El pasado 3 de septiembre Netflix estrenó la primera parte de la última temporada de La casa de papel, que dejó a todos los seguidores boquiabiertos y con ganas de ver los capítulos finales en los que todas las incógnitas deben resolverse. Para presentar estos taquicárdicos episodios en los que algunos personajes han perdido la vida, Hovik Keuchkerian, actor que interpreta Bogotá, ha vistado El Hormiguero, donde también ha podido explicar a todos los fans cómo ha sido vivir el rodaje de una ficción que triunfa a nivel mundial. El intérprete, que fue dos veces campeón de España de peso pesado, ha contado uno de los momentos de su vida que logró superar y que le hizo dar un cambio radical en su día a día. "Hasta los 32 no había fumado ni bebido, iba al gimnasio, entrenaba... Cuando dejé de boxear, dejé de perseguir mi sueño, el día siguiente se me hizo muy largo y por un compañero mexicano comencé a beber tequila. Y para qué queríamos más", ha confesado el libanés.
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Hovik ha explicado al presentador que su problema no tuvo que ver ni con el éxito no con ninguna de sus profesiones sino con la pérdida de la pasión por hacer algo. "Paré el 10 de mayo pasado. Tuve dos tres años en los que iba sin rumbo y los monólogos me devolvieron ese foco. Pisé el escenario y me enamoré. Ha sido una montaña rusa de muchos años en los que principalmente el alcohol era la puerta para pensar solo en mí, aislarme de la gente... y lo único que te salva es estar en la rueda a nivel profesional", ha relatado, confensado además que había veces que deseaba terminar el rodaje para irse a casa a continuar bebiendo.
El actor también ha dicho que su problema no era con la gente sino que a él le gustaba beber solo y meterse en su mundo. Pero todo eso cambió cuando la madre de Hovik le llamó por teléfono el 6 de mayo tras haberle visto el fin de semana anterior. A partir de ahí decidió darle un giro a su vida. "Me llevó al rincón del ring y me lo tiró todo. Habló conmigo de verdad como hacía años. Me dijo que estaba gordo, tóxico, feo y andaba encorvado y que no me lo iba a decir más", ha contado a los espectadores del programa de Antena 3. Al escuchar a su madre algo en su interior cambió y decidió que el día que ella falleciese no se iba a ir pensando en que su hijo estaba en este deteriorado estado. Tras esto, el intérprete quiso hacer un parón, a excepción de una película que va a hacer con Paco León, y decir que no a muchos trabajos. "Mi proyecto soy yo. Quiero estar preparado y eso no lo puedo hacer si no estoy bien conmigo mismo y mi estructura", ha dicho emocionado.
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Además, Hovik ha confesado que no tiene nada que ver con su personaje en La casa de papel porque él es una persona muy despistada a la que incluso se le olvida hasta la contraseña del móvil. El intérprete ha contado también que una de las escenas que más recuerda es cuando Bogotá tiene que sumergirse a por los lingotes en la cámara acorazada, unas escenas que grabaron el Londres: "El decorado se hace fuera y luego se sumerge en el water tank. Tuvimos tres días y medio de retraso porque los lingotes flotaban. A pesar de eso los componenetes del equipo español trabajaron como animales y logramos cumplir con el horario y el calendario. Fue espectacular", ha relatado.
También ha contado cómo en otra de las escenas en las que tiene que luchar contra Gandía, personaje interpretado por José Manuel Poga, con las prisas se les olvidó cambiar el cuchillo de verdad por el de atrezzo y sin querer le hizo un pequeño corte. "Nos dimos cuentos cuando dijeron corten. Le tuvieron que dar tres o cuatro puntos", ha relatado mientras cogía del cuello a Pablo Motos para escenificar el momento.