Joaquín Güell Ampuero, amigo de Susanna Griso, es uno de los hombres más deseados de la sociedad española: cincuenta y tres años, aristócrata, exitoso financiero, divorciado y padre de dos niñas pequeñas. Güell desciende de dos de las familias más importantes de Cataluña y País Vasco. Su tatarabuelo paterno, Eusebio Güell y Bacigalupi, primer conde de Güell, fue un poderoso industrial y político, conocido principalmente por ser mecenas del arquitecto modernista Antoni Gaudí (de ahí que una de sus creaciones más importantes, el Parque Güell de Barcelona, lleve el nombre de la familia). Por el lado de su madre, Isabel Ampuero y Urruela, pertenece a una adinerada familia de Bilbao cuyo abuelo, José Joaquín Ampuero del Río, ayudó a crear el Banco de Bilbao, donde ejerció de consejero.
Sin embargo, Joaquín Güell ha sabido labrarse un nombre por méritos propios en el competitivo mundo de las finanzas y la banca internacional. “Las raíces me las dio mi familia y las alas, Harvard”, reconoció al diario ABC, en 2019. “Desde pequeño sabía qué hacer para ser el favorito del profesor. Me interesaba mucho más seducir que aprender. No fui un niño ingenuo. Sabía dónde estaba la herida e iba a por ella. Era el camino más fácil para mí. Se me daba muy bien”, reveló.
Tras estudiar Económicas en la Universidad de Harvard, en Massachusetts, y Ciencias Políticas en Sciences Po, en París, trabajó en banca de inversión para Santander, BCH y Merrill Lynch. Entre 2004 y 2007 fue director general financiero del grupo editorial Recoletos y de allí pasó a ser director del banco de negocios Lazard en España. Desde 2015, ejerce como senior principal de Investindustrial, el fondo de inversión de las familias italianas Benetton y Bonomi, con sede en Londres. “Los fondos de capital privado se dedican a comprar compañías, a tratar de mejorarlas y a venderlas. Pese a las críticas, somos mejores propietarios que la bolsa, que a menudo opera como si no no tuviera dueño”, explicó en ABC.
Joaco, como lo conocen sus amigos, le debe su nombre a su tío Joaco, fallecido en un accidente de avioneta cuando tenía 21 años. Además de exitosos empresarios, en su familia hay numerosos artistas. Su madre es prima hermana de Casilda Varela, primera mujer de Paco de Lucía. Por vía paterna es primo de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada. El padre de Joaquín, el intelectual Juan Güell y de Sentmenat, era primo hermano de la madre de Ágatha; y su madre, Isabel Ampuero, también. Así que son primos segundos dobles y han compartido muchos veranos en Mallorca.
De joven, Güell mantuvo una relación con la modelo y actriz Inés Sastre. También fue novio de la guionista y escritora Astrid Gil Casares, exmujer del empresario Rafael del Pino. En 1997, conoció a la política y aristócrata hispano-argentina Cayetana Álvarez de Toledo, actual marquesa de Casa Fuerte, que por entonces estaba realizando su doctorado en la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Tres años después de conocerse, en 2001, se casaron. Él tenía 33 años. Ella, 27. En 2009 nació su primera hija, Cayetanita. Dos años después llegó la segunda, Flavia, nombrada así en recuerdo de una tía de Cayetana.
En 2018, Joaquín y Cayetana se divorciaron. “Las familias siempre perduran y no creo que un matrimonio que dure más de diez años y que haya dado momentos maravillosos, hijos, casas, ambientes y amistades pueda decirse que ha fracasado”, explicó el financiero en su entrevista a ABC. “Me gusta John Updike cuando dice: “Mi primer matrimonio fue un éxito”.
A finales del año pasado, Susanna Griso se separó de su marido, el comunicador Carles Torras, director de exitosos programas de televisión como Caiga quien caiga, Conexión Samanta, y Hay una cosa que te quiero decir. Los periodistas pusieron punto y final a su matrimonio después de 23 años juntos y tres hijos en común: Jan (2003), Mireia (2005) y Dorcette, de sies años, la niña que adoptaron en 2018 en Costa de Marfil. La presentadora de Espejo Público llevó este proceso con gran discreción, la misma que ha caracterizado siempre su vida privada.
Susanna conoció a Carles cuando ambos trabajaban en Catalunya Ràdio. “Él entraba con un casco y unas camperas y no sé, me gustó... ‘A este chico le tengo que conocer’, pensé. Recuerdo un día que salimos todo el equipo y empezamos a hablar y no coincidíamos en nada, no había ni un punto de coincidencia en nuestras vidas, pero algo había...“, confesó la comunicadora en una de sus visitas a El Hormiguero.
Se casaron en 1997 en el túnel del terror del parque de atracciones Tibidabo. “Tengo un recuerdo difuso de ese momento, ya lo he dicho en alguna ocasión... Mi boda fue espectacular... ¡Hombre! En el túnel del terror. ¿Quién se casa en el túnel del terror? No sé cómo... en fin, no sé cómo tomarme eso, era un un indicio de lo que iba a venir”, dijo la presentadora una vez entre risas.