La muerte de doña Ana supone uno de los golpes más duros en la vida de Isabel Pantoja. A pesar de su delicado estado de salud en los últimos años, la artista siempre había confesado que temía por el día en que falleciera su madre. Para Isabel, doña Ana ha sido una figura clave desde que nació, no solo en el terreno personal sino también en su carrera artística. Como ha confesado en multitud de entrevistas, su madre fue la que vio en ella mimbres de gran estrella y no paró hasta que la vio triunfar sobre los escenarios. A los 7 años, la llevaron a cantar al teatro Álvarez Quintero de Sevilla en un concierto homenaje a Juanito Valderrama. La pequeña Isabel cautivaba a todos con su gracia y su desparpajo sobre el escenario. Diez años después, fallecía Juan Pantoja Cortés, el padre de la atista. Doña Ana tenía que sacar fuerzas de flaqueza para sacar adelante a sus cuatro hijos. En ese momento, Isabel tenía 17 años y, con la ayuda de su madre, se convertiría en una figura de la canción española.
Desde sus comienzos artísticos, doña Ana fue su guía tanto profesional como emocionalmente. Tenía confianza ciega en la tonadillera y, por supuesto, estuvo presente en el Corral de la Pacheca cuando Isabel apareció por primera vez en el programa Cantares de Lauren Postigo, gran amigo de su padre. La artista sevillana cautivaba al público asistentte y a los millones de espectadores que veían el programa por TVE. Esa noche, nacía una estrella. Todos los esfuerzos de doña Ana veían por fin sus frutos. Sus lágrimas de orgullo emocionaron a Isabel que, desde el escenario, cantaba Ahora me ha tocao a mí, Qué bonita que es mi niña o Garlochí.
Mientras la tonadillera daba sus primeros pasos en el mundo del espectáculo, doña Ana nunca se separaba de ella. Fue entonces cuando nació el mito de la madre de La Pantoja. Ella fue testigo del noviazgo y la posterior boda de su hija con Francisco Rivera 'Paquirri'. Doña Ana, la madrina, se mostraba radiante cuando veía a su hija darle el sí, quiero al torero en una de las bodas más populares que se recuerdan en nuestro país. La folclórica y el torero se casaban en Sevilla el 30 de abril de 1983 ante cientos de invitados en la iglesia del Cristo del Gran Poder. Fue un momento tremendamente feliz para la familia, aunque la alegría duraría poco. Paquirri fallecía en la plaza de toros de Pozoblanco el 26 de septiembre de 1984. En ese momento, doña Ana se convertía en el ángel de la guardia de la artista, junto a su hijo Agustín. Gracias a ella, Isabel Pantoja pudo salir adelante y a finales de 1985 reaparecía en el Teatro Lope de Vega, ante la reina Sofía, presentando las canciones de Marinero de Luces.
Con ese disco, la artista vendía más de un millón de copias en España y, no solo arrasaba en nuestro país, sino que triunfaba en Latinoamerica. Es entonces cuando emerge la abuela. Doña Ana se convierte en una segunda madre para Kiko y se ocupa del pequeño mientras que la folclórica hace las Américas. Desde entonces, Isabel le ha estado eternamente agradecida y le ha dado las gracias públicamente en numerosas ocasiones. Incluso, se lo ha dicho cantando. Todos recordamos el concierto de Navidad de 2011 emitido por Telecinco, en el que la artista le cantaba Es mi madre en una de las actuaciones más emotivas que se le recuerdan. Un momento inolvidable que la tonadillera siempre tendrá guardado en su corazón.
A partir de ese momento, son muy pocas las ocasiones en que se ha podido ver a la madre de Isabel Pantoja. La última vez que la vimos fue en 2016, en el Teatro Real de Aranjuez, cuando la artista reaparecía sobre los escenarios tras su paso por la cárcel. Doña Ana llegaba en silla de ruedas al auditorio acompañada de su nieto Kiko y disfrutaba del concierto desde un palco. Volvía a ser feliz viendo a su hija brillar sobre el escenario. Desde entonces, su estado de salud se fue complicando y siempre ha sido muy delicado. El 3 de octubre de 2019, ingresaba de urgencia en el hospital de Jerez de la Frontera tras sufrir un ictus. Su estado mejoraba poco a poco y, desde entonces, está recluida en Cantora. Durante la grabación de Idol Kids, Isabel tuvo que regresar a la finca para estar al lado de ella en esos durísimos momentos. Incluso llegaba a confesar que prefería irse ella antes de que lo hiciera su madre.
En los dos últimos años, Doña Ana ha permanecido en Cantora recluída en una aparente estabilidad. La artista no se ha separado prácticamente de ella salvo en contadas ocasiones, como cuando tenía que viajar a Madrid a grabar Top Stars junto a Risto Mejide y Danna Paola. La discreción era la tónica general sobre el estado de salud de doña Ana, hasta que la semana pasada se informaba del ingreso de la madre de la artista en el Hospital de Puerto Real. A medida que pasaban los días su estado de salud era cada vez más preocupante. Tras darle el alta y regresar a 'Cantora' por una supuesta mejoría, doña Ana fallecía a los 90 años de edad. Un golpe muy duro para Isabel Pantoja. Comienza una etapa tremendamente delicada para la cantante que nunca se imaginaba la vida sin la mujer que más la ha querido en este mundo.