El fallecimiento de doña Ana Martín, madre de Isabel Pantoja, a los noventa años, ha dejado desolada a toda la familia. Tanto los dos hijos de la cantante, Kiko Rivera e Isa Pantoja, como su sobrina Anabel se enteraron de la triste noticia, en la mañana del miércoles 29, por la prensa. A este shock por la pérdida de su abuela se unió que todos ellos se encontraban en la isla canaria de La Graciosa, donde Anabel tenía previsto casarse el viernes uno. Fueron unos instantes de incertidumbre, puesto que ninguno de ellos pudo confirmar lo que los medios ya daban por hecho. Pese a la confusión, los hijos y la sobrina de la cantante decidieron regresar a ‘Cantora’ para reunirse con su familia y compartir así su duelo.
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Las primeras en comprar su vuelo hasta Sevilla fueron Anabel y su prima Isa. No tardaron en sumarse Raquel Bollo y Antonio Abad, el peluquero de confianza de Isabel Pantoja, quienes también se hallaban en la isla. El último en unirse al inesperado viaje fue Kiko, que se encontraba completamente destrozado por la pérdida de su yaya. No hay que olvidar que doña Ana crió al DJ durante las ausencias de la cantante debido a sus compromisos profesionales. En un principio, Kiko dudó en volver a la casa de su madre, con la que no hablaba desde hacía un año, desde que estalló la última polémica por la herencia de Paquirri. Sin embargo, fue Raquel Bollo quien lo ayudó a tomar la decisión. “¿Qué hago, tita?”, le preguntó el hijo de la cantante. “¿Tú qué quieres hacer?”, respondió la ex de Chiquetete. Por supuesto, Kiko lo tenía claro: “Yo quiero ir”. Entonces, Raquel le dijo: “¿Quieres ir con tu madre? Pues vete. Ella está rota y te necesita. Eres su hijo”. Así comenzó el largo periplo.
Más de mil kilómetros de viaje
Tanto los hijos de Isabel Pantoja como su sobrina Anabel sabían que no llegarían a tiempo para velar el cuerpo de doña Ana, cuyos restos iban a incinerarse a última hora de la tarde de ese mismo día, miércoles 29. Entre La Graciosa y ‘Cantora’ hay más de mil kilómetros y el trayecto ha de realizarse en varios tramos. Primero, tomaron un ferri a Lanzarote y de ahí volaron hasta Gran Canaria, donde todos ellos cogieron otro avión rumbo a Sevilla. Después de su llegada a la capital hispalense, se repartieron en dos coches para poderse movilizar hasta a la finca de la cantante, situada en el término gaditano de Medina Sidonia, a casi 140 kilómetros del aeropuerto sevillano. Kiko se desplazó en el vehículo de su primo Manuel Cortés, el mayor de los dos hijos que Raquel Bollo tuvo con Chiquetete. El resto viajaron en otro coche.
Reencuentro sin rencor
Fue cerca de las dos de la madrugada del jueves 30 cuando Kiko entró en ‘Cantora’, después de un año sin pisarla. El encuentro con su madre dejó impactado al DJ al verla tan abatida. Ahí, el hijo de la folclórica fue consciente del dolor que había causado en los últimos meses con sus incendiarias declaraciones en televisión. Aun así, Isabel Pantoja y su hijo protagonizaron un momento muy especial, en el que se fundieron en sentidos abrazos y se besaron, además de compartir lágrimas de emoción.
En ningún instante hubo reproches entre Kiko y su madre, porque, como cuentan a ¡HOLA!, “no era el momento”. La conversación sobre estas rencillas es algo pendiente que se producirá en un futuro próximo. A pesar de las informaciones difundidas por distintos medios, el reencuentro entre Isabel Pantoja y su hijo tampoco provocó ninguna discusión con Agustín, hermano de la artista. “No es verdad”, nos asegura Raquel Bollo, que es una de las pocas personas que presenció la escena. No cabe duda de que el dolor por la pérdida de doña Ana estaba por encima de los desencuentros de los últimos meses.
No hubo reproches entre Isabel y Kiko, tras más de un año sin verse. Tampoco discutieron la artista y su hermano Agustín por el DJ
Pasadas las cinco de la madrugada, Kiko, Isa y Anabel decidieron acostarse y el DJ abandonó la finca. Sin embargo, la cantante se quedó en vela, junto a las cenizas de su madre, durante toda la noche. Lo hizo acompañada de Raquel Bollo, que no se separó de la persona que siempre le ha brindado su apoyo en sus momentos más duros, como cuando la tertuliana se separó de Chiquetete, primo de la folclórica. Las dos amigas estuvieron conversando y compartiendo su dolor, pero también recordando anécdotas y manteniendo intensas conversaciones hasta las doce de la mañana del día siguiente.
A su despertar, Kiko no se sintió con ánimos para acompañar a su prima a la celebración de su boda, así que decidió no regresar a La Graciosa . En ese momento, llamó a Irene Rosales, que se encontraba en la isla canaria con las pequeñas Carlota y Ana, las dos hijas del matrimonio, para comunicarle su decisión. Ante la llamada de su marido, la mujer del DJ no dudó en volver a Sevilla y, a las 16:00 del jueves 30 —un día antes de la boda—, abandonó La Graciosa.
La salida de Anabel
Antes de su retorno a Canarias, Anabel habló con su tía Isabel y su tío Agustín. Tal y como ha revelado la propia colaboradora a ¡HOLA!, fueron ellos quienes le animaron seguir adelante con la boda. Por ello, a las 14:00 de ese jueves 30, la sobrina de la artista, junto a su prima Isabel, Raquel Bollo y su peluquero, inició su camino de vuelta a Canarias. Pero, antes del camino de vuelta, Anabel le pidió a su tía alguna pertenencia de su abuela Ana para tenerla presente el día de su enlace. La cantante no solo le regaló una pulsera de la yaya, sino que también un rosario y un llamador de ángeles con la Virgen del Rocío, de la que doña Ana era devota. Sin duda, una forma muy bonita con la que la colaboradora de Sálvame tuvo muy presente a su querida yaya en la celebración de su historia de amor con Omar Sánchez, que finalmente pudo celebrarse el viernes uno.
A pesar de los duros momentos, la partida de doña Ana ha provocado que Isabel Pantoja y su hijo, Kiko, tiendan puentes. Se trata de un acercamiento que celebra Raquel Bollo, responsable del mismo. “Sé que ella necesitaba a su hijo y Kiko se iba a arrepentir el día de mañana. Además, esa situación entre madre e hijo era antinatural”, afirma la buena amiga de la artista. Se desconoce si la cantante y su hijo volverán a encontrarse estos días. De momento, no hay ninguna Misa prevista para honrar la memoria de doña Ana.