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Existen críticas constructivas, críticas dañinas y críticas que hasta le pueden costar a uno el puesto de trabajo. Eso es precisamente lo que le pasó al presenrador británico Piers Morgan, uno de loa comunicadores más conocidos del Reino Unido, quien el pasado mes de marzo abandonaba su programa matinal Good Morning Britain en el canal privado ITV después de que sus duras opiniones sobre la entrevista que había concedido la duquesa de Sussex a Opran Winfrey generarán decenas de miles de quejas por parte de los espectadores y hasta por parte de la propia Meghan Markle, que presentó una denuncia formal contra la cadena.
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Piers, quien se había convertido en los últimos tiempos en uno de los grandes críticos de la mujer del príncipe Harry, a pesar de haber tenido una breve amistad con ella previa a su compromiso, aseguró "no creer una sola palabra" de lo que la duquesa de Sussex había relatado a Oprah y prefirió abandonar el programa antes que retractarse de sus palabras. Lo que nadie esperaba es que más de cinco meses después, el órgano regulador de los medios británicos, conocido como Ofcom, apoyaría al periodista, apuntándole un triunfo en su férrea batalla contra Meghan.
Tras las palabras de Morgan, en las que especialmente puso en duda que la duquesa de Sussex no hubiera recibido ayuda por parte de la Familia Real británica cuando confesó que había experimentado problemas de salud mental, el anteriormente mencionado órgano regulador de medios recibió unas 58.000 quejas por las críticas del periodista a Meghan, el mayor número registrado en sus 18 años de historia.
Sin embargo, tras iniciar una investigación Ofcom ha dado a conocer esta misma mañana su resolución sobre el caso en un extenso documento de 97 páginas en el que ha exonerado al popular periodista británico de las acusaciones en su contra. "Los comentarios de Morgan fueron potencialmente dañinos y ofensivos para los espectadores, y reconocemos la fuerte reacción pública hacia ellos. Pero también tomamos en cuenta la libertad de expresión” señala el comunicado. “Según nuestras reglas, los organismos de radiodifusión pueden incluir opiniones controvertidas como parte de un debate legítimo de interés público, y el fuerte desafío al Sr. Morgan por parte de otros colaboradores proporcionó un contexto importante para los espectadores” continúa la nota.
“Ofcom tiene claro que, consistentemente con la libertad de expresión, el señor Morgan tenía derecho a decir que no creía las acusaciones de los duques de Sussex y mantener y expresar sus fuertes puntos de vista que rigurosamente retaban su relato…La restricción de esas opiniones, en nuestro punto de vista, (serían) una restricción injustificada y escalofriante de la libertad de expresión tanto para la televisión como para la audiencia. No obstante, le hemos recordado a ITV que tenga más cuidado con la discusión de contenido sobre salud mental y suicidio en el futuro. ITV podría considerar el uso de advertencias oportunas o señalización de los servicios de soporte para garantizar que los espectadores estén debidamente protegidos” concluye el informe.
La reaccion de Morgan
Piers Morgan por su parte ha calificado el fallo de Ofcom como una “victoria rotunda” . En un extenso editorial publicado en el Daily Mail, Morgan ha vuelto a recalcar que sigue sin creer las declaraciones de la pareja y que algunos puntos han sido, de hecho, comprobados falsos, como la supuesta boda tres días antes del enlace, Piers escribió: “Esto no se trata de mí o de Meghan Markle. Se trata de la libertad de expresión y el derecho de tener una opinión”. El periodista dice que de haber fallado en su contra, se habría limitado a los periodistas en cuanto a expresar su opinión en el futuro: “Esta maliciosa cultura de cancelación como ha sido definida, representa la más seria amenaza contra la democracia”. Para cerrar su texto, Morgan lanzó una pregunta: “¿Esto significa que me van a devolver mi trabajo?”.