Claudia Ortiz Domecq, más conocida como Claudia Osborne, llevaba soñando muchos años con este día, con este inolvidable momento, y por fin llegó… El pasado sábado 2 de octubre, la más pequeña de las tres hijas de Bertín Osborne y la recordada Sandra Domecq contrajo matrimonio con José Entrecanales Carrión, el mayor de los cuatro hijos de José Manuel Entrecanales, presidente ejecutivo de Acciona, y María Carrión, después de casi dos años de relación.
El día no pudo empezar mejor. Un sol radiante de otoño iluminaba Jerez de la Frontera, donde crecieron las hermanas Ortiz Domecq y el lugar que Claudia escogió para celebrar su boda. La ciudad gaditana, cuna del caballo y el vino, está muy ligada tanto a la familia de la novia como a la del novio. Claudia y su ya marido comparten lazos de sangre, siendo ambos descendientes de la famosa familia bodeguera jerezana de los Domecq. El abuelo materno de la hija de Bertín y el bisabuelo paterno del novio eran hermanos: Beltrán y Pedro Domecq y González, el pequeño y el mayor, respectivamente, de los catorce hijos que tuvieron Manuel de Domecq y Núñez de Villavicencio —primer vizconde de Almocadén—, con María de las Mercedes González.
Claudia, una novia muy chic, con un original diseño bordado de perlas y una espectacular capa de organza, llevó una fabulosa gargantilla trenzada de brillantes
Desde primera hora de la mañana, numerosos curiosos ocupaban las inmediaciones de la iglesia de San Miguel, la misma donde se casaron los padres de Claudia y sus dos hermanas mayores, Alejandra y Eugenia, para ser testigos del acontecimiento social del año en Jerez. En la entrada del templo, un gran arco cuajado de jazmines, obra de Javier Varela —que se encargó de todos los arreglos florales, nardos y jazmines de la iglesia—, daba la bienvenida a los invitados.
Las hermanas de la novia, Alejandra, Eugenia y Ana Cristina, convirtieron la celebración en toda una pasarela de estilo y tendencias
Las hermanas de la novia fueron de las primeras en llegar. Eugenia y Ana Cristina Portillo Domecq (hija de Sandra Domecq y Fernando Portillo) aparecieron juntas con los hijos de la primera: Juan, Sandra y Tristán. Deslumbrantes, Eugenia optó por un diseño azul marino y blanco de The IQ Collection, mientras que Ana Cristina apostó al rojo con un vestido ‘midi’ de escote asimétrico, en seda estampada con sus propias acuarelas. Tanto el tejido como el traje fueron diseñados por ella misma. Por su parte, Alejandra, acompañada de sus tres hijos, Santiago y los mellizos Fausto y Valentina, fue la más atrevida de las tres, con un vistoso vestido de gasa animal print y unos pantalones palazzo en un intenso color rojo.
Entre los amigos de la novia, destacaron la influencer Carla Hinojosa; la pareja formada por Enrique Solís Tello y su novia, Alejandra Domínguez, o la diseñadora Blanca Astolfi, autora de muchos de los trajes de las invitadas. Lulu Figueroa Domecq, prima hermana de la novia, que en julio fue madre por segunda vez de un niño, Lucio, llegó junto a su marido, Adrián Saavedra, y su hijo mayor, Ciro. Inés Domecq, marquesa de Almenara, ocupó de nuevo el podio de la elegancia, con un diseño en blanco y negro de su colección. Mercedes Bohórquez Domecq, prima y gran amiga de Claudia, acudió junto a su marido, Bruno Oliver Bultó. La decoradora de interiores Belén Domecq; Lucila y Beltrán Domecq Williams, hermanos de la desaparecida Sandra, o las hermanas de Bertín, Luz, Marta y María Teresa, condesa de Las Navas, junto a sus dos hijos, Teresa y Felipe Roca de Togores, no quisieron perderse tampoco la boda de Claudia.
