Se puede juzgar a un juez aparentemente solo por haberse enamorado? ¿Tiene sentido que el supuesto problema que encuentran algunos no es enamorarse, sino hacerlo de alguien conocido y que conlleve, por ello, una exposición pública? Desde el minuto cero en el que comenzaron su relación, Esther Doña y el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz lo tenían claro: ni existía ese problema ni pensaban permitir que nadie lo creara. Así que, con toda naturalidad, decidieron no esconderse. ¿Y por qué iban a hacerlo? ¿Estaban acaso haciendo algo mal? ¿Dos personas libres que simplemente se enamoran? Fue a finales del mes de julio cuando todo comenzó y, hoy, apenas tres meses después y tras haber hecho correr ríos de tinta con su relación, dan un paso al frente: “Estoy aquí, al lado de Esther, porque estoy enamorado y no quiero esconderme. Cuando uno ama, quiere gritarlo a los cuatro vientos”. Estas palabras las pronuncia el juez Santiago Pedraz, un peso pesado en el mundo de la judicatura, un superjuez, con casos de enorme trascendencia que han ocupado numerosas portadas en la prensa nacional e internacional y con una carrera llena de hitos. Un juez estrella en los tribunales, pero un hombre sorprendentemente sencillo, afable y discreto (incluso tímido al principio) en las distancias cortas. Aunque abrumado por esta notoriedad en la prensa social que le ha traído su relación con Esther, se muestra seguro y decidido —valiente— y acompaña a Esther en este reportaje. El poder del amor.
Esther, por su parte, está como nunca. No se le borra la sonrisa de su rostro, quizá porque al fin la ha recuperado después de un largo tiempo en el que no recibía más que duros golpes de la vida. Hace un año y medio perdió a su marido, Carlos Falcó, y, poco después, a su padre, los dos, víctimas de la COVID. Cambios en su vida, momentos difíciles de afrontar y muchas lágrimas de las que nunca quiso hacer testigo a nadie… De cara a la galería, siempre palabras agradables y una sonrisa. Sin embargo, el día que se volvió a cruzar en su vida Santiago Pedraz (de sesenta y tres años, diecinueve más que ella), volvió a respirar, a sentir, a vivir… Justo acababa de dar a luz su primer libro sobre su historia de amor con Carlos Falcó, La vida de un gran hombre a través de mis ojos (Planeta), pero lo que no sabía entonces es que, además del homenaje a su amor con el marqués de Griñón, se convertiría en una suerte de carta de despedida para empezar un nuevo capítulo de su vida.
Su sorprendente historia de amor
—Un nuevo capítulo de tu vida… y, por lo que veo, no puede ser más emocionante.
—Pues la verdad que sí… ¡Aún no puedo creer cómo empezó! Es algo que nos ha sorprendido a los dos por igual. Pero tengo que decirte que pienso que ya estaba escrito. Te voy a contar una cosa. Hace unos años, Carlos, que siempre pensaba en todo, comentó en una de tantas reuniones de amigos que hacíamos en casa algo que me dejó un poco perpleja. Dijo en un momento dado: “El día que yo no esté, ¡Santiago es el hombre que me gustaría para Esther!”. ¡Imagínate! Cuando Santi y yo comenzamos, yo ni lo recordaba, pero fue Verónica (Fernández de Córdova, marquesa de la Puente y prima hermana de Carlos) quien me lo hizo recordar. Ella, desde hacía unos meses, no paraba de repetirme: “Prima (que es como se llaman entre ellas), tienes que ver a Santi, ¡Santi es el mejor!”. Y yo no entendía bien su insistencia hasta hace unos dos meses. Se acercaba la fecha de la boda de su hijo Jaime Fernández de Córdova con Virginia Trujillo, solo faltaban dos días y hablé con Verónica y le comenté que iba a cenar con Santi y me dijo: “¡Invítale a la boda!”. Le dije que no, y ella, al día siguiente, volvió a insistirme en que, por favor, le invitara… Así que lo hice, pensando que Santi diría que no porque solo estábamos a un día. Mi sorpresa fue cuando él accedió y, como se suele decir que de una boda sale otra, en este caso salió… ¡una pareja!
“Carlos ha puesto en mi camino a la persona que me iba a hacer feliz. Estoy segura de ello. Carlos era único. Creo que nunca dejará de sorprenderme”
—Esther, tantas sorpresas te ha ido dando la vida… Si miras atrás, verás dibujada una montaña rusa de emociones…
—¡Totalmente! Eso es lo bonito de la vida, te sorprende cuando menos te lo esperas. A veces, nos cuesta entender los golpes que nos da, pero siempre es justa y acaba compensándote. Solamente hay que tener paciencia, saber aceptar las cosas como vienen y seguir luchando.
