Con millones de discos vendidos y miles conciertos alrededor de todo el planeta, Il Divo se convirtió hace unos años en uno de los grupos musicales más importantes de todos los tiempos. Pocas personas hay en el mundo que no reconozcan a este cuarteto de artistas que ha logrado que las canciones populares suenen a ritmo de ópera, pero la fama internacional a veces muestra la otra cara de la moneda. Tras más de 100 fotografías y 47 cartas, Carlos Marín, integrante del grupo, se ha hartado de una de sus fans y ha decido denunciar para poner punto y final a una situación de acoso en la que ha recibido también amenazas de muerte. "Han sido momentos difíciles e incómodos", ha relatado el cantante en El programa de Ana Rosa, explicando cómo ha vivido esta dura experiencia en la que ha llegado a recibir hasta 10 llamadas diarias y sobres muy bien decorados con escritos subidos de tono de una mujer catalana de 72 años que estaba obsesionada con él.
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No solo esta seguidora ha enviado fotografías suyas, estampas de vírgenes, collages, dibujos hechos a mano, imágenes románticas o regalos de todo tipo a él y a la productora, sino que las cartas que ha escrito han sido realmente muy sorprendentes y fuera de lugar: "Esta mujer ha puesto algunas cosas que son realmente unas burradas", ha relatado el artista, que nunca ha contestado a nada de lo que ella manda. Pero lo peor de todo es que el silencio del intérprete de Regresa a mí provocó que el tono de los escritos cambiasen totalmente y de ser cariñosos pasaran a ser realmente aterradores: "Cuando nosotras muramos y vayamos al cielo, recibirás un paquete que cuando lo abras morirás e irás al infierno", relata una de esas notas.
"En muchas decía que me iba a matar, que me iba a cortar alguna extremidad de mi cuerpo, que iba a ir a por mi familia... En mi vida normal en Madrid yo no llevo seguridad en ninguna parte y no sé lo que puede pasar", ha explicado el cantante, asustado con esta situación por la que lleva pasando varios meses y en la que ha llegado a recibir un álbum de fotos que pesaba 15 kilos. En el juicio, celebrado el pasado 23 de septiembre en el juzgado 34 de Plaza de Castilla, la mujer, que reconoció ser la autora de las llamadas y de los escritos enviados, pidió perdón, pero el abogado de Carlos asegura que este tipo de personas nunca se arrepienten y quieren una orden de alejamiento.
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De la mujer se sabe que padece esquizofrenia y trastorno bipolar, que vive sola en su piso. Lo que empezó como una simple llamada a la productora para hablar de un proyecto artístico para contratar al barítono se ha convertido en toda una pesadilla que tiene a Carlos con problemas de sueño, preocupado y con algunos ataques de ansiedad.