Y a las doce en punto del mediodía, con puntualidad británica, llegó la novia. Claudia descendió de un imponente coche acompañada de su padre y padrino, Bertín Osborne, emocionado y feliz de llevar a su ‘niña pequeña’, como él mismo dijo. El famoso cantante, que fue recibido con vítores y aplausos, entró en la iglesia con Claudia, seguida de su hermana pequeña, Ana Cristina, que se encargó de que el vestido de su hermana estuviera perfecto.
Diseño jerezano
La novia estaba guapísima con un diseño de T.ba, la firma de las hermanas jerezanas Mercedes y Fernanda López de Carrizosa. El vestido, palabra de honor y de corte recto, estaba completamente bordado con abalorios y perlas y se completaba con una capa de organza beis, que se prolongaba en una larga cola. En lugar de velo o tocado, Claudia llevó una llamativa gargantilla trenzada con brillantes montados en oro blanco, que combinaba con sus pendientes largos a la vista, gracias a su peinado, un sencillo moño de bailarina. Su ramo, siguiendo la tendencia actual, estaba formado por diferentes tipos de flores silvestres, entre ellas, rosas y cardos. Una novia original y chic que completó su look con zapatos planos de seda y bordados joya de estilo árabe.
“Es mi niña pequeña, claro que me he emocionado, evidentemente”, expresó Bertín Osborne, tras la boda de la más pequeña de sus tres hijas
Media hora antes, había llegado José Entrecanales Carrión, impecable con el clásico chaqué, del brazo de su madre, María Carrión López de la Garma , una elegante madrina con un vaporoso vestido azul petróleo, con manga larga semitransparente. El padre del novio, José Manuel Entrecanales Domecq, llevó la insignia de la Orden del Sol Naciente, condecoración que recibió, en 2018, en una ceremonia presidida por el Emperador Akihito, por ‘su fuerte compromiso con el desarrollo sostenible’, así como por ‘su labor de fomento y relaciones económicas entre Japón y España’.
Unos novios muy eco
Tras la ceremonia religiosa, José y Claudia, ya convertidos en marido y mujer, abandonaron el templo con una gran sonrisa y un guiño al cuidado del medio ambiente: en un coche de pequeñas dimensiones, el primer modelo eléctrico de cuatro ruedas que lanza la firma española Silence, empresa que tiene entre sus propietarios a Acciona y de la que el marido de Claudia es director de estrategia y desarrollo corporativo en su filial de Energía.
Los recién casados y sus invitados se trasladaron a la finca ‘Santiago’, propiedad de las hermanas Ortiz Domecq, la casa de campo situada a las afueras de Jerez de la Frontera donde vivió Sandra Domecq hasta el final de sus días y donde ahora sus hijas pasan largas temporadas. Javier Varela, de Florenea, se encargó de toda la ambientación, tanto del almuerzo, en una arboleda al aire libre decorada con rosas, servido por el catering sevillano Alda & Terry, como del lugar donde tuvo lugar el baile posterior, un bosque encantado con infinidad de pequeñas luces. La fiesta, en la que no faltó la buena música a cargo de un grupo en directo, se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
El emotivo recuerdo de Claudia a su madre, Sandra Domecq
“Hoy me toca a mí, mamá. Cuánto desearía que fueras tú la que me estuviera vistiendo… Cuánto desearía ver tu cara a mi lado en el altar…Pero, tal y como me prometiste, aunque no te sea posible estar físicamente, aquí estarás agarrando mi mano desde el cielo, y así lo sentiré yo. Siempre conmigo”, fueron las emotivas palabras que Claudia Osborne dedicó a su madre. La coach compartió este mensaje con sus seguidores junto a una foto de sus padres, Bertín Osborne y Sandra Domecq, el día de su boda (bajo estas líneas), celebrada en la misma iglesia, en 1977.