—¿En qué momento te encuentras ahora? ¿Estás en el más alto de la emoción y de la ilusión de esa montaña rusa?
—Pues ahora me encuentro en un momento muy bonito. Estoy ilusionada tanto a nivel personal como profesional. Pero no diría que estoy en el momento más alto, ¡aún espero más! (risas)
El libro del juez Pedraz
—Las alegrías se acumulan como hace mucho que no te ocurría… Estás a punto de debutar como escritora. ¿Cómo te sientes ante ese gran desafío?
—¡Bueno, esa es una de las cosas que más ilusión me hace! Es un libro escrito con todo mi amor y que no ha sido fácil, pues he tenido que remover muchos sentimientos, pero el resultado no puede ser mejor. Santi es la única persona que lo ha leído para que me hiciera cualquier crítica constructiva y así poder mejorarlo, hacerlo aún mejor, y mi gran sorpresa fue que le gustó tanto que me preguntó ¡si escribiría también su libro! Así que estoy deseando que todos podáis leerlo.
—¿Tienes sentimientos encontrados a la hora de hablar de este libro? ¿Recordar y narrar tu historia de amor con Carlos enamorada de otra persona?
—Para nada. Estoy deseando hacerlo y, además, mi relación con Santi no interfiere para nada en mis sentimientos. Carlos y Santiago se admiraban mutuamente y, como te he comentado, Santi está casi más ilusionado que yo con mi libro, refleja nuestra historia de amor, la mía con mi marido. Además, cuando yo escribí mi libro, Santi y yo solo éramos amigos. Es ahora que el libro esta terminado cuando ha surgido nuestro amor.
—¿Cómo era la relación de Santiago con Carlos, tu marido?
—¡Era de admiración mutua! Cuando conocimos a Santi en una fiesta, yo fui y le pedí su teléfono para invitarle a una de las cenas que organizábamos en El Rincón. Se lo dije a Carlos y le pareció fenomenal. Era amigo común de otros amigos nuestros, así que todo fluyó con normalidad. Desde ese día, la relación se fue estrechando entre los tres hasta el punto de que para Carlos era la persona que quería para su mujer el día que él faltara… ¡Es increíble!
“Estoy aquí, al lado de Esther, porque estoy enamorado y no quiero esconderme. Cuando uno ama, quiere gritarlo a los cuatro vientos”
—¿Sientes que de alguna manera Carlos ha puesto en tu camino a la persona que te iba a hacer feliz?
—¡Estoy segura de ello! Él ya lo sabía. Carlos era único ¡Creo que nunca dejará de sorprenderme!
Toda una incógnita
—¿Qué ha aportado Santiago a tu vida?
—Ufff… ¡Difícil de contestar! Ha sido una brisa de aire fresco cuando ya pensaba que eso no ocurriría, sobre todo, en un tiempo tan corto. Santiago cada día va aportándome cosas distintas. Somos bastante parecidos en muchas cosas, pero hay otras que son totalmente nuevas para mí y hasta que no voy descubriéndolas es todo una incógnita… Es muy bonito lo que me está descubriendo y lo que yo le estoy descubriendo a él. La verdad es que nos reímos mucho, tanto él con mi vida como yo con la suya. Me encanta este momento en el que estamos.
—Os habéis lanzado juntos, de la mano, a la piscina desde el primer momento… Habéis apostado fuerte sin dudarlo, ni ocultaros, ni titubear…, como si lo tuvierais totalmente claro y no hubiera ni un minuto que perder.
—La verdad es que sí. Santi sabía el riesgo que tenía estar conmigo y lo que podía conllevar. Desde el primer día que tuve unos coches de fotógrafos siguiéndome, le avisé de lo que sucedía y le pregunté si me daba la vuelta, a lo que él me respondió que ni de broma. Él es una persona libre, al igual que yo, y me dijo que no pensaba esconderse de nada. Siempre le he dicho que ha sido muy valiente.
“La primera vez que estábamos juntos y vi que nos seguían fotógrafos, le pregunté si me daba la vuelta, a lo que él me respondió que ni de broma. Me dijo que él es una persona libre, al igual que yo, y que no pensaba esconderse de nada”
—Esther, cuando te enamoras lo haces con todo el corazón y con toda el alma… Para ti no existen medias tintas, y parece que para Santiago tampoco…
—Eso es cierto, en eso los dos somos iguales y ¡¡¡me encanta!!!
