Ha sido mucho, mucho mejor de lo que soñaba”. Así de entusiasmada y feliz se muestra la estilista Cristina Rodríguez ante ¡HOLA!, tras contraer matrimonio con su pareja desde hace cinco años, Raúl García Gil, expresidente de Fiat España. La ceremonia civil tuvo lugar este sábado 18, en Altea (Alicante), en la finca ‘Marqués de Montemolar’, y fue oficiada por Antonio Pérez, alcalde de Benidorm y ‘amigo de la infancia’ de la novia. Fue un esperadísimo día para los contrayentes, quienes habían pospuesto la fecha hasta en tres ocasiones por culpa de la pandemia.
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Flanqueada por su sobrino Sergio e Iván, uno de los dos hijos de su ya marido, Cristina llegó al altar bailando al ritmo de Vivo cantando , el clásico de la eurovisiva Salomé. “Estábamos absolutamente desatados, porque nosotros somos de celebrar”, nos apunta la estilista de televisión (Cámbiame, Mask Singer, la serie Élite) y cine (Tres bodas de más, Superlópez). “El alcalde estuvo divertidísimo. Parecía un actor”, recuerda Cristina, quien llevó dos diseños Emilio Salinas y un tocado de Betto García.
‘Pajaritos por aquí, por allá’
El Poblet, de Quique Dacosta, fue el encargado de servir la cena para los cerca de cien invitados, entre los que se hallaba el diseñador Juan Avellaneda, compañero de la estilista en Cámbiame . El menú estaba compuesto por lingote de foie gras, darne de rodaballo con emulsión de hinojo marino y filet mignon de tenera. A continuación, comenzó una fiesta que tuvo una sorpresa: la cantante María Jesús interpretó Los pajaritos, con su emblemático acordeón. “Todo el mundo se mezcló, porque la música era muy hortera. Hasta mi padre, que no ha bailado en la vida, estaba bailando Los pajaritos”, recuerda Cristina antes de explicar la ausencia de los padres del novio. “Han operado de la cadera a la madre de Raúl y no han podido venir”.
Al día siguiente del ‘sí, quiero’, a la hora del almuerzo, Cristina volvió a reunir a los invitados con una paella frente al mar en su Benidorm natal. Allí también celebró una fiesta la noche del viernes 17. Son tres celebraciones que organizó con la wedding planner Ana María Vivancos, de Annloevents. “Ha sido una boda gitana. Solo nos ha faltado Farruquito”, bromea la estilista, quien no puede sentirse más afortunada por haberse casado con Raúl. “Me río mucho y lo admiro profesionalmente. También es muy buen padre. Es detallista, generoso, apasionado y piensa que soy la mujer más guapa del mundo…”, confiesa a ¡HOLA! antes de añadir: “No viviremos juntos. Él tiene custodia compartida, porque tiene dos hijos de su anterior matrimonio, y no es bueno que esté la madrastra todo el día detrás”. Por tanto, Cristina deberá esperar a su luna de miel para disfrutar de su amor a solas: “Iremos a Dubái, pero en diciembre, que ahora no puedo por trabajo”.