Famosa desde la cuna, Tamara Falcó siempre ha sido un personaje que ha generado fascinación y un gran interés mediático. Ahora la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó se ha convertido en protagonista del documental Tamara, en el que a lo largo de setenta minutos la propia marquesa de Griñón nos descubre los aspectos más desconocidos de su vida.
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Disponible en Amazon Prime Video, producido por ¡HOLA! Media y dirigido por Raúl García, en el documental también participan familiares y amigos de Tamara, así como periodistas especializados que analizan la personalidad y la vida de la mediática marquesa de Griñón.
Anécdotas de su niñez
Con ella visitamos la casa en la que pasó los primeros años de su infancia junto a sus hermanos mayores (Chábeli, Julio y Enrique Iglesias, y Manolo y Xandra Falcó), recorremos los dormitorios donde vivieron travesuras y anécdotas de la niñez y nos comparte recuerdos imborrables de su memoria, como el de la mañana en que su madre se casó por sorpresa con Miguel Boyer sin que lo supiera ningún miembro de la familia.
En un documental lleno de anécdotas y recuerdos, la hija de Isabel Preysler desvela detalles de su infancia, su buena relación con Julio Iglesias, la tristeza por la muerte de su padre y lo enamorada que está de Íñigo Onieva
“No, si no nos invitaron a la boda de mi madre y tío Miguel . Se casaron en secreto y nos lo contaron. Y me acuerdo que estábamos en este cuarto cuando mami abrió la puerta y dijo: “Niños, nos hemos casado…”, y Chábeli, instintivamente, dijo: “Vale, mami, cierra la puerta…”. Sí que es verdad que me habría gustado participar en esa boda porque a mí sí que me hacía mucha ilusión. Y, después, es verdad que fuimos a comprar una tarta ideal con los típicos novios y lo celebramos por la noche”, desvela Tamara con su habitual desparpajo.
La marquesa relata cómo era la relación con sus hermanos: Enrique, “la verdad, me hacía rabiar muchísimo, me llamaba Maruca y yo me ponía histérica, me parecía horrible, no sé. Me recordaba a cucaracha”, y Julio, con el que “más feeling” tenía: “Me quería casar con él, de hecho me llevé una decepción tremenda cuando me enteré de que el Papa había prohibido que se casaran hermanos. (...) Julio era un buenazo”.
Tío Julio
En aquellos años, Tamara pasaba temporadas en Miami, en casa de Julio Iglesias. “Con tío Julio siempre fue muy buena la relación… Siempre ha sido supercariñoso y muy bien. Y me encantan sus canciones, siempre me evocan… Tampoco entendía las letras de pequeña… Es verdad que tío Julio una vez me cogió y me dijo: “Es que casi podías haber sido hija mía”.
“Me encantaría (tener nietos de Tamara), pero tampoco estoy tan segura… A ella no le preocupa demasiado…”, comenta Isabel, a lo que Tamara responde: “Ya veremos… Dios proveerá…”
La hija de Isabel Preysler admite que “era una estudiante regular…, pero, cuando era pequeña, era una buena estudiante. Me encantó mi época en Estados Unidos. Y, después, ser igual que el resto. Porque es verdad que eso aquí en España no lo había vivido. Todo el mundo sabía quién era mi familia, dónde vivíamos… Y ahí no me conocía ni el tato. Entonces eso me dio una libertad gigantesca. La gente no te prejuzga, no sabe nada de ti… No sabía que quería hacer… No descubrí nada que me encantase hasta que me fui de prácticas a Inditex y dije: “Mami, yo no quiero estudiar, quiero trabajar en moda”. Tamara recuerda, asimismo, el período de prácticas que hizo en ¡HOLA!: “Sí, de hecho, me hicieron llamar al mánager de Penélope Cruz a ver si nos daba una entrevista y no nos la dio tampoco… Y ¡HOLA! siempre ha estado, siempre hemos ido de la mano. La verdad”.
“Lo de mi padre fue brutal. Horroroso…”, confiesa Tamara sin poder contener las lágrimas al recordar la pérdida de Carlos Falcó, fallecido a causa del coronavirus
La marquesa de Griñón dedica un hermoso recuerdo al tercer marido de su madre: “Yo creo que mi carácter sí que cambió o se enriqueció con la llegada de mi tío Miguel a mi vida. (...) Se denominaba a sí mismo mi casi padre. Era una persona superculta, pero te podría hablar de cualquier cosa, y se ponía muy nervioso cuando mi madre y yo le dedicábamos tanto tiempo a la ropa, decía: “¡¿Queréis dejar de hablar de trapos?!”. Y en casa nunca le dábamos demasiada importancia. Era supergracioso porque fuera de casa todo el mundo le tenía muchísimo respeto, porque era el superministro. Y, aquí en casa, el pobre no tenía ni voz ni mando…”.
