Milena Smit es la chica del momento, y así ha quedado demostrado, una vez más, el pasado fin de semana. Durante la presentación de Madres paralelas (la nueva película de Pedro Almodóvar que Milena protagoniza junto a Penélope Cruz, Aitana Sánchez-Gijón e Israel Elejalde ) en el Festival de Cine de Nueva York, la actriz se ha confirmado como toda una estrella. Ni su innegable talento ni su original estilo pasan desapercibidos.
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Desde que hace un año dio el gran salto al cine de la mano de David Victori en ‘No matarás’ (que le ganó una nominación al Goya como ‘Mejor actriz revelación’), su carrera continúa en imparable ascenso. Más ahora que a este título suma un nuevo y gran éxito, el de ser una ‘chica Almodóvar’.
Pero, más allá de este papel como ‘musa’ del director manchego, descubrimos a una intérprete singular, de 25 años, apasionada de los tatuajes (tiene más de diez), la fotografía, y a la que, confiesa, siempre “le llegan los papeles de una forma muy curiosa”. De hecho, el de su primera película le llegó gracias a las redes sociales. Hablamos con ella de todo esto y más.
- ¿Cómo te llegó este papel para Madres paralelas, la nueva película de Pedro Almodóvar?
- A mí me llegan siempre los papeles de una forma muy curiosa. Esta vez la verdad es que no tenía ni idea de para qué era. Llegó una separata a mis representantes, me la preparé… el primer casting con Eva y Yolanda fue bien, pero yo salí un poco descontenta porque me exijo mucho a veces. Pensaba que se quedaba ahí, y de repente, me volvieron a llamar, así que ahí me preparé para ello... Más que nada por no tener esa sensación que había tenido en el primer casting, que no era que no me lo hubiese preparado, simplemente que no sentía que había dado el cien por cien de mí. En ese segundo casting creo que hubo un momento muy mágico y que traspasó todo. Al final fui pasando los castings y ya me dijeron que la película era con Pedro y con Penélope. Fue un shock, pero una alegría muy grande.
“Trabajar con Pedro Almodóvar y Penélope Cruz ha sido un regalo”
- ¿Cómo te has sentido trabajando con Pedro Almodóvar y Penélope Cruz?
- Ha sido un regalo, un momento muy bonito en mi vida, una maravilla y una suerte porque al final estás trabajando con uno de nuestros directores más importantes (aparte de con personas preciosas). Es lo que más me llevo. Obviamente la experiencia de todo lo que supone esto para mí y para mi carrera es muy importante, pero el hecho de tener la suerte de que estas personas sean tan increíbles, buenas, generosas… es mucho más bonito.
- ¿Nos podrías contar alguna anécdota que recuerdes del rodaje?
- ¡Ni te cuento! El día del parto, por ejemplo, yo pensaba que iba a parir de verdad (se ríe). Claro, tú tienes que empujar, y yo no soy madre, así que me lo explicaron. Estuve preparándome con una matrona, preguntando todas las dudas que tenía… había visto muchos vídeos de partos, sobre todo de niñas jóvenes porque al final hay una gran diferencia entre un parto de una mujer adulta y otra joven. No sólo a nivel físico, sino emocional. La situación es diferente.
Recuerdo que el día que rodábamos el parto, primero le tocaba a Penélope. Cuando estaba rodándolo, yo ya estaba tremendamente emocionada en la escena. Entonces venían Aitana (Sánchez-Gijón) y otras compañeras del equipo a preguntarme si todo estaba bien, y me decían: ‘tranquila, si lo vas a hacer muy bien’. Yo respondí que estaba genial, que esa emoción también era muy bonita de vivir. Cuando llegué a hacer mi escena, fue muy bonita por toda esa emoción que venía trayendo desde cuatro horas antes, pero fue algo muy… una sensación muy inspiradora y un momento mágico. Al final, un parto es un momento muy importante en la vida de una mujer y yo no sé cómo serán los míos cuando tenga hijos, pero desde luego que ya me sé las mejores técnicas, posturas… estoy preparadísima, vaya.
- Tu primer papel para la película No matarás te llegó a través de Instagram, cuando trabajabas como recepcionista en un hotel. Sin embargo, aquella no fue la primera vez que te pusiste delante de una cámara, ya tenías experiencia como modelo de fotografía, en videoclips…
- Lo de modelo es un poco la etiqueta que se suele poner. La verdad es que yo nunca tuve un vínculo relacionado con la moda en ese momento, sino que era algo más artístico. Yo empecé con quince años o así a hacerme sesiones de fotos porque a mí me gustaba. Para mí es una forma de expresión, y una sesión de fotos se convirtió en un momento casi como un ritual o una performance. Todo esto llevó a que a mí me vieran en un videoclip, de ahí surgió otro, y otro… pero nunca hasta entonces había preparado un personaje o una separata. Ellos me contactaron a través de Instagram porque buscaban un perfil muy específico… Tenía todo mi perfil con todas mis sesiones en cementerios y cosas así (ríe) y justo era lo que ellos estaban buscando. Es decir, que cuadró así. También es importante tener en cuenta que esto no es lo normal, no suele pasar. Hay que ser consciente de ello. Qué bien tener un golpe de suerte, pero no tenemos que acostumbrarnos porque no es lo normal.
- Tienes un estilo diferente y único, que llama mucho la atención…
- Creo que es un poco diferente, transgresor, andrógino también… no sé, es como yo me encuentro cómoda. Para mí era súper importante no ser una persona diferente a la que soy también cuando voy a eventos o estoy de cara al público. Pienso que nuestra imagen, la forma en que nos expresamos, en que nos vestimos, dice mucho de nosotros. Es algo que me hace sentir muy cómoda. A lo mejor un vestido de princesa no va tanto conmigo, no lo sabría defender. Para mí era muy importante ir con lo que yo me siento a gusto.
- Eres una apasionada de los tatuajes, tienes más de diez, pero, ¿podrías decirnos cuál es tu favorito?
- Con el tema de los tatuajes ahora estoy frenando un poco porque claro, luego lleva sus 20 minutos tener que taparlos siempre que hay que rodar una escena con la que no van. Pero uno de mis favoritos es el que tengo en el pecho, una balanza. Yo soy libra, así que para mí es muy importante. Me lo hice con dieciocho años en un momento que era muy necesario un equilibrio y todo lo que simboliza esa balanza. La necesidad de estabilidad, la justicia… Creo que son cosas que van muy afines a mí. Es lo que más me puede definir.