversario del concurso

En este mes de octubre, se cumplen veinte años del arranque de la primera edición de Operación Triunfo  . El programa no solo marcó el inicio de la carrera musical de Natalia, sino que cambió su vida a todos los niveles. Gracias a su participación, la cantante gaditana se convirtió en la maestra en los fogones que es hoy. “Antes vivía con mis padres. Cuando salí de Operación Triunfo y me instalé en Barcelona, no tuve más remedio que aprender a cocinar”, nos confiesa Natalia. “Echaba de menos el ‘cuchareo’ de mi madre: las lentejas, los potajes… Ella me fue enseñando por teléfono cómo cocinar. Ahora me desenvuelvo bastante bien”, cuenta a ¡HOLA! antes de hablarnos de su nueva canción, Lento, que interpreta junto a Chenoa, y de desvelarnos anécdotas que tiene con sus compañeros de Operación Triunfo. Además, Natalia nos aclara su relación con Carlos Sanfulgencio, con quien la hemos visto estos últimos meses.

© Hola

—Por lo que vemos, tu buena mano para la cocina viene de tu madre.

—Sí. Ella y mis tías son muy buenas cocineras. Me encanta cocinar. Luego, cuando viene gente a casa, me encanta poner la mesa bonita, con sus copas, su mantel y servilletas de tela a conjunto.

—¿Cómo sorprendes a tus invitados?

—Les preparo mi pollo encebollado, atún encebollado, sepia a la marinera… Muchas recetas típicas de mi tierra, Cádiz y Sanlúcar. Además, no cocino con robot. Yo, a la vieja usanza, con mi olla exprés y mis bártulos, como los de mi abuela y mi madre.

—¿Hay algún alimento que evites?

—Soy intolerante a la lactosa y a los frutos secos. Me hice un estudio genético nutricional y me salieron todos los alimentos que me sentaban mal. También evito el pimiento, pero porque se me repite muchísimo.

“Manu Tenorio y yo nos encargamos de cocinar cuando hacemos las quedadas. Hacemos unas paellas increíbles. El resto limpia”

—Te encantan los pucheros, pero siempre tienes tipazo. ¿Dónde está el truco?

—No comerlos todos los días ni semanas. Me permito un buen cocido o potaje cada dos semanas. Además de ser muy nerviosa, me cuido muchísimo y voy al gimnasio.

—Nunca habrás necesitado hacer dieta.

—Pues sí he hecho. Por ejemplo, para mi último single, Lento. Soy delgada y siempre lo he estado, pero quería definir ciertas partes y marcar, sin entrenar a lo bestia. Por eso, me puse en manos de profesionales que me ayudaran en el gimnasio y, con un nutricionista, hice una dieta basada en proteínas y verduras.

—¿Cuál es tu rutina de ejercicios?

—En verano he descansado un poco, pero voy cinco o seis días al gimnasio, cuarenta y cinco minutos cada vez. Combino cardio, fuerza y hiit, que son entrenamientos que ponen las pulsaciones muy altas y queman muchísimo. Por ejemplo, sentadillas o burpees.

—Pasaste el coronavirus en verano de dos mil veinte. ¿Arrastras alguna secuela?

—Llevo un año y dos meses sin olfato. Además, me salen pintitas blancas en la piel y dicen que puede ser por la COVID.

© Javier Alonso

‘Ahora necesito estar sola’

—A nivel sentimental, ¿cómo estás?

—Ahora estoy muy tranquila. Es cierto que ha habido una persona, Carlos Sanfulgencio, que me ha ayudado muchísimo en los momentos malos de este último año: mi ruptura, la pérdida de Álex… Él es una persona muy importante para mí, le quiero con locura… Como amigo, es increíble.

—Pero ¿esta relación no puede ir a más?

—Ahora mismo, no. Ahora necesito estar sola, dedicada a mí misma.

—Acabas de publicar Lento. ¿Cómo surgió esta colaboración con Chenoa?

