Lolita Flores ya nos lo había anunciado en las páginas de ¡HOLA! hace unas semanas, cuando nos recibió en su nueva casa: “Para mi vestido he elegido un color con mucho fuego y puedo adelantar que no voy a llevar mantilla. Nosotros somos más hippies”. Y le hubiera faltado añadir, quizá, hippies con mucha clase.
La hija mayor de La Faraona ha superado las expectativas con un look de alto impacto, realizado por Roberto Diz, el mismo diseñador que ha vestido a su niña, Elena, de novia, y con el que además de estar guapísima y arrebatadora, irradia felicidad.
Artista racial, de una estirpe de leyenda y con una personalidad arrolladora, “Lolita es Lolita”, nos comentaba el creador gallego días antes del enlace. “Tiene una presencia y una personalidad tan fuerte, que por mucho que yo le haya hecho, ella sobresale por encima de lo que lleve”, apuntaba con cariño Roberto.
En efecto, la cantante y actriz ha llevado un traje con cierta inspiración griega de una tonalidad entre teja y anaranjado, “color fuego”, indicaba el diseñador, que resalta aún más el precioso tono de su piel canela. Está realizado en jersey de seda, un tejido que se ciñe a su silueta como un guante, todo drapeado, y con el favorecedor estilo off shoulder que deja sus hombros al descubierto. El vestido lleva una capa incorporada y su falda es midi, un largo que es tendencia tanto en bodas de día como de tarde. Una elección que no ha ocultado las impresionantes piernas de Lolita, herencia de su madre y, podemos decir, uno de los rasgos de las mujeres de la familia Flores. “Soy Lolita de Troya”, exclamaba divertida la cantante y actriz, haciendo referencias al estilo algo griego del vestido.
Emocionada, sin poder contener las lágrimas de felicidad en un montón de momentos, la artista, con su característica melena suelta, ha completado su look con un bonito collar y pendientes de oro y turquesas y un bolso dorado, todo de su madre, Lola Flores. Aunque también ha lucido una pulsera y un anillo de turquesas, estas dos piezas no pertenecían a La Faraona.
La madre de la novia, como adelantó también en nuestras páginas, ha permanecido en esta boda en un segundo plano: “Lo está organizando todo ella. No hay que meterse ni tampoco dar consejos. Yo, mejor, quieta y callada. Lo aprendí en mi primera boda, que organizó mi madre”. Pero ha tenido un papel protagonista, muy destacado, en la ceremonia junto a su nieto, “quién más feliz me hace”. El pequeño Noah, que cumple tres años en octubre, y que como dice su “Abela Lolita”, es un juguete.