Cayetana Rivera acaba de vivir una de “las mejores experiencias” de su vida como presidenta de las Damas Goyescas, en Ronda . Francisco Rivera, empresario de la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería), se lo propuso coincidiendo con el homenaje a Antonio Ordoñez en los setenta años de su alternativa y Tana no lo olvidará jamás: “Doy las gracias a mi padre por la maravillosa oportunidad que me ha dado. Lo adoro”.
La hija del torero y Eugenia Martínez de Irujo llevó todos los preparativos en secreto hasta el último momento y le hizo mucha ilusión que los dos trajes y complementos elegidos, según el código estético tradicional, fueran una sorpresa. Los toros tienen su protocolo y Tana lo cumplió a rajatabla siguiendo los pasos de sus abuelas, la duquesa de Alba y Carmina, que también fueron presidentas del festejo, en 1974 y 1980.
Vestido rojo español con volantes en homenaje a sus abuelas, la duquesa de Alba y Carmina Ordóñez
Para la Corrida Rondeña de Rejones llevó un vestido en georgette de seda natural rojo español, con volantes, en homenaje a sus abuelas, y guiño a la Goyesca y a los años 30, de Lorenzo Caprile. El diseñador que también la vistió de largo y del mismo color (le encanta a Cayetana) para celebrar su mayoría de edad en La Pizana (Sevilla), en 2018.
La futura duquesa de Montoro completó el estilismo con un mantón de Manila bordado en turquesa, que llevó colocado en el brazo y sobre sus rodillas; mantilla beige en pico, de encaje de Bruselas, una pieza de museo del siglo XIX, que podría haber pertenecido a la emperatriz Eugenia de Montijo; peina ‘rubita’ de nácar y pendientes de oro y coral. Todo ello prestado por su madre, Eugenia, quien lo recibió en herencia de la duquesa de Alba.
“Ponerme una buena mantilla y una peineta de carey maravillosa, eso sí que sé hacerlo… Sé llevarla a la plaza como hay que llevarla” (Duquesa de Alba)
Peinada y maquillada por Juan del Ojo, Tana ofreció la imagen más española y llevó la mantilla con señorío y a la antigua, combinada con zapatos de salón.
A su abuela materna le hubiera encantado verla. “Pocas veces presumo de nada, pero de saber ponerme una buena mantilla y una peineta de carey maravillosa, eso sí que sé hacerlo... Sé llevarla a la plaza como hay que llevarla”, dejó escrito la duquesa de Alba. Y añadió en Yo Cayetana: “Tengo una bonita colección de mantillas y peinetas, heredada de mi madre o de mis abuelas y bisabuelas... Me parece una pieza de una belleza y una elegancia magníficas y me gustaría que se mantuviera en el futuro... Hubo una Rebelión de las Mantillas (XIX) y fue la reina Isabel quien las puso de moda para los actos más grandes, como la Semana Santa, que debe ser negra, y para los toros, en blanco”.
Lorenzo Caprile se inspiró en el Retrato de la marquesa de Llano -doña Isabel de Parreño y Arce- conocida como la maja de Mengs
Horas después, con la caída de la tarde, Cayetana volvía al histórico coso, que va camino de celebrar 240 años y que se ha convertido en cuna del toreo y en el ‘corazón’ de la dinastía Rivera Ordóñez. Y lo hacía con un traje de goyesca, también firmado por Caprile.
Tana, hija, nieta, sobrina y bisnieta y tataranieta de toreros vistió de blanco y negro rindiendo honores a los colores de su bisabuelo, Antonio Ordóñez, por consejo de su madre. Y lo hizo con un traje para el que Caprile, siguiendo los patrones del siglo XVIII, se inspiró en el Retrato de la marquesa de Llano, doña Isabel de Parreño y Arce -conocida como la maja de Mengs-, de Raphael Mengs. Cuadro que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Detalles del conjunto
La chaquetilla
La chaquetilla de Cayetana fue confeccionada en raso de algodón y rejilla bordada con azabaches, madroños, greca de rosas, alamares, botones de filigrana dorados… Todo material vintage de la caja de los tesoros de Caprile.
Camisa, falda y enagua
La camisa de la futura duquesa de Montoro era la de traje de corto en batista de algodón, al igual que la falda, con bolsillos, fajín de tafetán negro bordado en blanco; tiras bordadas, jaretillas y tul bordado encima con dibujos entre goyescos y picassianos. Debajo, las enaguas realizadas en batista antigua.
Catite y alpargatas
Cayetana llevó un catite de terciopelo de su padre -sombrero original del traje goyesco- en negro, con la copa alta, el ala ancha para proteger del sol y, como corresponde, en negro y ladeado a la izquierda. Y de calzado, usó alpargatas de cuna españolas con cintas plateadas.
Por la noche, Cayetana volvió a cambiarse de traje, pero el tercer vestido ya no lo vimos. El sábado goyesco finalizó con una fiesta privada en el patio de El Recreo de San Cayetano, la finca de la dinastía, donde nació Antonio Ordóñez. Junto a su familia, Francisco Rivera recibió a sus amigos y toreros, con flamenco de Los Alpresa y un cóctel muy andaluz. A la festiva despedida asistió también Eugenia, duquesa de Montoro, con su marido, Narcís Rebollo. Y, según contó Francisco en Espejo Público, en tiempos felices para ambos y haciendo honores al gran día de su hija Tana, “Nos pegamos un pedazo rumba que lo bordamos”.