Pasaban casi veinte minutos de la una del mediodía, cuando, como se suele decir, por fin se desveló el secreto mejor guardado de la boda: el vestido de la novia. Del brazo de Guillermo Furiase, su padre y padrino, Elena Furiase desfiló radiante hacia su encuentro con Gonzalo Sierra.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El vestido, “una joya, con personalidad, que habla por sí solo”, como nos había comentado la propia novia, días antes de la ceremonia, es una creación de Roberto Diz, el diseñador gallego afincado en Sevilla que ha vestido a algunas de las novias más elegantes de nuestro país. Entre ellas, las hermanas Mercedes y Lola Peralta, Gema Ruiz, Eugenia Osborne y Mercedes Bohórquez Domecq, por citar solo algunas.
Una novia moderna y flamenca
En palabras del couturier, el look nupcial de la hija de Lolita se ha realizado pensando no solo en su belleza y su carácter -“es una novia muy joven, urbana, contemporánea y muy guapa”-, también es un tributo a sus raíces: “No hay que olvidar de quién es nieta y que pertenece a una dinastía que reina en el arte de este país. Con su look hemos querido rendir homenaje a su abuela, la gran Lola Flores, y a su familia”, nos explica Roberto, famoso por sus creaciones únicas, llenas de detalles y que realzan al máximo la silueta femenina.
En su gran día, Elena ha llevado un vestido de estilo camisero de manga larga, que es una auténtica obra de arte, pura Alta Costura. Está compuesto de dos piezas: una blusa y una falda toda al bies, con una gran cola. Pero quizá, lo más llamativo, es que el traje ha sido confeccionado con cinco mantones de Manila bordados a mano, de seda en color crudo y con las flores bordadas en blanco. Los flecos de los mantones adornan toda la cola y culminan las mangas.
“Al tratarse de una boda campera, en esta finca y en un lugar tan espectacular como Vejer, al lado del mar, para Elena he querido hacer algo totalmente casual, pero en este tejido tan riquísimo de los mantones de Manila de seda natural”, explica Roberto, que también se ha encargado de diseñar el vestido de Lolita.
Con esta elección, Elena se suma a una de las tendencias más favorecedoras y que más convence a las novias de 2021, la de los vestidos camiseros. Una inesperada tendencia que empezamos a ver en la primavera de 2020, pero ha cobrado fuerza esta temporada. No solo firmas como Victoire Vermeulen o Panambi han incluido este tipo de diseños en sus colecciones; también son muchas las novias conocidas (y no tanto) que han apostado por ellos en los últimos meses. Cabe recordar que, el pasado fin de semana, Lucía Martín Alcalde (hermana de la diseñadora nupcial Inés Martín Alcalde) eligió un vestido camisero, confeccionado en organza, para su boda con Santiago Benjumea.
Sin velo… pero con sencillos adornos
Elena, al contrario que muchas novias, ha preferido prescindir del velo. Adornando su pelo, que llevaba recogido en una coleta alta texturizada elaborada por Vicky Marcos, la actriz lucía un aderezo de flores de cristal prendidas una a una. Un detalle sencillo y elegante, elaborado en el taller de Roberto Diz, que le daba el toque definitivo a su look nupcial. Para completar su estilismo, la novia ha optado por unas espectaculares sandalias de tacón y plataforma en cuero metalizado de color cobre claro brillante. Se trata del modelo Celeste Sandal 105 de la colección nupcial de Aquazzura. Un diseño pensado “para sentirse un poco Cenicienta”, según apunta el propio Edgardo Osorio, fundador y director creativo de la firma.