Carla Pereyra recuerda su infancia llena de momentos de luz y alegría en el seno de una familia unida, y eso mismo es lo que desea para sus hijas, Francesca y Valentina, de cuatro y dos años, respectivamente. Volcada en su faceta de madre, la mujer de Diego Simeone sigue en activo. Conocida modelo argentina, también es dealer de arte, trabajos que compagina sin dejar de lado su centro y su norte: una maravillosa familia que cuida sin descanso. Durante una divertida jornada entre animales de granja pudimos confirmar lo agradecida que se siente a la vida por ver a sus hijas creciendo felices y sanas, con la oportunidad de disfrutar cada momento con ellas, y nos habló de la naturalidad de la maternidad y de muchas otras cuestiones importantes para su vida.
-Como en cualquier familia, cuando tienes hijos te cambia la vida. ¿Cómo ha cambiado la tuya?
-Por completo, siempre digo que te cambia el orden de prioridades. Ya no hay un yo, sino un ellas, ellas y luego ellas (ríe). Es la mejor decisión de mi vida.
“Valentina y Francesca son pequeñas aún. A esta edad deben divertirse y ser naturales y la mejor manera de hacerlo es vistiendo de manera cómoda, aunque en realidad ellas me piden siempre un vestido que vuele… ¡Viven soñando con ser princesas!”
-¿Y sobre la experiencia de ser madre?
-Es maravilloso que el orden natural de la vida sea así, no es una decisión… Es la naturaleza y nuestro instinto lo que prevalece… Es la fuerza de la maternidad la que nos hace conscientes de la responsabilidad.
-¿Qué valores tienes claro que deseas inculcar a tus hijas en el mundo que vivimos hoy?
-Me gustaría que crezcan con valores importantes como son el respeto, la dignidad, el ser buena persona, respetar la naturaleza y convivir con ella de forma orgánica… Deben comprender que ni lo material ni lo físico define quiénes somos.
“En casa comemos todo orgánico de nuestro huerto y compramos alimentos sin gluten, sin lactosa, sin azúcar… Practicamos deporte a diario y llevamos una vida sana”
-Te vemos siempre con las niñas, tus redes sociales destacan tu papel de madre... ¿Has aparcado la carrera profesional o estás en activo?
-Una madre nunca es solo madre, somos malabaristas y hacemos por llegar a todo. Tengo proyectos en activo y sigo trabajando, pero mi centro es mi familia.
-¿Cómo son Francesca y Valentina?
-Francesca es paciente, dulce, protectora… Valentina es rebelde, tiene una personalidad más fuerte y decidida y también es muy alegre… ¡Se complementan de cine!
“Las niñas son más españolas que argentinas… Su padre se encarga de que siempre tengan argentina muy presente. Echamos de menos a la familia, pero en lo demás nos adaptamos”
-Vemos que te gustan la naturaleza y los animales. ¿Eres una mujer superurbana o necesitas estar en contacto con la naturaleza?
-El equilibrio está en la conjunción… Somos urbanitas, pero no hay nada como levantarse en el campo de vez en cuando.
-Haces mucho deporte y eso es un valor. ¿Es también una rutina familiar?
-A ellas les divierte todo lo que podamos hacer juntas, ven que papá y mamá entrenan a diario. Yo además hago yoga y es lo natural para ellas. Elegir el deporte es un estilo de vida.
-¿Cuánto cuidáis la alimentación?
-Intento cuidarla mucho dentro de casa, lo más orgánico posible. Últimamente he reducido el azúcar, pero fuera de casa se me escapan cosas, claro... En casa comemos de nuestra huerta o de mi proveedor de confianza, donde compro todo orgánico, sin gluten, sin lactosa…