—Has encajado, además, a la perfección en su mundo…, entre sus amigos, su familia y sus hijos…
—¡La verdad es que sí! Me han acogido desde el minuto uno con todo el cariño. Santi es una persona muy, muy querida y le veían tan feliz conmigo que a mí me lo han hecho muy fácil. Solo hemos recibido elogios y cariño.
—Entiendo que esa armonía y cariño con su familia, hijos y amigos lo hace todo aún más bonito…
—Es estupendo. Los hermanos de Santi son de lo más cariñosos conmigo y sus tres hijos, totalmente adorables. La verdad es que parece como si lleváramos bastante más tiempo juntos. Todos tenían muchas ganas de ver a Santi enamorado, contento… Y es como estamos. Siempre me agradecen lo feliz que es Santi ahora, a mi lado, a lo que yo les contesto que en el amor no hay que agradecer, es cosa de dos.
“Totalmente absurdo”
—Santiago Pedraz tiene una profesión muy dura y muy exigente… Y en estos días ha sido también el juez juzgado, aparentemente, solo por haberse enamorado… ¿Ves sentido a que el supuesto problema que encuentran algunos no es enamorarse, sino enamorarse de alguien conocido que te lleve a una exposición pública?
—Bueno, ¡esto es totalmente absurdo! Como te he dicho antes, solo hemos recibido felicitaciones por parte de todos, incluyendo a sus compañeros. Santiago tiene un recorrido profesional intachable y es una persona como otra más, con sus sentimientos, necesidades y demás. Él y yo lo hemos hablado bastante, pero no vamos a renunciar al amor ni a como somos por ello.
—Más allá del juez que conocemos por las páginas de tribunales…, ¿cómo es la persona, el otro Santiago Pedraz que te encuentras cuando, de alguna manera, ‘cuelga la toga’?
—¡Santiago es la persona más adorable del mundo! Es tierno, dulce, generoso, atento… y muy, muy divertido. Es muy parecido a mí. Tenemos los mismos valores, es familiar, amigo de sus amigos, le encantan los niños, no puede con las injusticias… ¡Es ideal!
¿Boda a la vista?
—Esther, cuando te enamoras, vas a por todas… ¿Qué planes te esperan junto a Santiago? ¿Os iréis a vivir juntos?
—¡Que solo llevamos unos meses! Pero sí, supongo que será el siguiente paso, como en cualquier relación que va avanzando. Pero, por el momento, estamos bien como estamos. Los dos somos de relaciones estables.
—¿Y quién sabe si una boda…?
—¡Quién sabe! Ahora mismo es muy pronto para pensar en eso, aún estamos conociéndonos y disfrutando de este momento.
—Y más allá de este momento de amor…, ¿cómo te encuentras después de todo lo que has pasado en este último año y medio?
—Me encuentro muy bien, muy sólida, fuerte y orgullosa de cómo he ido gestionando los golpes tan duros que la vida me ha presentado.
“Cuando Carlos y yo conocimos a Santi, en una fiesta, le pedí su teléfono para invitarle a una de las cenas que organizábamos. Desde ese día, la relación se fue estrechando entre los tres hasta el punto de que para Carlos era la persona que quería para su mujer el día que él faltara… ¡Increíble!”
—¿De qué forma recuerdas ahora a Carlos?
—Con muchísimo cariño, amor, respeto y echándole mucho de menos. Santi y yo hablamos bastante de él, así que sigue muy presente.
—¿Qué lecciones has aprendido y qué has ganado en este tiempo?
—He aprendido a relativizar muchas cosas que no son tan importantes y a pensar más en el aquí y el ahora… Esta pandemia nos ha dado de frente para que veamos que la vida es un suspiro y que en cualquier momento puede terminar con todo tu mundo. Así que disfruto muchísimo más de esas pequeñas cosas que en otros momentos ni pensabas o ni te las cuestionabas.
—¿Te ha costado mucho cerrar heridas del pasado?
—Yo creo que esas cicatrices siempre estarán conmigo. Cosa que no me importa, son parte de mi vida y están donde tienen que estar. Ahora soy una mujer distinta por lo que me ha tocado vivir. Me sigo sintiendo una mujer muy afortunada.
—En el terreno profesional, ¿qué planes tienes? Con lo inquieta que eres, algo tendrás entre manos…
—La verdad es que estoy muy feliz, tengo la suerte de que me lleguen cosas interesantes y estamos estudiando varios proyectos.