Miguel Boyer falleció en septiembre de 2014 y Tamara admite que tardó “bastante en asimilarlo y creo que no viví el duelo hasta seis meses más tarde. Y realmente no es tanto las cosas que echo de menos de él, que son un montón. Pero, sobre todo, las gracias que di después de haber tenido la oportunidad de conocer a alguien como él. Porque realmente es un regalo. O sea, es rarísimo que te toque una persona que sea tan buena y positiva en tu vida”.
Vargas Llosa
Tamara también habla de la llegada de Mario Vargas Llosa, la actual pareja de su madre, a sus vidas: “Mario y Miguel son bastante parecidos. O sea, ya eran amigos de antes… Mario empezó a aparecer por casa y eso me dejó un poco mosca y me decía todo el mundo que eran solo amigos… Mario, en la vida de mi madre, ha sido una bendición, ha sido una oportunidad nueva para el amor después de la época tan trágica que pasó con la enfermedad de tío Miguel y la verdad es que Mario la hace vivir, la hace sonreír, la saca de su zona de confort y le da muchísima vida a mi madre”.
El golpe más duro
A lo largo del documental, Tamara se emociona en varias ocasiones, especialmente en el momento de recordar la pérdida de su padre, Carlos Falcó, el pasado año, víctima del coronavirus. De él echa de menos “todo”, asegura la diseñadora sin poder contener las lágrimas. «Lo de mi padre fue brutal. Bueno, es que fue peor que todo eso. Mi padre era de esos que nunca estaba enfermo, nunca realmente tenía que ir a un médico a no ser que fuera totalmente necesario. Yo me acuerdo de hablar con él y él estar tosiendo. Y me dijo: “No, porque he tenido unas pruebas y tal”, había ido aquí a un hospital en Madrid y le habían mandado a casa… Bueno, pues pasa otro día, tal, y yo hablando con mi padre y la verdad es que tosía y todo eso y de repente llegaron de vuelta los resultados y, efectivamente, tenía principio de neumonía, entonces eso ya pintaba mal. El domingo se puso mi hermana Xandra firme con él. Mi padre se tomó la temperatura y tenía fiebre, vino una ambulancia a por él. Ingresó ese domingo. (...) Es que ha sido espantoso. Duró cinco días. Le entubaron un miércoles y falleció el viernes. Es de esas personas que se van de tu vida y son irreemplazables”.
El título
En el documental, Tamara también aborda el momento en que recibe el título de marquesa de Griñón. “No, no nos lo esperábamos para nada, nadie. Porque realmente no es algo que puedas heredar, sino algo que realmente pertenece al Rey y tu padre decide designártelo. Entonces, lo empiezan a leer y de repente me mencionan a mí… De repente, toda la mesa se gira y me mira. O sea, nos quedamos todos en shock. Es un regalo muy bonito, es precioso. Mi padre era el marqués de Griñón y tener algo suyo tan precioso que ha formado parte de la familia para mí significa un montón”.
En casa con su madre
Junto a ella, visitamos la casa de su madre, en Puerta de Hierro, donde nos recibe una Isabel Preysler feliz y orgullosa de los logros de la mediana de sus tres hijas. Nuestras cámaras asisten a una conversación madre e hija en las que ambas repasan episodios de su vida y en la que comparten confidencias. ¿Está deseando Isabel tener nietos de Tamara? Ella misma responde: “Me encantaría (tener nietos de Tamara), pero tampoco estoy tan segura… A ella no le preocupa demasiado…”. Tamara interviene: “Este es un tema peliagudo en casa. (…) A mi madre y a mi hermana les haría mucha ilusión, sobre todo, porque mi hermana pequeña ya va por el segundo… Pero no sé, ya veremos… Dios proveerá…”.
Problemas de peso
En la charla madre e hija también sale a la luz los cambios de peso de Tamara, algo a lo que ella misma nos responde en su entrevista cuando habla de cómo llegó a superar ese problema con la báscula: “Fue un momento también de crecimiento personal a la larga. Y, además, todo el mundo me dice: “Pero ¿cómo lo perdiste?”. En ningún momento pensé que ese iba a ser mi peso y ya tenía que tirar la toalla. Creo que no viví el duelo en su momento de la muerte de mi tío Miguel. Creo que, después, se me juntaron un montón de cosas, que me salieron todos los análisis mal, que si tiroides, que si tal. Pasé un momento donde monté mi empresa de moda, que me sirvió muchísimo trabajar con telas y la parte creativa y eso de alguna forma me fue sanando. O sea, tomarme un tiempo de respiro y, poco a poco, mi cuerpo también se fue sanando. Mi cuerpo, mi mente…”.
