Teatro de Poissy. Celebración del festival musical Estival. En el escenario Carla Bruni. La artista francesa ha vuelto a regalar su seductora voz en una cita musical en la que el público ha caído rendido a sus pies. A veces para saberlo no hace falta más que una mirada, no en vano se dice que la cara es el espejo del alma. Al mirar la expresión de Nicolás Sarkozy, uno más entre los asistentes, se puede comprobar así, a simple vista, el estado de su matrimonio. No hace falta preguntarles ni declaraciones traducidas en palabras, pues sus gestos hablan por sí solos. Esta mirada en el palco del expolítico es una de esas señales que demuestra que su amor, que nació hace ya casi catorce años, sigue tan vivo como el primer día.
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Carla Bruni y los detalles de su 'flechazo' con Nicolas Sarkozy
Giulia, la 'muñeca' rubia de Carla Bruni
“Fue un amigo personal común, un día me llamó por teléfono y me dijo que si me interesaba cenar con Nicolas Sarkozy, que ya era presidente. Dije que sí, y luego buscamos fechas, porque como era presidente estaba muy ocupado", recordaba en una ocasión la intérprete sobre cómo se conocieron en 2007 (en el programa El Hormiguero). Una velada que tardó meses en llegar y que cuando lo hizo sentó al político, soltero de nuevo tras su controvertido divorcio de Cécilia, junto a la intérprete. El flechazo fue instantáneo. “Fue inmediato. No esperaba que él fuese tan divertido y vital. Su aspecto, su encanto y su inteligencia me sedujeron” comentaría después Carla (declaraciones recogidas en el libro Nicolas Sarkozy and Carla Bruni: The True Story, de Valérie Bénaïm).
Su relación salió a la luz en diciembre de 2007, y el 2 de febrero de 2008 se casaron en la más estricta intimidad. Carla Bruni se convirtió en Primera Dama y ocupó su lugar en el Elíseo junto al presidente de Francia, un papel que no estuvo exento de críticas por su pasado. Sin embargo, encajó a la perfección y se ganó el aplauso internacional con sus apariciones. Su apoyo a su marido fue incondicional por lo que aparcó sus actuaciones (publicó su cuarto disco Comme si de rien n'était en 2008 pero destinó los beneficios a causas sociales) y se dedicó a diversas causas benéficas y a la hija que tuvieron en común, Giulia (2011). En 2012 abandonaban el gobierno de la república y comenzaban juntos una nueva vida (Carla volvía a la música), afrontando contra viento y marea las acusaciones de corrupción que planeaban sobre el expresidente.
Juntos ante los obstáculos
Unas acusaciones que le han llevado a ser condenado en este 2021 a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose en el primer jefe de Estado de Francia en hacer frente a una pena de cárcel (no tiene antecedentes por lo que no ingresará en prisión). Ni estos problemas legales han supuesto un problema para Carla, que se ha convertido en la mejor defensora de su marido y cumpliría con él la condena: el político de 66 años estaría exento de cumplir dos años por su falta de antecedentes y el tercer año podría completarlo en forma de detención domiciliaria, con un dispositivo para evitar el riesgo de fuga. “La verdad saldrá a la luz” aclaró la cantante poco después de conocer el resultado del juicio, que ahora apelará el expolítico (el proceso podría llevar varios años).
Así el matrimonio seguirá disfrutando en libertad de una vida en común que está a punto de cumplir tres lustros y que esconde un secreto. “En un matrimonio debe haber deseo y amistad por ambas partes” contaba Bruni en el portal de moda Refinery29. Un pensamiento que casa a a la perfección con otro de los expresados por la antaño primera dama: “Pensaba que el matrimonio era una prisión, pero te da alas”. En realidad no hacen falta estas reflexiones para comprobar que están enamorados, basta con volver a revisar la mirada de la fotografía.