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Todo ha quedado en un susto, pero para Juan Peña la vida ya no volverá a ser la misma. El cantante acaba de salir del hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde ha estado ingresado por COVID una semana, y hemos hablado con él para ver cómo se encuentra. "Han sido los peores días de mi vida, con diferencia. Lo he pasado muy mal...", nos cuenta con la voz agitada y tomando aire. El marido de Sonia González, que se está recuperando de una neumonía en los dos pulmones y ha perdido casi diez kilos, asegura que ahora solo piensa en ponerse fuerte para volver a subirse al escenario y disfrutar de la vida más que nunca. "Esta enfermedad me ha dejado muy tocado. Quiero hacer lo que me dé la gana, quiero vivir, quiero reírme… porque está comprobado que hoy estamos aquí y mañana no sabemos dónde estamos", asegura.
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- Lo primero de todo Juan, ¿sabes cómo te contagiaste?
- ¿Cuándo empezaste a sentirte mal?
El 5 de septiembre por la noche, pero muy muy mal. En cuanto me llamó una de las personas de mi equipo y me dijo que había dado positivo, empecé a sentirme muy mal. Le dije a Sonia que fuera a comprarme un test a la farmacia porque se me habían acabado, y el positivo salió enseguida. Si las rayas normalmente tardan 20 minutos, salieron en un minuto.
- ¿Qué pasó al llegar al hospital?
Lo primero que hice fue ir al Hospital de La Moraleja. Me dijeron que tenía neumonía y me dieron el alta. Pero claro, a mí me tenían que haber dejado ingresado… Me mandaron Paracetamol y a los dos o tres días ya no podía respirar, me moría. Volví a ir otra vez, me hicieron otra placa (neumonía pulmonar) y me vuelven a madar a casa con Paracetamol. Yo veía que algo estaba pasando y que había un error. Llamé al neumólogo y no daba crédito. Me dijo: ‘Juan, te tienes que ir para un hospital corriendo’. Por eso decidí irme a un hospital público. Fue un error humano por parte de ellos y no pasa nada, pero si me lo hubieran cogido a tiempo esa neumonía no hubiese ido a más. A mí me tenían que haber puesto antibióticos desde el principio, porque perdí prácticamente una semana solo tomando Paracetamol, que no me hizo nada. Me tenían que haber puesto antibióticos y corticoides, que es lo que me han inyectado en vena cuando he estado en el Ramón y Cajal. Lo importante es que ya me estoy recuperando.
- ¿Cuánto tiempo has estado ingresado?
Ingresado he estado ocho días y con COVID creo que unos catorce. Me han tratado muy bien y han estado pendientes de mí todos los médicos. No tengo palabras de agradecimiento.
- ¿Qué recuerdas de esos días?
Han sido los peores días de mi vida, con diferencia. Lo he pasado muy mal... No poder ir al baño porque me faltaba el oxígeno, verme solo entre esas cuatro paredes porque no podía venir nadie a verme al estar en la planta de contagiados… Ha sido muy duro, lo que pasa que me he aferrado a rezar, he rezado mucho. Y también escuchando música, sobre todo a mi ídolo, Julio Iglesias, que lo escucho y me emociona. Pensar en mi familia, en mi mujer, en mi hijo… y saber que iba a salir, porque sabía que Dios no me iba a dejar ahí. También cuando me enteré de que había contagiado a Tristán… ahí me quise morir. A mi hijo le llega a pasar algo y me muero. Pero lo ha pasado asintomático y ni lo ha notado. A mi mujer tampoco la contagié porque ella tenía las dos vacunas puestas desde hace más de un mes.
- ¿Sabrías decirnos qué medicación te han dado?
- Aún te queda por ponerte la segunda dosis, ¿te han dicho si vas a tener que esperar para vacunarte?
- Dices que han sido los peores días de tu vida, ¿te llevaste un gran susto?
Yo respeto a todo el mundo, pero me he dado cuenta estando allí que los médicos se dejan el alma y la vida sanando a los enfermos. Personas que están tan preparadas, metidas en un laboratorio haciendo ensayos clínicos… La medicina cura vidas. Esta es una enfermedad nueva y hay que confiar en los médicos. Ya la gente se ha olvidado cuando salíamos a los balcones a aplaudirles… Entonces, si han encontrado un antídoto, que en este caso es una vacuna, vamos a ponérnosla. Porque yo no creo que nos quieran matar, lo que nos quieren es sanar. Pero bueno, soy una persona a la que no le gustan los líos ni los debates y cada cual que haga lo que quiera, pero confío mucho en los médicos.
- Ahora que ya estás en casa, ¿cómo será tu recuperación?
Me han dicho que tengo que andar, pero yo lo que quiero es ponerme fuerte porque el 2 de octubre tengo un concierto muy importante en El Rocío, y esta semana he tenido que anular varios eventos que tenía. Y luego, si Dios quiere, empiezo de nuevo en República Dominicana, donde estaré tres o cuatro meses. Pero lo quiero es estar fuerte y sentirme fuerte.
- ¿Cómo lo han vivido tu mujer y tu hijo?
Muy preocupados, y más sin poder hacer nada. Venían al hospital para traerme comida o algo que necesitara, y nada, todo por teléfono. De todas formas, a mí no me gusta ser mal enfermo, no me gusta preocupar… entonces aunque estaba muriéndome de tristeza y de dolor, decía que estaba mejor. Yo empezaba con mis rezos, escuchaba música… y me decía: ‘Venga Juan, es un día más y un día menos’.
- ¿Dirías que el Juan de ahora es diferente al de antes?
- Has mandado un mensaje a tus fans para animarles a que se vacunen, ¿te gustaría añadir algo más?
Ya no solo a mis fans, sino al mundo en general: que por favor confiemos en la medicina, que confiemos en los médicos, en personas que están muy preparadas y se pasan horas y horas metidas en los laboratorios investigando; que demos un voto de confianza, que seamos solidarios… y el que no quiera vacunarse que no salga de su casa para que no contagie. El que quiera vivir en su mundo, el que crea que el virus no existe, que no salga de su casa, por favor. Entre todos tenemos que acabar con esta lacra.