Tres meses después de convertirse oficialmente en marido y mujer mediante un enlace civil, ahora Alexandre Arnault y Geraldine Guyot han vuelto a darse el "sí, quiero" rodeados de reconocidas personalidades como Beyoncé o Pharrel Williams. La tarde de este sábado 16 de octubre celebraban una boda religiosa que tenía como marco una de las ciudades más románticas del mundo, Venecia. El novio es hijo de Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia y el tercero del mundo (está tras Jeff Bezos y Elon Musk), y de su segunda esposa, la pianista Hélène Mercier. Actualmente ejerce como vicepresidente de Tiffany, heredero del grupo LVMH, uno de los mayores conglomerados del lujo mundial, junto a sus cuatro hermanos, Frederick y Jean, así como Delphine y Antoine, fruto del primer matrimonio de su padre con Anne Dewavrin. Por su parte, la novia es influencer y diseñadora de la firma de accesorios D’Estrëe tras formarse en las aulas de Central Saint Martins en Londres,
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Los contrayentes eligieron la iglesia de Santa Maria Assunta, conocida también como iglesia de los Jesuitas y ubicada en pleno barrio de Cannaregio. Según recoge el Corriere della Sera, durante la ceremonia contaron con la música en directo de la Orquesta dei Cameristi della Scala y el coro Ghislieri. En el interior del templo congregaron no solo a sus seres queridos sino también a numerosos representantes de la jet set internacional que llegaron en góndolas, Entre los invitados más destacados detacan el matrimonio formado por Beyoncé, con vestido turqesa y abrigo negro, y Jay-Z; el cantante Pharrel Williams con su esposa Helen y su hijo Rocket; la diseñadora de Dior, Maria Grazia Chiuri; el arquitecto Peter Marino, John Elkann Agnelli, directivo de Ferrari o Diego Della Valle, presidente de la firma Tod´s y dueño de la Fiorentina. Además, entre los asistentes españoles se encontraba la experta en moda Inés de Cominges, que está casada con el empresario François du Chastel creador de la firma de calzado Chatelles.
Uno de los momentos más destacados fue, como en todas las bodas, la llegada de la novia. Fue en ese instante cuando se conoció la apuesta que Geraldine había hecho para su gran día: un diseño cuello perkins en uve, con corpiño de bordados florales, falda amplia y un largo velo sujeto al moño bajo que recogía su melena. Para las flores apostó por un bouquet en tonos vainilla. Entró en la iglesia, muy sonriente y del brazo de su padrino, tras los niños de arras. Llamó especialmente la atención una de las niñas ya que iba acompañada de un precioso labrador negro con un collar de flores. También acompañaban a la novia sus damas de honor, con estilismos en tonos bronce.
La ceremonia religiosa en la que Alexandre y Geraldine se dieron el "sí, quiero" era el epicentro de los festejos, pero han organizado un inolvidable fin de semana con varias celebraciones. Todo comenzó la noche del viernes con una fiesta en la Pescheria di Rialto, un edificio neogótico que se utilizó como mercado. La temática de la velada era Dolce Vita y contaron con la actuación de Alessandro Ristori y The Portofinos, el mismo grupo musical que amenizó el enlace de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam en Mónaco. El broche de oro tiene lugar este domingo, cuando los recién casados hacen un brunch de despedida que a su vez marca el inicio de una nueva etapa ya como matrimonio. La pareja se conoció hace más de dos décadas aunque su relación no comenzó entonces sino años más tarde. El pasado diciembre se comprometieron en París y ocho meses después hicieron su boda civil también en la capital gala.