Este es un día muy especial para Julián Porras-Figueroa. El marido de Olivia de Borbón cumple este cinco de octubre 40 años, y lo hace justo un día después de celebrar su séptimo aniversario de boda. Como él mismo nos explica, entra en esta nueva década “encantado de haber llegado con tantas cosas positivas y buenas a su alrededor”, con nuevas ilusiones tras un año muy complicado. En el 2020, su esposa, la hija mayor del Duque de Sevilla, tuvo que hacer frente a dos duros golpes: el fallecimiento de su hermana, Cristina, a los 44 años, y apenas un mes más tarde el de su madre, Beatriz von Hardenberg.
Un doble duelo del que Olivia habló, por primera vez, en una reciente entrevista, realizada por el propio Julián y publicada en ¡HOLA! El matrimonio se sinceró entonces sobre esta etapa tan difícil, que ha afrontado más unido que nunca, junto a sus hijos, Flavia y Fernando, el padre de la aristócrata, Francisco de Borbón y Escasany, y sus amigos.
Con motivo de esta fecha redonda, Julián nos cuenta cómo es su vida en familia, al lado de Olivia, la mujer de su vida, y nos adelanta algunos de sus próximos proyectos: desde la construcción de la casa de sus sueños en Marbella hasta un libro que, espera, vea la luz en primavera.
- ¿Cómo estás celebrando este 40 cumpleaños?
- Voy a celebrarlo con Olivia y con mis hijos, Fernandito y Flavia. Vamos a hacer un lienzo con colores muy llamativos en casa, soplaremos las velas con ellos... y por la noche me iré a cenar con Olivia y con mis padres.
- ¿Qué deseo vas a pedir cuando soples las velas?
- Ahora mismo lo que más deseo es que Olivia vuelva a sonreír como antes. Cada vez está mejor.
- El año 2020 fue un año especialmente duro para Olivia tras la pérdida de su hermana y su madre. ¿Cómo las seguís recordando?
- Las tenemos muy presentes. En cualquier conversación del día a día salen las dos. A Cristina o ‘Cristi’, como yo la llamaba, la recuerdo con mucha dulzura y ternura, con mucho cariño. Era una persona que sufría mucho por las injusticias de la vida. Era demasiado buena, tenía un corazón inmenso lleno de bondad. Mi suegra está siempre a mi lado. Tenía un vínculo (y sigo teniéndolo) muy especial con ella. Su pulsera con una ‘B’ de Beatrice que yo le regalé en uno de esos cumpleaños, sigue en mi brazo desde que se fue, y sé que desde el cielo está pendiente de mí. Era mágica. Realmente, una princesa de verdad. Se fueron casi de la mano.
“A Cristina o ‘Cristi’ como yo la llamaba, la recuerdo con mucha dulzura y ternura. Mi suegra está siempre a mi lado. Era mágica”
- Ayer Olivia y tú celebrasteis vuestro séptimo aniversario de bodas.
- No hace falta decir que Olivia es el amor de mi vida, que lo es, pero es algo más. Es la madre de mis hijos que me ha dado tantísima felicidad. Y también es la mejor persona que conocido en toda mi vida. Yo que soy más nervioso, siempre está ahí para tranquilizarme. Siempre tiene una frase perfecta para darle la vuelta a las cosas negativas. Vivimos muy felices en Marbella, junto a nuestros hijos y perros, pero también intercalamos nuestra vida social entre Madrid y Sevilla donde tenemos muchos lazos de unión tanto Olivia como yo.
- ¿Guardas algún recuerdo en especial de aquel día?
- Uno de los mejores recuerdos que tengo de la boda es la sorpresa que nos dio nuestro amigo Juan Peña. Cuando estábamos cenando, Juan, que es cantante, se levantó y comenzó a cantarnos a capella la canción No me lo creo. Se hizo el silencio y se apagaron las luces. Al terminar, recibió un aplauso maravilloso, Olivia estaba muy emocionada... Y también otro momento que recuerdo es cuando comenzó a sonar la Salve rociera, toda nuestra familia y amigos presentes.
- En estos años de matrimonio, habéis tenido dos preciosos hijos. ¿A quién se parecen?
- Flavia, mi hija, físicamente es igual que Olivia cuando era pequeña, es muy coqueta y femenina, pero luego tiene ese carácter alemán que viene por parte de mi suegra que nos pone a todos firmes. Fernando, físicamente, es clavadito a mí. Un mini yo. Y de forma de ser muy parecido a mi padre. Contundente, con carácter fuerte también, pero a la vez el tío más simpático del mundo. Es un auténtico fenómeno y un niño súper inteligente Al igual que su hermana Flavia.
