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Cuando era niña, cruzaba el albero a hombros de su padre vestida con frecuencia de goyesca, pero este año ha marcado la diferencia. A punto de cumplir los veintidós, Cayetana Rivera volvió al coso con señorío, siguiendo los pasos de sus abuelas y como presidenta de las damas goyescas. “¡De las mejores experiencias de mi vida! Esto lo llevaré siempre en mi corazón. Iba rodeada de las personas que más quiero. Doy las gracias a mi padre por la maravillosa oportunidad que me ha dado. Lo adoro”.
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Al frente de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, Francisco Rivera Ordóñez volvió a organizar una Goyesca que sumará historia. La hizo famosa y la llenó de alma Antonio Ordóñez y, el primer sábado de septiembre, se le rindieron honores con una doble jornada taurina para conmemorar los setenta años de su alternativa.
Homenaje a sus abuelas
A las once de la mañana, se celebró la Corrida Rondeña de Rejones con Leonardo Hernández, Andrés Romero y Lea Vicens en el cartel y reses de Fermín Bohórquez. Y, a las seis de la tarde, el reloj volvió a pararse en la cuna del toreo con la Goyesca.
“Recordaré siempre este fin de semana. Nunca he llevado mantilla y he disfrutado muchísimo viéndola vestirse. Es lo más español. ¡No se puede ir más guapa!”, nos dijo Eugenia
Para el primer festejo, la hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo llevó un vestido rojo español en georgette de seda y con volantes en homenaje a la duquesa de Alba y Carmina Ordóñez, de Lorenzo Caprile. La futura duquesa de Montoro completó el primer estilismo con un mantón de Manila bordado en turquesa mantilla beis en pico, de encaje de Bruselas, que podría haber pertenecido a la emperatriz Eugenia de Montijo; peina de carey y pendientes de oro y coral. Todo ello prestado por su madre (herencia de la duquesa), quien fue la otra maestra de ceremonias desde la sombra. “Recordaré siempre este fin de semana. Nunca he llevado mantilla porque soy más hippie y he disfrutado muchísimo viéndola vestirse. Es lo más español. ¡No se puede ir más guapa!”, nos dijo Eugenia.
La duquesa de Montoro acompañó a su hija en todas las visitas al taller de Caprile, le aconsejó que llevara los colores de su bisabuelo: blanco y negro, para la Goyesca, y tampoco se quiso perder su entrada en la plaza por la puerta de cuadrillas, aunque no se quedó a ver los toros, “porque hace veinte años que no voy”.
Piropear a Cayetana
Tras saludar a Francisco y a Lourdes y piropear a Cayetana, Eugenia volvía sobre sus pasos, mientras en el picadero de la Real Maestranza, su hija, peinada y maquillada por Juan del Ojo, se subía al coche de cuatro caballos para dar la vuelta al ruedo. Una puesta en escena muy especial con una plaza volcada en aplausos y ‘olés’, mientras la protagonista del día saludaba al público y recibía un ramo de flores de su padre delante de la meseta de toriles, vestida con su traje de goyesca. Chaquetilla al estilo del siglo XVIII, falda y camisa de traje de corto. Todo firmado por Lorenzo Caprile, autor también del estilismo de su madrina de honor, su hermana Carmen, aunque, a sus seis años, con dos diferencias: sin fajín y sin catite.
“Iba rodeada de las personas que más quiero. Doy las gracias a mi padre por esta maravillosa oportunidad. Lo adoro”
La Goyesca tiene un gran valor sentimental para la familia Rivera Ordóñez. El año pasado tuvo que suspenderse por la pandemia, pero, en este 2021, la plaza volvió a llenarse de rostros conocidos. Inés Domecq, vestida también con los colores de Antonio Ordóñez; Lourdes Montes; Simoneta Gómez Acebo; la presentadora Mariló Montero y la periodista Elena Sánchez; el futbolista Joaquín Sánchez y su mujer, Susana Saborido; Jaime Martínez-Bordiú; Los del Río; Hubertus Von Hohenlohe y Simona Gandolfi… Todos disfrutando del mano de Roca Rey y Pablo Aguado, que salieron a hombros y se repartieron siete orejas (cuatro para Roca Rey) de la corrida de Jandilla, después de que Cayetano Rivera se cayera del cartel.
La pena de Cayetano
No está completamente recuperado de la cogida que sufrió el 15 de agosto, y tuvo que desistir con gran pena, como dijo en su mensaje. “Goyesca, cuánto siento no poder vestirme de torero. Cuánto siento no torear en el aniversario de alternativa de mi abuelo . Cuánto siento no poder brindar una faena a mi sobrina Tana, que hoy ejerce de presidenta de las damas goyescas. Cuánto siento no poder dar la vuelta al ruedo con mi hijo”. Palabras a las que Eva González sumó un deseo desde Madrid: “En homenaje a tu bisabuelo, a tus raíces…, disfruta el día, mi amor”.