“El parón que hemos tenido durante el año pasado ha sido una bofetada en la cara en muchísimos sentidos, pero sí, hemos sido conscientes de lo deprisa que hemos vivido y creo que nos han caído muchas fichas de, a lo mejor, intentar arreglar cosas que no nos gustaban de nuestra vida y que queríamos cambiar. Sin darte cuenta te metes en una especie de bucle, de rueda que va muy deprisa y hasta que no paras en seco no te das cuenta de ello” nos dice Blanca Suárez. “No sé cómo me voy a tomar la vida a partir de ahora, pero sí quiero que sea más tranquilamente, viviendo mucho más el momento y valorando mucho más las cosas pequeñas. Como estar más con los seres que queremos, dedicarles conversaciones, momentos, el contacto físico” añade la actriz a quien entrevistamos por Jaguar, la serie de Bambú Producciones para Netflix, idea original de Ramón Campos y Gema R. Neira, donde se convierte en una cazanazis.
De hecho Jaguar, fue su primer trabajo después de los meses de confinamiento del año pasado: “Estábamos en proceso de preproducción y en pruebas cuando se produjo y todo se paralizó, como se paralizaron la vida y las cosas. Cuando volvimos a ponernos en marcha fue un poco raro porque era la segunda vez que arrancábamos. Trabajar en estas condiciones ha sido complicado y a eso se suma que en nuestro trabajo no llevamos mascarilla, te sientes muy expuesto. Dependes de que la producción tome muchas medidas de prevención y lo tenga todo muy atado y controlado. Acabamos el rodaje, no hubo percances, y la verdad, me siento muy orgullosa de que Jaguar haya sido el primer rodaje con el que volvimos a trabajar después de toda esta situación sanitaria tan terrible”. La actriz, que el 21 de octubre celebrará su treinta y tres cumpleaños, nos descubre además veinte cosas que no sabíamos de ella.
‘Recuerdo con mucho amor un Bluemarine de la edición de los premios Goya donde me nominaron a mejor actriz revelación. Uno que era beige hecho de tul y lentejuelas’, explica Blanca.
Aprendí hace mucho a no decir ‘de esta agua no beberé’.
En lo que eres tacaña.
Pues la verdad que no me considero tacaña. Intento ser justa con el dinero que se gasta, pero que también sé dar caprichos.
En lo que no miras el dinero.
En la salud, en mis animales, en mi familia.
Tu mayor tesoro.
Yo soy de crear pequeñas cajas con recuerdos de familia, de momentos importantes. Seguramente sean cosas que no tengan un gran valor aparente, pero para mí sí lo tienen en lo sentimental.
Algo que no soportas en un hombre.
En general, en el ser humano no soporto la falta de sentido del humor.
Algo que alabas.
El sentido del humor (ríe).
El mejor regalo que pueden hacerte.
Puede ser desde un capricho que lleve queriendo mucho tiempo a algo a lo que le han dedicado mucho tiempo y cariño en crear, no tiene por qué tener un valor económico.
Una película.
‘Moulin Rouge’, porque de pequeña me marcó.
Una canción memorable.
Seguramente cualquiera de Iván Ferreiro porque también marcó mi adolescencia.
Un vestido inolvidable.
He tenido la suerte de haberme puesto vestidos increíbles a lo largo de estos años, pero recuerdo con mucho amor un Bluemarine de la edición de los premios Goya donde me nominaron a mejor actriz revelación. Uno que era beige hecho de tul y lentejuelas.
A quien admiras.
A mi familia.
Una comida que aborrezcas.
Soy de tan buen comer que no hay nada que diga esto es terrible. Seguramente algo tipo callos o algo así.
Una comida que te haga feliz.
La pasta, me alucina.
En que te molesta perder el tiempo.
No es que me moleste perder el tiempo por algo concreto, es que me molesta el concepto de perder el tiempo.
Tu lema en la vida.
No tengo un lema… dejarme llevar y sorprenderme.
Tu plan perfecto.
Un viaje gastronómico. Un fin de semana de ir a algún sitio planeado, a algún restaurante con un menú increíble, paseos, llenar la panza y estar tranquilo.
Un lugar para perderte.
Precisamente porque es un lugar para perderme, es un secreto y no se lo diré jamás a nadie (ríe).
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© PEPE LOBEZ /NETFLIX
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