- El padre de Olivia, Francisco de Borbón y Escasany, también es muy importante para vosotros.
- Mi suegro es un referente para mí. Intento estar siempre a la altura de lo que requiere ser el yerno de un gran duque como es él y el esposo de su hija mayor. Lo admiro, lo respeto y todos los días aprendo algo de él. Es como un segundo padre para mí.
- Este fin de semana el hermano pequeño de Olivia, Francisco, se casa.
- Con mi cuñado Francisco tengo una relación buena y cordial. Este sábado se casa, y si él es feliz, nosotros también lo somos. Le deseo lo mejor.
“Mi suegro es un referente para mí. Intento estar siempre a la altura de lo que requiere ser el yerno de un gran duque como es él y el esposo de su hija mayor”
- ¿Qué se siente al llegar a los 40?
- Estoy encantado de cumplir 40 años y haber llegado a ellos con tantas cosas positivas y buenas a mi alrededor. A pesar de tener los ojos un poco estropeados, no pierdo la fe que algún día haya una cura para solucionar mi problema. Mis médicos, los doctores Fernández-Vega, dicen que puede llegar en cualquier momento...
- En 2017 hablaste de la enfermedad que sufres, que es rara y degenerativa y que te hace perder la vista. ¿Cómo te encuentras ahora?
- Estoy en un momento muy complicado porque yo ya no puedo leer. En un móvil sí. Tengo un mecanógrafo que yo le voy relatando, después eso me lo manda a mí por mail, lo leo en mi móvil, que sí puedo leerlo porque la letra pequeña, curiosamente, la leo. Es como si mi visión tuviese un anillo y viese por dentro de él.
-¿Tienes algún nuevo proyecto a la vista?
- Vamos a construirnos una casa aquí en Marbella. Estamos esperando las licencias. Mi suegro nos ha regalado un terreno que se encuentra dentro de su propiedad, en el lugar donde se crio Olivia, y tenemos la grandísima ilusión de hacernos la casa de nuestra vida (esperamos poder empezar en unos meses). Es el gran proyecto de vida que tenemos ahora mismo.
A nivel personal también estoy inmerso en un libro autobiográfico que espero publicar la primavera del año que viene. En él voy a contar todo lo que he vivido estos cuarenta años, y cómo me iba la vida hasta que, de repente, a los 29 años, me meto en un túnel y veo un círculo transparente. Cuento todo lo que pasó, el por qué, cómo cambió todo...
- Tanto tú como Olivia guardáis un gran vínculo con Marbella, forma parte de la historia familiar.
- Yo he veraneado toda la vida en Marbella. Aquí conocí a Olivia, y decidimos que sería aquí donde nos casaríamos. Me acuerdo que un día le comenté que me gustaría vivir en Marbella, y entonces me miró, y me contestó: ‘¿y por qué no nos venimos a vivir?’. La verdad es que somos dos personas muy afortunadas porque podemos trabajar a distancia. Llevamos aquí ya siete años.
Por otro lado también está la vinculación de mi suegra con Marbella. Ella me enseñó el romanticismo del Marbella Club. El príncipe Alfonso de Hohenlohe era primo suyo, mis suegros se conocieron en Mau Mau (que era la discoteca antigua que había en Marbella Club)... Ella me mostró toda esa parte romántica. Marbella tiene rincones y sitios que esconden muchísimos secretos. Mi conexión con la ciudad es tal que hasta que comenzó la pandemia, el príncipe Hubertus de Hohenlohe, primo de Olivia, y yo solíamos reunir a las anteriores generaciones de la jet set con las actuales en la Legendary Party. Hacíamos unas fiestas maravillosas, y todo eso se lo debo a mi suegra. Creo que la Marbella que brilla sigue existiendo.
- Hace poco estuviste en África, ¿ya tienes destino para tu próxima aventura?
- Fue un regalo de Olivia. He hecho un viaje que me emociono sólo con pensarlo. Me ha llenado tanto espiritualmente... Ha sido una gran experiencia para mí. ¿Una nueva aventura Nunca se sabe. Yo siempre vivo el día a día. Cuando tienes un problema visual, no sabes si dentro de unos días vas a poder seguir viendo igual que hoy, tienes que ver la vida desde una perspectiva muy diferente. Si puedo el año que viene, me gustaría irme a otro sitio de África. He vuelto totalmente enamorado del continente.