bernardo pantoja cp© Cordon Press

Los restos mortales de doña Ana han sido incinerados

Agustín y Bernardo Pantoja coinciden en el tanatorio para despedir a su madre después de años distanciados

Llegaron por separado y se fueron cada uno por su lado, pero no ha trascendido lo que ocurrió en el interior


Actualizado 30 de septiembre de 2021 - 14:49 CEST

Los restos mortales de doña Ana Martín, madre de Isabel Pantoja, han partido en torno a las siete de la tarde de este miércoles desde Cantora al tanatorio de Jerez de la Frontera, Cádiz, donde han sido incinerados. Su hijo Agustín, muy afectado, salía de la finca familiar en un vehículo blanco tras el coche fúnebre, queriendo acompañar a su madre en su último viaje. Isabel Pantoja, por su parte, decidió no ir al tanatorio y vivir su dolor en la intimidad de su hogar. Se trata de una perdida irreparable para la cantante, quien ha estado muy unida a doña Ana, en cuyo cuidado se había volcado en los últimos años.

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Agustín Pantoja a su llegada al tanatorio para despedir a doña Ana© Gtresonline
El hijo menor de doña Ana muy afectado, ha querido acompañar los restos fúnebres de su madre desde Cantora hasta el tanatorio

Bernardo, el mayor de los cuatro hermanos Pantoja y padre de Anabel, acudió sobre las 18:30 horas al tanatorio de Jerez de la Frontera junto a su a su esposa, Junco. Muy afectado por la pérdida de su madre, evitó hacer declaraciones a los medios.

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Tras años distanciados, Agustín y Bernardo coincidieron en el tanatorio, pero no fueron fotografiados juntos en ningún momento. Llegaron por separado y se fueron cada uno por su lado. Al parecer, según El programa de Ana Rosa, tampoco hubo contacto entre ellos en el interior.

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Agustín ha entrado por la puerta de atrás para evitar las miradas de la prensa. Durante la tarde, hemos podido ver la llegada de Bernardo Pantoja al tanatorio acompañado de su mujer, Junko, no ha querido hacer ningún tipo de declaraciones y ha esperado allí la llegada de los restos mortales de su madre

La tensión entre ambos hermanos viene de lejos y a principios de año, tal y como dijo Belén Esteban en Sálvame, Agustín no dejó entrar a Bernardo en Cantora para ver a su madre. Según el relato de la colaboradora, Bernardo fue acompañado de un amigo de la familia de toda la vida "que debe un dinero a Isabel" y nadie habría acudido a abrir la puerta de la finca. "Detrás de la puerta se oía a Agustín Pantoja diciendo que no le iban a abrir la puerta", contó. Las declaraciones de Belén Esteban causaron un gran revuelo en el plató de Sálvame y Kiko Rivera, que mantiene una batalla judicial con su tío Agustín, se mostró "muy dolido" por este hecho.

Nada más conocerse la noticia del fallecimiento de doña Ana, se han podido ver varios coches que hacían su entrada en Cantora, probablemente eran personas muy allegadas a su hija Isabel que han querido personarse en la finca para mostrar su apoyo a la artista en este duro trance. También se ha observado cómo llegaba una corona de flores que se ha sido depositado en la puerta de la hacienda y que posteriormente ha sido recogida e introducida en el coche que trasladaba el ataúd. La ha mandado Fremantle, la productora de los programas Idol Kids y Top Star, los dos últimos proyectos televisivos de la cantante hasta la fecha. 

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Para Isabel su madre ha sido una figura fundamental, tanto en lo profesional como en lo personal. La matriarca de los Pantoja ha sido su gran apoyo y su confidente en los buenos y en los malos momentos. La intérprete de Marinero de luces ha declarado siempre que ha tenido ocasión la gran importancia que tenía su doña Ana para ella, llegándole a dedicar canciones en los conciertos y frases tan emotivas como: "Es un orgullo tener la madre que tengo. Ella fue la primera persona que vio lo que valía su hija". 

Doña Ana creía firmemente en Isabel y en su talento y lo dejó todo para acompañarla, cuidarla y ayudarla en todo lo que su hija pudiera necesitar, fue su guía y su bastón y siempre se mantuvo en un segundo plano. En los últimos tiempos, esta situación se había invertido y era la intérprete de Se me enamora el alma quien estaba constantemente pendiente del cuidado de su madre. De hecho, durante la pandemia se recluyó con ella y redujo las visitas a la finca para evitar así ponerla en riesgo.

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