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El volcán de la isla de La Palma lleva ya más de 48 horas en activo y según las últimas estimaciones del Instituto Volcanológico podría estar en erupción entre 24 y 84 días. De momento, la lava ya ha engullido más de 300 casas a su paso y se estima que puedan llegar a ser hasta hasta el millar, sin contar los daños en carreteras, infraestructuras o plantaciones agrícolas. Alrededor de 6.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, conscientes de que nunca más volverían a ellos. Algunos lo hicieron salvando algunos recuerdos y pertenencias y otras simplemente con lo puesto antes de ponerse a salvo de este fenómeno de la naturaleza, que acaba de entrar en una nueva fase más explosiva, aunque no por ello más peligrosa y que cuenta ya con diez bocas eruptivas.
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- Las imágenes de la devastación y del desalojo de los vecinos que han perdido su casa por el volcán de La Palma
- Lydia Lozano vuelve a La Palma, su isla de origen, y narra cómo está viviendo su familia la erupción
Hasta ahora, la lava se sitúa a 2,5 kilómetros de la costa, ocupa 155 hectáreas de terreno, un 50% más que ayer y avanza a una velocidad de 120 metros por hora aproximadamente, un avance que se ha ralentizado en la sultimas horas y que permitirá a los los vecinos y vecinas de la localidad de Todoque acceder a la zona para evacuar sus pertenencias y recoger enseres, documentación y mercancías perecederas, hasta las 21 horas de esta noche. Sin embargo, y como hemos mencionado anteriormente hay quienes lo han perdido todo y la angustia y la tristeza se refleja en la cara de los habitantes de la llamada isla bonita.
"Hay muchos agricultores que han perdido sus casas y sus fincas, su medio de vida, lo han perdido todo", reconoce Miguel Martín, presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos, que incluso mira al futuro con preocupación si se daña la red de riego.
Los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane son los más afectados y ya se trabaja en buscar alternativas a una de las necesidades más urgentes: la falta de alojamientos para las personas evacuadas. "Esto no es ningún espectáculo ni es el momento de venir a hacer turismo volcánico, no es una película ni una atracción, necesitamos ayuda", señala Teresa, vecina de San Nicolás, en El Paso, una de las primeras evacuadas cuando se abrió la tierra en Cabeza de Vaca. "Y yo soy una afortunada, hay gente que lo ha perdido todo", señala.
Muchos evacuados han acabado en segundas residencias, en casas de amigos y familiares o incluso en sus coches, y llevan con la misma ropa dos días porque no tuvieron tiempo de preparar la maleta ya que la erupción surgió por una zona que no estaba prevista en un primer momento. Además, la escasa capacidad alojativa de la isla deja poco margen para albergar a las personas, ya que el hotel de Puerto Naos fue desalojado y muchas viviendas rurales y de alquiler vacacional han sido destruidas por la lava.
Los vecinos de La Palma que no han tenido que abandonar sus hogares, viven con incertidumbre la evolución del volcán y todos ellos coinciden en lo complicado que es dormir con el continuo rugido que les recuerda a cada minuto el desastre que están viviendo.
“La lava engulle las casas como si fueran de papel” ha manifestado Beatriz, una vecina de uno de los núcleos desalojados por la erupción volcánica. "La zona afectada tiene mucha densidad de viviendas y es triste porque gente que ha peleado toda su vida por tener una propiedad, de buenas a primeras lo pierdas porque llega una cosa como esta" añade esta técnico de prevención en una obra en Tazacorte, la cual ha quedado paralizada por el avance del volcán.
Y es que esta catástrofe ha provocado en la población mucha incertidumbre, angustia y hasta shock emocional. “Estoy recibiendo tratamiento psicológico, mis hijos tienen 10 años y no saben lo que está pasando” confesaba una de las vecinas de la Palma en El Programa de Ana Rosa.
Pedro Jiménez otro vecino desalojado de La Palma lleva tres días durmiendo en su coche junto a sus perros ya que ha renunciado a la alternativa habitacional facilitada por el Cabildo de La Palma porque no quiere abandonar a sus tres mejores amigos. Sin embargo, esta misma mañana una vecina que ha escuchado su duro testimonio le ha ofrecido una habitación para que duerma con sus animales.
Don Domingo Guerra, párroco de la Iglesia de Tajuya, ya es todo un experto en esto de los volcanes, pues tal y como recoge el diario El Mundo, ha sobrevivido a tres. "Dice el refrán que quien ve un volcán ya no ve dos", relata en voz animada. "Pues mira, yo he sobrevivido a tres erupciones y aquí sigo. Eso significa que he vivido mucho” afirmaba el religioso, quien vivió su primera erupción cuando tan solo era un niño.
Ahora y con la vista puesta en la llegada de la lava al mar, algo que en las ultimas horas ha llegado en ponerse en duda, debido a la rapidez con a que se va enfriando la lava, La Palma se prepara para recibir a una decena de científicos italianos, expertos en el seguimiento del Etna, el volcán más activo de Europa, quienes aportarán sus conocimientos para ayudar en las tareas más urgentes tras la erupción.