Hay graves accidentes en la vida de una persona que, cuando ocurren y puedes llegar contarlo, piensas que has vuelto a nacer. Así le pasó a Orlando Bloom con 21 años, unos hechos que la estrella de Hollywood ha querido rememorar para poner de manifiesto que se siente muy afortunado de aprovechar cada minuto después de aquel episodio tan traumático que pudo tener un fatal desenlace. El actor, gran aficionado a los deportes como el ciclismo, la natación o el tiro con arco, ha compartido estos días una fotografía actual donde se le ve equipado con casco, mallas y camiseta como un profesional pedaleando sobre una carretera rodeada de árboles con un bello atardecer de fondo. Al mismo tiempo y para establecer la comparativa, ha publicado otra imagen del pasado montado también sobre la bici en una escena radicalmente distinta a la de ahora.
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En dicha instantánea, el cotizado intérprete británico aparece con un aparatoso corsé ortopédico para la espalda que le cubre prácticamente todo el torso. "Ese soy yo en 1998, tres meses después de caerme desde un tercer piso y aplastarme la columna vertebral, escapando por poco de la muerte y la parálisis", relata para asombro de muchos el protagonista de sagas cinematográficas tan taquilleras como Piratas del Caribe o El señor de los anillos. "Agradecido cada mañana a mis extremidades, que me permiten superar mis límites (más seguro ahora)", añade y concluye. Volviendo al suceso que casi acaba en tragedia, la pareja de Katy Perry y padre de su pequeña Daisy narró hace un tiempo que todo ocurrió cuando trataba de llegar a una azotea escalando, se agarró a una tubería de desagüe que cedió y el se precipitó al vacío.
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"Hasta entonces, no tenía una apreciación muy saludable del riesgo y pensaba que somos invencibles", reconocía en 2005 en declaraciones a GQ. "Llegué a pensar que me quedaría en silla de ruedas por el resto de mi vida ya que no sabía si volvería a caminar de nuevo", confesaba. "El médico me dijo que no estaba seguro de la gravedad del daño que había sufrido en la médula espinal", proseguía el actor de 44 años. Por fortuna, Orlando Bloom se recuperó tras permanecer ingresado varias semanas en el hospital, aunque ya nada sería como antes. "Cuando salí me di cuenta que no quería volver a estropearlo todo otra vez. Solía ir en moto y conducía el coche como si estuviera en una pista de carreras, algo ridículo", admitía. Así que, después el accidente, "me enfrié bastante" para no volver a tener que lamentar una experiencia de tal calibre, sentenciaba el ex de Miranda Kerr.
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