Carola Baleztena y Emiliano Suárez han creado en cinco años su propia versión de Modern Family. La popular actriz es madre de dos niñas, Bruna y Valentina, fruto de una relación anterior. Y el multifacético empresario —consultor creativo, productor y ‘agitador’ cultural, fotógrafo— ya tiene dos hijos adolescentes, Emiliano y Bárbara. El 1 de mayo, tuvieron a su primera hija en común, a la que han llamado Juana. Ahora, juntos han formado una familia moderna de siete que definen como “imperfecta y singular”.
Juana es una niña deseada y esperada por Emiliano y Carola. En septiembre de 2019, la pareja perdió a un bebé en el séptimo mes de embarazo, al que iban a llamar Lola. La llegada de Juana tampoco fue fácil. En pleno embarazo, Carola contrajo el coronavirus y pasó unos días de angustia e incertidumbre. Hace algunas semanas, Emiliano también superó esta enfermedad.
Tras meses tan convulsos, la pareja ha disfrutado del verano en su refugio mallorquín. Allí han podido descansar y prepararse para un otoño que promete ser agitado. Emiliano y Carola no solo han formado una familia singular, sino también un proyecto cultural único. Trabajan juntos en Garaje Lola, un espacio creativo y cultural de moda en Madrid, y en Opera Garage, un ciclo de ópera underground que se celebra en espacios alternativos: una nave industrial de Barcelona, un garaje de Madrid… Emiliano y su socia, Macarena Bergareche, se ocupan de la dirección y producción, y Carola, de la dirección de vestuario.
—¿Cómo lleváis estos primeros meses de paternidad?
EMILIANO.—Muy bien, Juana ha traído felicidad y armonía. Cambian las prioridades y hay que adaptarse a la nueva situación.
—¿Cómo se porta la pequeña? ¿Os deja dormir?
CAROLA.—Juana es una niña alegre y risueña, se porta bien y duerme a ratos, pero todos los que somos padres sabemos que los primeros meses son agotadores.
—¿A quién de los dos se parece más?
C.—Cuando nació era tan morena y peluda que se nos ocurrió lo de ‘Gipsy Juana’ porque era parecida a su padre. Ahora, con casi cuatro meses, está cambiando y empieza a tener muchas facciones Baleztena. Dicen que se parece mucho a la Pollito. Así llamamos a mi hija Valentina.
—¿Por qué la habéis llamado Juana?
E.—Teníamos varios nombres pensados: Sara, Sira, Allegra, Fernanda…, pero esperamos a que naciera para decidir. Y al cabo de unas horas acordamos que Juana nos gustaba mucho. Es un nombre con personalidad. Pensamos en una mujer fuerte y luchadora que nació, por casualidad, el 1 de mayo. Así que era un nombre muy adecuado.
“Cuando rompí aguas, pedimos un taxi y nos fuimos de parto hasta el hospital. Fueron veinte minutos de película. Yo, pegando gritos y el conductor del taxi y Emiliano, blancos del susto”, recuerda Carola
—Los dos ya teníais hijos antes de la llegada de Juana. ¿Cómo es esta nueva paternidad?
E.—Tenemos hijos de dieciocho años, catorce, ocho y siete. Entre Emi y Juana hay una diferencia enorme, pero forma parte del encanto de esta familia imperfecta y singular. Estamos disfrutando mucho. La madurez que aporta el paso del tiempo y la experiencia te hacen valorar más estos momentos.
—Emiliano, tú fuiste padre por última vez hace catorce años. ¿Te sientes con la misma fuerza e ilusión?
—Tengo más fuerza, mejor energía y otra escala de valores. Así que espero ser un buen padre y estar a la altura de la responsabilidad que implica el seguir ampliando la familia.
—¿Es más fácil lidiar con bebés o con hijos adolescentes?
—Cada etapa tiene sus pros y contras. Las preocupaciones son diferentes. Hay que estar pendiente de ellos siempre. Es ley de vida.
—Carola, ¿cómo han recibido vuestros hijos a su nueva hermana?
—Ha sido increíble. Todos quieren agarrarla, cogerla en brazos, besarla y jugar con ella. Cuando nos juntamos todos, hay lista de espera para estar con la pequeña.
—Nueva vida y nueva casa. ¿Cuál fue la razón de la mudanza?
E.—La vida son etapas y pensamos que era un buen momento para cambiar de casa. Buscar una zona tranquila que aportara calma y bienestar. Tenemos cada vez menos vida social y más trabajo, así que el retiro del hogar es imprescindible.
—También, nuevo estado civil. ¿Ha cambiado algo vuestra relación tras la boda?
E.—Hemos formalizado el eterno papeleo, pero la boda fue hace cinco años a todos los efectos, gustase o no gustase.
—Carola, pasaste el embarazo en plena pandemia. ¿Tuviste miedo en algún momento?
—Lo primero que hice cuando di positivo en coronavirus fue llamar a mi ginecóloga. Me tranquilizó y me puso un tratamiento de Paracetamol, Heparina y vitaminas. Empecé a sentirme mejor inmediatamente y no hubo tiempo para el miedo.
—Emiliano, este verano tú también contrajiste la COVID. ¿Cómo lo pasaste?