—Cuando compuse la canción, estaba atascada con una frase y, como ella es mi vecina, le pedí que me echara una mano. Después de grabarla, le gustó muchísimo y le pregunté si quería cantar, que nunca lo habíamos hecho juntas. Ni en Operación Triunfo. Me ha gustado mucho trabajar con ella. La adoro. Está en todos los momentos, en los buenos, pero en los malos, más aún. Es de las mejores personas que me he encontrado en la vida.

—Qué mejor forma de celebrar tus veinte años en la música y de tu entrada en   Operación Triunfo. 

—Sí. Ella me agarró de la mano en los castings y me dijo: “Tú no te vas. Te voy a cuidar”. Me vio muy vulnerable y muy pequeña… Hizo de hermana mayor.

© Javier Alonso

—Ahora vais a celebrar los veinte años del programa

—Sí, el veintidós de octubre van a hacer un streaming de veinticuatro horas. Habrá un plató con invitados y yo estaré. También van a intentar que se conecten por Zoom los más de cien artistas de Operación Triunfo.

—Ahí recordaréis a Álex Casademunt.

—Sí. Aunque el concierto homenaje se ha cancelado, queremos hacer algo más íntimo y familiar para recordarlo. Hemos perdido a un compañero que era un pilar fuerte entre nosotros y que ha dejado muchísima huella. Era la alegría y siempre la estaba liando, de buen rollo, con el piano, la batería o con Bustamante, que eran Zipi y Zape.

—Aparte de Chenoa, ¿con qué compañeros de programa tienes más relación?

—Con Geno, aunque vive en Málaga. También con Gisela y Nuria, que también vive muy cerquita de mí. Con Manu Tenorio siempre intento arreglar el mundo.

—¿Quién el más cocinillas de la edición?

—Manu Tenorio y yo. Cuando hacemos las quedadas, nos encargamos de cocinar. Siempre. Hacemos unas paellas increíbles. Nosotros cocinamos y el resto limpia.

Pollo encebollado

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Tiempo de preparación: 60 minutos.

Ingredientes (para 4 personas):

● Un pollo entero troceado ● 3 cebollas grandes ● un vaso de vino blanco ● un vaso de agua ● 4 hojas de laurel ● pimienta negra ● pimienta blanca ● pimienta roja ● orégano ● aceite de oliva ● sal.

“Es una receta que me enseñó mi madre y siempre que la hago me acuerdo de ella”

Elaboración

1. Primero, echa un buen chorro de aceite de oliva en la olla, que cubra toda la base. Después, trocea las cebollas en tiras y ponlas a fuego lento. Cuando las cebollas estén medio transparentes y empiecen a tomar un colorcito marrón, añade el pollo. Luego, vierte un vaso de vino y otro vaso de agua, para que se guise el pollo.
2. A continuación, condiméntalo con las pimientas. En mi caso, me gusta ponerle mucha pimienta, para que el plato tenga sabor –existe un molinillo con bolitas de pimienta roja, negra y blanca, pues yo lo giro cuatro o cinco veces–. Por otro lado, añade también cuatro hojas de laurel, que es otro ingrediente clave, y una cuchara sopera de orégano. Si quieres, le puedes echar dientes de ajo. Eso sí, en vez de laminarlos, ponlos enteros y dales un golpe con la base de mano. Así se consigue un sabor increíble y los podrás retirar mejor cuando esté listo para comer.
3. El tiempo de cocción del pollo suele ser de cuarenta y cinco minutos. El truco para saber si todo está listo es ver que se haya consumido todo el líquido, tanto el vino como el agua. También que se vea la cebolla medio deshecha, con el aceite brillantito y que el pollo esté doradito. Ese es el momento ideal para retirar la olla del fuego.
4. Realmente, es una receta muy fácil de hacer. El secreto está en la cebolla, en conseguir el punto exacto antes de echar el pollo.