María Bravo saltó a las páginas de la crónica social por su romance con Bruce Willis . De eso han pasado ya lustros y ahora la malagueña es famosa por sus proyectos solidarios, una labor en la que siempre implica a sus amigos, entre los que se encuentran estrellas de cine, de la canción, del deporte... María podría jactarse de tener la mejor agenda de Hollywood (de los Beckham a Barack Obama), pero prefiere presumir de los logros de la fundación que preside, Global Gift Foundation, que este año, tras el parón obligado de 2020 a causa de la pandemia, ha vuelto a organizar su gala benéfica en Marbella.
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La actriz, empresaria y filántropa, que siempre ha estado acompañada en este evento de su íntima amiga y fiel colaboradora Eva Longoria , ha contado en esta novena edición de la gala con el estrecho apoyo del cantante y compositor Luis Fonsi y, como anfitriones de honor, con el actor puertorriqueño Amaury Nolasco y el artista Sacha Jafri, autor de El viaje de la Humanidad, el cuadro más grande del mundo que se vendió por 62 millones de dólares destinados a causas benéficas. Además, también ha contado con la presencia de Alejandro Sáez, CEO de eGoGames, la plataforma eSports líder en Europa, con la que Global Gift Foundation ha firmado un acuerdo de colaboración.
Durante la velada, el empresario francés André Abdoune, creador de la primera cryptomoneda solidaria, fue premiado con el Global Gift Humanitarian Award, al igual que Ray Cazorla, nominado al premio Nobel; mientras que el chef colombiano Juan Manuel Barrientos recogió el Global Gift Philantropist Award, y Barry Skolnik, que impulsó en Miami la construcción de un hospital para niños con cáncer, recibió el Global Gift Philantropeneur Award. Beatriz de Orleans también fue galardona con el Premio Women Empowerment.
La actriz española Jana Pérez y el joven británico Braydon Bent fueron los presentadores de la gala, en la que más de 300 invitados disfrutaron de las actuaciones de Tallia Storm, descubierta por Elton John, que presentó una canción inédita; Lorena Medina, Angélica de la Riva, The Vintage Experience y el galardonado artista multidisciplinar Gary Dourden.
Además del éxito de esta novena edición del evento, María Bravo también ha recibido una recompensa en forma de homenaje. Estepona ha distinguido a la empresaria otorgándole su nombre a una plaza, “por una vida dedicada a mejorar la de los demás”. La inauguración del nuevo espacio urbano, situado entre las calles El Cid y Goya de la localidad malagueña, llenó de emoción a la filántropa, que volvió a recorrer los lugares de su niñez, tal y como ella misma señaló: “Nací en Málaga porque aquí no había hospital pero me he criado aquí, en estas calles; fui al colegio justo ahí detrás y recuerdo perfectamente correr por estas calles junto a mi hermana y mis amigos”.
–María ¿qué ha tenido de especial esta edición de la gala Global Gift y cómo ha sido organizar una edición en tiempos tan complicados?
- Ha habido muchos cambios desde que programamos la gala. Cambiamos el espacio y ahora la hemos hecho en la plaza de toros de Puerto Banús. La COVID ha hecho que cambiásemos de día para poder acomodar a mi ‘hermano’ Luis Fonsi y que pudiera estar aquí con nosotros. Pero todo lo hemos hecho con una ilusión muy especial porque estamos celebrando la vida, la felicidad de poder estar juntos, aunque no revueltos (ríe). Todas las personas que estuvieron en la gala tienen vacuna o se han hecho un test.
–¿En algún momento temiste que no se fuera a celebrar?
Soy muy positiva. Entonces, siempre pongo en el universo el ‘sí se puede’. Luego, buscamos la manera de que se pueda. Pero sí, siempre intento ir por el sí. Después, si es no, pues puedo preguntar si se puede otra vez.
“Eva (Longoria) estaba llorando porque no podía venir. Su hermana tuvo COVID y ha tenido que estar confinada”
–Se ha echado de menos a Eva Longoria, que siempre colabora contigo en este evento.
- Eva estaba llorando porque no podía venir. Su hermana tuvo COVID y ha tenido que estar confinada. Desafortunadamente, son las cosas que hay hoy en día. Hay que amoldarse a los cambios y tirar para adelante. Cuando hablé con ella, las dos estábamos llorando. Es un momento tan especial para nuestra fundación y ella es el corazón y el alma de The Global Gift. Le duele cuando no estamos juntos. Si Dios quiere, el año que viene.
- Las últimas noticias que teníamos de ti eran que compartías tu situación sentimental con Nicolás Escámez. ¿Sigue siendo así o ha habido algún cambio?
- Es mi compañero de vida. Precisamente, llevo diez años con él. Desde 2011. Es mi alma gemela y mi compañero de batallas.
–Nunca has contado cómo os conocisteis.
- ¡Ese es otro ¡Hola! (ríe)
–¿Cómo has vivido la pandemia?
- Toda mi familia está bien. Me quedé en España porque quería estar cerca de mi papi, mi hermano y mi hermana. Llegué aquí sin saber que me iba a quedar y llevo un año y cuatro meses que no vuelvo a Los Ángeles. Pero, gracias a Dios, toda mi familia está bien. La he pasado muy bien, porque he podido estar en Marbella mucho más tiempo que en 31 años que llevo viviendo en EEUU. Para mí, está siendo un lujo poder centrar y dar prioridad a lo que verdad es. A veces, se nos olvida las prioridades, que es la salud, la familia, los amigos… A mí me ha colocado la mente.
–¿Has contraído la COVID?
- No, aunque tengo muchos anticuerpos. Me vacuné en Dubai con la vacuna china y parece que funciona bastante bien.