—¿Será este que presentes tu primer y último libro o has descubierto una nueva pasión?
—Recuerdas que La buena vida (el libro de Carlos) fue un poquito mío… No, no creo que sea el último. Las personas que me conocen saben que me gusta mucho escribir y me motivan para ello. También tendremos que ver la acogida que tiene mi primer libro para plantearme seguir. Si no fuera buena, cosa que no creo, seguiría escribiendo cartas a los míos. Me encanta poder expresar lo que siento.
“No tengo sentimientos encontrados por contar en un libro la historia de amor con mi marido, aunque ahora esté enamorada de otra persona. Cuando lo escribí, Santi y yo solo éramos amigos. Es ahora que el libro esta terminado cuando ha surgido nuestro amor”
—¿Te apetece volver a la televisión con algún nuevo proyecto?
—Sí que me gustaría, pero con un programa que me ronda en la cabeza… Además, si lo hiciera, me gustaría formarme para ello.
—Y la moda…, ¿te sigue fascinando?
—La moda siempre me ha gustado, pero creo que ahora estoy en otro momento. No soy de seguir mucho las tendencias, sé lo que me sienta bien y tengo mi estilo, que, además, es bastante clásico. Prefiero tener un buen fondo de armario con buenas piezas, buenos tejidos y prendas atemporales.
Secretos de mujer… y de hombre
—¿Cuáles son tus secretos de belleza? ¿Cómo te cuidas?
—La verdad es que tengo que agradecer todo a mi buena genética. Pero sí, me gusta cuidarme. He vuelto a retomar pilates en máquina y estoy muy contenta. Últimamente, no paraba de lesionarme en el gimnasio, así que decidí que lo mío era esto. Estoy tan contenta que, hasta Santi, que nunca hizo deporte, ha decidido empezar conmigo. Lo practico tres veces por semana y estoy encantada.
—En cuanto a la alimentación…
—Mi alimentación está basada en productos naturales y una dieta mediterránea, donde, por supuesto, no puede faltar el aceite de oliva. Tengo la suerte de que Verónica hizo un huerto ecológico en su finca, donde tiene unas verduras y un aceite fabulosos, se llama Valle del Arcipreste. Pues cada semana me envía a casa la verdura de temporada y con ella hago diferentes recetas dependiendo de la estación del año y, después, soy muy de pescados, no suelo tomar carne a no ser que sea un buen jamón. A Santi le encanta cocinar y cuando tenemos tiempo lo hacemos juntos, ahora estoy esperando, que me ha prometido que me va a preparar unas lentejas, que me encantan en este tiempo. ¡Ya veremos qué tal le salen!
“¿El juez, juzgado aparentemente solo por haberse enamorado? ¿Un problema enamorarse de alguien conocido que te lleve a una exposición pública? ¡Es totalmente absurdo!”
—Esto no te lo puedo dejar de preguntar… ¿Cuál es el secreto de eterna juventud de Santi para que no aparente sus sesenta y tres años?
—¡¡¡Aún estoy en proceso de descubrirlo!!! Cuando lo sepa, ¡te lo contaré en secreto! —y ríe con ganas—.
—Tú, que eres una enamorada del amor, ¿crees que has encontrado al gran amor de tu vida?
—Sí, creo en el amor. Lucho por él y no entiendo la vida sin amor. El amor es lo que mueve al mundo y te hace levantarte cada mañana con una gran sonrisa y ganas de comerte el mundo y acostarte con otra sonrisa por los momentos vividos. Pero es demasiado pronto para afirmar algo así. Ya sabes lo importante y la huella tan grande que Carlos ha dejado en mí. Lo que te puedo decir es que estoy muy feliz y muy tranquila.
—Siempre has sido muy discreta, pero los que te conocen bien saben que has pasado etapas muy duras, que has sufrido y llorado mucho…
—Los que me conocen bien saben lo fuerte que soy, parezco frágil, pero soy muy fuerte… Puede que dé una imagen de fragilidad, pero tengo una personalidad fuerte que me ha ayudado en los momentos difíciles.
—¿Hay algo que te gustaría cambiar en este momento? ¿O ya no hay nada que te haga llorar y sientes que por fin te toca sonreír?
—Creo que estoy en un buen momento… Por ahora, que siga como vamos, avanzando y con muchas ilusiones en el horizonte.
—¿Qué le pides en estos momentos a la vida?
—Que me siga haciendo feliz.