Después de varios días registrando pequeños seísmos, el domingo 19 de septiembre, pasadas las tres de la tarde, despertaba con fuerza el volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma (Canarias), con una tremenda erupción que dibujó en el cielo increíbles columnas de lava y ceniza y provocó que tuvieran que ser evacuadas más de cinco mil personas. Por suerte, no hay que lamentar ningún herido, aunque sí pérdidas materiales. Al cierre de estas líneas, hay ocho bocas por las que emerge la lava a una velocidad de setecientos metros por hora con dirección al mar y se desconoce cuánto tiempo permanecerá así el volcán.