Con Ellie, su hija, como protagonista de excepción, Paul Gasol anunciaba, el cinco de octubre, que abandona la práctica profesional del baloncesto, el deporte que le ha convertido en leyenda mundial. El deportista, de cuarenta y un años, lo hizo en un escenario a la altura del acontecimiento, el Liceo de Barcelona, rodeado por sus padres, Marisa y Agustí Gasol; sus hermanos, Marc y Adriá; su mujer, Catherine McDonell, y su pequeña, Elisabet Gianna, que cumplió su primer año el diez de septiembre. “Es una decisión difícil, pero meditada. Hay que saber cambiar de marcha y disfrutar”, explicó Gasol.
El deportista hizo un repaso no solo de los triunfos que ha conseguido con algunos de sus equipos (tres campeonatos de la ACB y una Copa del Rey con el Barcelona y dos veces campeón con Los Angeles Lakers en la NBA) y con la Selección Española (un Mundial, tres Eurobasket y dos platas olímpicas, entre otros), sino también del calvario que ha vivido a causa de su última lesión, una fractura del escafoide tarsiano del pie izquierdo. Los Lakers tardaron poco en anunciar que retirarían la camiseta y la colgarían de lo alto del Staples Center junto a la de otros mitos, como Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y su amigo Kobe Bryant, fallecido, hace un año, en un accidente de helicóptero junto a su hija Gianna y otras siete personas. “Me habría gustado que estuviera aquí, pero así es la vida”, reconoció visiblemente emocionado. Y añadió: “Él me enseñó a ser un mejor líder, un mejor competidor y realmente un ganador. Siempre lo he considerado como un hermano mayor”.
A partir de ahora, la actividad de Pau Gasol se centrará en el apoyo a los deportistas a través de organizaciones de las que es miembro, a la Pau Gasol Academy, a la Fundación GASOL —que creó junto a su hermano Marc para luchar contra la obesidad infantil— y a sus negocios, entre ellos, inmobiliarios y de restauración.