—Tuve dos días de fiebre y poco más. Aproveché los días de aislamiento para estudiar La Bohème y revisar trabajo pendiente.
—¿Cómo fue la llegada de Juana?
C.—Habíamos estado en un par de ocasiones en urgencias con contracciones, pero en las dos ocasiones me mandaron a casa después de monitorizarme. La tercera vez fue un sábado después de comer. Comencé con contracciones, pero decidimos esperar a después de la siesta. Las contracciones eran cada vez más fuertes y de repente rompí aguas. La casa se revolucionó, pedimos un taxi y nos fuimos de parto hasta el hospital Puerta de Hierro. Fueron veinte minutos de película. Yo, pegando gritos y el conductor del taxi y Emiliano, blancos del susto. Estuvimos juntos en todo momento. Emi estuvo en el parto, por supuesto. Fue rápido porque llegué dilatada de diez centímetros. El equipo médico de Puerta de Hierro es maravilloso, nos cuidaron estupendamente.
—Emiliano, ¿cómo es Carola como madre?
—Carola es positiva, alegre y vital. Siempre mira con optimismo. Es autodidacta y luchadora, siempre pendiente de sus pequeñas. La vida le ha hecho ser una madre enérgica y resistente.
“Emiliano es como un padre para mis hijas, las hemos criado juntos y es un referente para ellas. Con sus hijos tiene una excelente relación y le quieren muchísimo”, dice la actriz
—Y Carola, ¿cómo es Emiliano como padre?
—Es como un padre para mis hijas, las hemos criado juntos y es un referente para ellas. Con sus hijos tiene una excelente relación y le quieren muchísimo. Emi es, sobre todo, una buena persona. El Emiliano artista es complejo, pero el Emiliano padre es fácil y generoso.
—Emiliano, siempre estás con muchos proyectos entre manos: tu espacio cultural, tus veladas de ópera underground… ¿Qué estás preparando para los próximos meses?
—En unos días presentaremos la nueva temporada de Garaje Lola, nos espera una programación cultural de alto voltaje que consolidará el proyecto. Somos un referente, el agitador cultural del momento y un espacio creativo de moda en Madrid. Ha sido un año de enorme esfuerzo pero ha merecido la pena. Opera_ Garage es mi otro gran proyecto junto con mi socia, Macarena Bergareche. Hemos vuelto a escena el pasado diecinueve de julio, después de dieciocho meses parados. Hicimos una representación de La Bohème en el museo Chillida Leku, en Donosti. Fue emocionante, recibimos una ovación interminable con el público puesto en pie con lágrimas en los ojos. Para la próxima temporada estamos cerrando una gira extensa y ambiciosa para seguir llevando ópera a nuevas audiencias en un formato inédito y de vanguardia. También presentaré mi nuevo trabajo fotográfico en diciembre y espero que llegue mi primer libro para dos mil veintidós.
—¿La pandemia ha afectado a tus proyectos?
—La pandemia paró la gira Opera_Garage. Estábamos en Pamplona haciendo La Bohème y se empezaron a poner las cosas muy complicadas. Pasadas unas semanas estábamos confinados. Durante el confinamiento hubo que reinventarse y se nos ocurrió la idea de Garaje Lola, un espacio creativo en donde poner en valor mi trabajo. En tiempos difíciles, nuevas ideas, creatividad y cultura. Esta es mi formula.
—Carola, ¿te gustaría volver a trabajar en los próximos meses?
—Nos iremos organizando. Poco a poco iré retomando todos mis temas. Colaboro con Emi en muchos de sus proyectos y también continuaré con mi trabajo. Creo que es un buen momento de plantearme nuevos retos y, tal vez, regresar a la tele o a la ficción. Lo mejor está por llegar.
—Formáis una pareja creativa y artística. ¿Cómo os imagináis a Juana en el futuro?
C.—Ojalá saque lo mejor de cada uno, será una mujer de enorme personalidad.
—¿Ya tenéis planes para el bautizo?
C.—Con calma, todo llega. Haremos algo en los próximos meses. El padrino será José Mercé y la madrina está por determinar.
“Juana es una niña muy deseada, buscada con ímpetu. Pero será el último. Hasta aquí nos sentimos capaces de sacar adelante el proyecto. Tener más hijos sería irresponsable y caprichoso”
—¿Alguno de los dos es muy sobreprotector?
C.—Hemos sido muy protectores de Bruna y Valentina. Barbara y Emi nos han necesitado menos y tenían otra realidad y otras edades. Ahora somos protectores de nuestro proyecto y, cuando estamos todos juntos, somos imparables.
—Juana es una niña muy deseada y esperada. ¿Os gustaría tener más niños en el futuro?
E.—Juana es una niña muy deseada, buscada con ímpetu. Pero será el último. Hasta aquí nos sentimos capaces de sacar adelante el proyecto, tener más hijos sería irresponsable y caprichoso.
—Lleváis más de cinco años de relación. ¿Cuál ha sido el mejor momento?
E.—El mejor momento ha sido el nacimiento de Juana.
—¿Y cuál ha sido el momento más difícil o duro?
C.—El momento más duro fue cuando perdimos a Lola, a los siete meses de embarazo.