“Con tío Julio siempre fue muy buena la relación… Siempre ha sido supercariñoso… y me encantan sus canciones, siempre me evocan… Una vez me cogió y me dijo: “Es que casi podías haber sido hija mía””
La vocación
Acompañamos a Tamara a visitar también la madrileña iglesia de San Antón y al padre Ángel, de Mensajeros por la Paz. Ambos conversan sobre la profunda espiritualidad de Tamara y su ‘conversión’ de hace unos años. Ella misma confiesa que estuvo a punto de tomar los hábitos y explica las razones por las que finalmente no lo hizo. “Yo me empecé a sentir tan bien que empecé a plantearme mi vocación… Lo que pasa es que es verdad que todo el mundo me decía… Iba a entrar en un convento e iba a sentir algo muy fuerte, lo que había escuchado de otras monjas… Y yo entraba en los conventos y hablaba con las monjas y las sentía como hermanas pero no sentía que era mi sitio… Y luego mi tío Miguel cayó enfermo y por otra serie de circunstancias por las que no podía entrar no era el momento adecuado…”.
El triunfo y el amor
Graciela y Lucía Domínguez, amigas íntimas de Tamara, también desvelan algunos de los aspectos más desconocidos de la marquesa. “ Tamara con Íñigo está muy contenta , está muy ilusionada, encima es el mejor momento de Tamara a día de hoy… y creo que es un compañero estupendo para toda esta etapa que está viviendo Tamara… Cuando tú estás bien es más fácil estar bien con otra persona porque das lo mejor de ti… Entonces es el momento”, explican. Las dos jóvenes también abundan en el momento de éxito que vive Tamara y lo bien que alterna sus compromisos laborales con su noviazgo. “Su agenda diaria es increíble y compaginarla con otra persona tiene sus complicaciones, pero creo que a Íñigo le entiende muy bien… y le acompaña muy bien…, como un compañero muy bueno, aunque se han conocido en una etapa que, por las circunstancias, es la más complicada de conocerse y demás, pero se han entendido muy bien y están muy contentos…”.
“Mario, en la vida de mi madre, ha sido una bendición, la hace vivir, la hace sonreír, la saca de su zona de confort y le da muchísima vida”
Tamara Falcó nos habla del espléndido momento que está viviendo en la actualidad. Triunfadora en televisión y afortunada en el amor, la joven madrileña confiesa estar volcada en sus estudios de cocina y muy enamorada de Íñigo Onieva, su actual pareja . “Íñigo se lo ha tomado fenomenal. Sí, ha sido foco mediático, bastante heavy, y la verdad es que se lo tomó muy bien desde el principio, de hecho, me preguntaban amigas de mi madre y tal y me escribían y me decían: “Este también se te va a ir”. Pero esperemos que no. Él tiene la suficiente personalidad como para que no le afecte. Lo que más me gusta es su personalidad, es que es siempre superpositivo. O sea, tiene una energía… Es alucinante”». La marquesa explica que lo que le han dicho los amigos de su novio, “que era muy inquieto”, es “que le aporto”. “Un amigo nos lo describió así: yo a él le aportaba paz y él me aportaba la parte divertida que a lo mejor me hacía falta en mi vida. Entonces, como que nos compensamos bien”.
“La verdad es que presionada no me he sentido mucho para encontrar novio —admite Tamara en otro momento del documental—. Es verdad que de cuando era joven a ahora yo he evolucionado muchísimo y creo que la diferencia está en que soy superfeliz estando yo sola. A ver, soy superfeliz ahora mismo en pareja. O sea, creo que una persona te completa. Pero creo que es verdad que a lo mejor si llego a acabar con cualquiera de los otros chicos no me habría encontrado a mí misma. Y creo que ha sido un despertar bonito…”.
El sueño de Tamara
Durante la conversación con su madre, Tamara le dice: “Vamos a vivir juntas siempre… Yo me he comprado un pisito aquí cerca y yo le he dicho que, cuando quiera, podemos retirarnos allí las dos… Es que me hace ilusión…. Voy a trabajar mucho para comprarme una casa en Puerta de Hierro y hacer un túnel… (risas)”.