Sonia Ferrer se ha sincerado como nunca para recordar uno de los episodios más traumáticos de su juventud, cuando el diagnóstico tardío de la enfermedad que padecía entonces le pudo haber costado la vida. La presentadora ha relatado este fin de semana a todos sus seguidores aquella dura experiencia, y lo ha querido hacer después del triste fallecimiento el pasado viernes de Olatz Vázquez, la periodista y fotógrafa vizcaína de 27 años que explicó su lucha diaria contra un cáncer gástrico que fue no detectado a tiempo debido a los retrasos en el sistema sanitario derivados de la pandemia. Por su parte, la conductora de programas como Está pasando y De todo corazón ha viajado al pasado para rememorar con toda la crudeza del mundo que "yo tenía 15 años y un tumor de hueso en la columna que me estrangulaba la médula", comienza diciendo.
A continuación, la comunicadora catalana denuncia con pesar que "una supuesta eminencia en traumatología le dijo a mi madre que tenía un dolor imaginario y que solo quería llamar la atención". Prosigue que "lo que empezó siendo ocasional, se volvió diario" ya que "caía al suelo y convulsionaba" con un sufrimiento "inhumano", describe. Para "intentar calmarlo, me pinchaba Nolotil y tomaba todo lo que llegaba a mis manos... y claro, mi orina acabó manchada de sangre", detalla. "Tenía ya 16 y un “gran” urólogo insinuó que, viviendo sola en el extranjero, a saber con quién me habría acostado y qué infección podría haber pillado (vivía sola, sí, pero seguía siendo virgen aunque nadie parecía creerme)", lamenta la también colaboradora televisiva. Incluso "un dentista me quitó las muelas del juicio porque sin duda se debía a un dolor reflejo", añade.
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Además, "llevé un alza en el zapato izquierdo porque un osteópata dijo que tenía una pierna un centímetro más larga que la otra. Llegaba a urgencias rompiendo la ropa con los dientes, llorando y gritando porque aquello era insoportable", pero "me daban el alta diagnosticándome "gases"". Cuenta Sonia Ferrer que "y así casi tres años hasta que el Doctor Frederic Font Vila pensó que, aunque no tenía la edad de la estadística, podía tener lo que tenía". Así pues, "con casi 18 años ya el tumor era demasiado grande para que el riesgo de tocar la médula al quitarlo no fuese casi inevitable". Afortunadamente, "acabó todo bien porque aquí estoy, caminando, pero pudo no haber sido así. Nunca, ninguno, supo decir "no sé lo que te pasa". ¿Tan difícil es?", se pregunta la presentadora. Para terminar, confiesa que "no sé bien qué me ha llevado a compartir esto, supongo que la historia de Olatz me ha tocado", concluye.
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