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Es una de las influencers más veteranas en el mundo de las redes. Grace Villarreal lleva más de ocho años compartiendo con sus miles de seguidores cómo es su día a día y su vida mantiene “atrapa” a más de un millón de personas entre sus perfiles de Instagram y YouTube. Nacida en Colombia, llegó a España siendo una niña y después vivió un tiempo en Estados Unidos, donde conoció al gran amor de su vida, Jacob Henson, con quien lleva casada doce años y tiene tres hijos: Violetta, de ocho años, Allegra, de seis, y Luca, de dos. Como creadora de contenido, ella conoce muy bien el mundo en el que se mueve, tanto el lado bueno de la fama como los peligros que puede ocasionar, y nos ha contado, durante la inauguración de la Finca Los Jazmines, en Segovia, cómo lidia con ello cada día y cómo lo viven sus hijas mayores, a las que por ahora mantiene alejada de este mundo. Y es que, al contrario de lo que se pueda pensar, en su casa no están “enganchados” a las pantallas.
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-¿Es difícil estar todo el día bajo las miradas de miles y miles de seguidores?
-Depende mucho de tu estado de ánimo. En los días normales, todos nos levantamos con buen pie y estamos seguros de nosotros mismos. En mi día a día, no me afecta mucho cómo me miren desde fuera porque al final, al trabajar en redes sociales, no ves a la gente físicamente siguiéndote, yo tengo el móvil y yo controlo lo que enseño y lo que no. Pero sí es verdad que, al final, te afectan esos comentarios y más cuando no tienes un día bueno. Pero yo no lo pienso mucho, me centro más en mi familia y me veo como una madre y una empresaria, con mi marca, mis proyectos y mirando hacia delante.
-¿Alguna vez has pensado parar y dejar las redes?
-Muchas veces lo he pensado. Porque es fácil que en días malos puedas llegar a tomar decisiones radicales, pero lo que tienes que hacer es ser consciente de que es tu trabajo y tienes que ser responsable con ello. A mí me ha pasado varias veces, sobre todo cuando emocionalmente no lo estaba pasando bien porque mi familia no pasaba por el mejor momento. En dos ocasiones tuve que parar. Gracias a Dios, he podido hacerlo y he podido faltar a mis obligaciones como influencer o como creadora de contenido y he dedicado el tiempo a mi familia, que siempre es mi prioridad.
-Tienes tres hijos, ¿las mayores cómo ven el mundo de las redes sociales teniendo una madre influencer? Porque hoy en día les empieza a llamar la atención muy pronto.
-Yo trabajo en redes y no dejo que mis niñas las vean. Ni Violetta, que tiene ocho años, ni Allegra, que tiene seis, tienen móvil ni están en redes y les controlo muchísimo todo lo que ven y no ven. Es más, en mi casa no vemos la tele. No tenemos televisión por cable, ni canales, ni nada. Hoy en día, es un mundo que está cambiando muy rápido y los límites con los que hemos crecido nosotros ya no existen. Entonces, es muy difícil controlar lo que entra y lo que es parte de la vida de tu hijo. Porque, a lo mejor, en las noticias pueden ver información que a ti no te interesa que vean y en las redes sociales tampoco puedes controlar lo que sale… entonces yo prefiero que ellas no tengan. Y si ven algo, es porque lo ven de refilón porque yo estoy en ese momento con las redes. Pero no entienden muy bien el concepto de lo que es porque no lo consumen.
-Entonces, ¿ellas no saben en qué trabajas?
- Ellas me dicen que hago vídeos, que hago muchos y que tengo algunos en YouTube y me preguntan si los pueden ver y, a veces, los vemos juntos. Pero cuando les preguntan, realmente no entienden el concepto de creador de contenido. Incluso Violetta, me dice a veces que sus amigas están viendo TikTok, que si puede tener una cuenta… pero no le dejo. Hay una cuenta que sí vemos cuando estamos juntas que es Nachter, que es un chico que hace reels con contenido de bromas muy sanas, pero nada más.
-Y tu marido, ¿cómo lleva estar casado con una influencer?
-Suben y bajan sus emociones a lo largo de los años porque ya han pasado ocho años desde que empecé haciendo vídeos en YouTube. Cuando estaba embarazada de Violetta y al principio, me apoyaba muchísimo, él me veía más como creadora de contenido. Después, cuando vinimos a España y empezó a crecer todo el tema de las influencers era todo como muy postureo, malos entendidos y competitividad y ya le dejó de gustar. A medida que ha ido pasando el tiempo y hemos podido conocer a otras personas que se dedican a ello, hemos visto que no todo el mundo en este sector vive del postureo. Nos hemos dado cuenta que hay muchos de los compañeros que trabajan en este medio que son gente trabajadora, gente que tiene proyectos, gente que quiere crecer, ir a más…
“Controlo muchísimo todo lo que ven y no ven. Es más, en mi casa no vemos la tele. No tenemos televisión por cable, ni canales, ni nada”
-¿Te ha costado llegar a formar un verdadero grupo de amigos en el mundo de las redes?
-Yo soy muy de familia y me he centrado mucho en ellos y hacer mi burbuja, todo como muy sano. He podido escoger a lo largo de los años, gracias a Dios, a qué sitios iba y a qué sitios no, entonces he terminado con la gente que estaba en mi agencia, con la que me llevo muy bien, y he conociendo a gente que tiene valores y con la que me puedo identificar. Que creo que suman y no solo son gente superficial.
-Por último, ¿qué proyectos tienes para este curso?
-Mi hermana y yo tenemos una marca que se llama The Villa Concept y ahora lanzamos una nueva colección hecha de alpaca, que es espectacular y producimos en Perú. A pesar de todas las restricciones por la covid, tuvimos la oportunidad de hacerla en febrero y marzo. Empezamos la primera colección y fue tan bien, que en seguida dijimos: “siguiente colección”. Entonces, tenemos esta colección de alpaca y otra colección increíble de trajes. Los nuevos lanzamientos nos emocionan demasiado y es que, cuando haces una marca, cualquier pequeño cambio o cualquier nuevo proyecto es emocionante.
