Han pasado más de dos décadas desde que Russell Crowe interpretara a Máximo en Gladiator y, aunque hoy, a los cincuenta y siete años, su aspecto está muy lejos del que lucía en la película que lo encumbró, intenta recuperar su forma física haciendo deporte. El pasado año el intérprete tuvo que subir de peso por exigencias del guion de Salvaje y ya ha perdido muchos de los kilos que tuvo que ganar. En las pistas de un complejo deportivo de Sídney, donde reside, ha sido fotografiado de nuevo –en unas imágenes casi idénticas a las de hace unos meses— junto a su novia, Britney Theriot, de treinta y un años, nacida en Luisiana, junto a la que compartió cartel en 2013 en la película Broken City, aunque ahora ella, alejada del cine, se dedica a los negocios inmobiliarios.
Tras jugar un partido, ambos muy conjuntados, fueron fotografiados juntos muy cariñosos y cómplices en una de las pocas ocasiones en la que se han dejado ver. Divorciado de Danille Spencer, madre de sus hijos, Charles, de diecisiete años, y Tennyson, de quince, la relación de la pareja ha ido forjándose en la blindad intimidad que el ganador del Oscar ha construido a su alrededor. Centrado en su trabajo, actualmente está dirigiendo la película Poker Face , que además protagoniza y donde Elsa Pataky coincide por primera vez ante las cámaras con su cuñado, Liam Hesmworth. A Russell Crowe le une una buena amistad con la familia Hemsworth: con Chris acaba de terminar el rodaje de Thor: Love and Thunder, como Zeus, y ya ha dejado claro que, si hay un Gladiator que pueda ser su sucesor, ese es el marido de la actriz española.