Fue el pasado 1 de julio cuando Ana Boyer y su marido Fernando Verdasco acompañados de sus dos hijos Miguel, de 2 años, y su hermano Mateo, de 7 meses, aterrizaron en Madrid procedentes de Doha, donde tienen fijada su residencia, para pasar unos días de vacaciones en familia. Además de disfrutar de una escapada a las playas de Huelva, la hija de Isabel Preysler, quien siempre que viaja a España se instala en la residencia familiar de Puerta de Hierro, aprovechaba su estancia en nuestro país para estar con su madre, Isabel Preysler, su hermana Tamara y su abuela, Beatriz, fallecida este domingo a los 98 años, y de la que Ana se despedía hace tan solo una semana antes de poner rumbo a Nueva York, donde Fernando Verdasco participa estos días en el US Open, de hecho mañana mismo, el tenista disputa un encuentro.
La crisis sanitaria generada por la pandemia que ha llevado a que Estados Unidos mantenga ciertas restricciones a los ciudadanos europeos debido a la propagación de la variante delta, así como la distancia, han impedido a Ana Boyer estar presente en el último adiós a su abuela con la que tantos momentos había compartido en el hogar familiar, donde se instaló definitivamente hace cuatro años, ya que anteriormente dividía su tiempo entre España, Filipinas, su país natal y Estados Unidos, donde pasaba tiempo junto a sus nietos.
Chabeli, por su parte, tampoco ha viajado a España. La hija mayor de Isabel Preysler, quien reside en Miami junto a su marido, el empresario mallorquín Christian Fernando Altaba, y sus dos hijos, Alejandro, de 20 años y Sofía, de 10, estuvo junto a su abuela y su madre el pasado mes de julio en Madrid. A pesar de la distancia que las separaba, Chabeli mantenía un vínculo especial con su abuela, a la que estaba especialmente unida.
Quien sí han podido estar presentes en el último adiós de la que era uno de los pilares fundamentales de la familia han sido Tamara, quien reside en la casa familiar, así como Julio José y Enrique Iglesias, quienes han viajado hasta Madrid procedentes de Estados Unidos, donde tienen establecidas sus respectivas residencias. De hecho, el último de ellos y según publica Europa Press consciente de la delicada salud de su abuela, podría haber volado a Madrid días antes de la muerte de Beatriz Arrastia para poder despedirse de ella. De hecho, publican que el intérprete podría haber puesto rumbo a Miami ayer mismo por la tarde para retomar sus compromisos profesionales, ya que se encuentra inmerso en los ensayos de la gira que le llevará a recorrer Estados Unidos con Ricky Martin y que comenzará el próximo 25 de septiembre en Las Vegas.
Discreto y familiar último adiós
Beatriz Arrastia se ha ido con la discreción y la elegancia personal que siempre le caracterizaron. Tras ser velada en la capilla ardiente instalada en la residencia de Isabel Preysler, por sus seres queridos, y después de que el padre Ángel, amigo personal de la familia oficiara un responso, un coche fúnebre entraba en la residencia en torno a las doce de la mañana, para minutos después abandonar la residencia rumbo al tanatorio madrileño de Fuenlabrada. El sacerdote reveló entonces cómo se encontraba Isabel Preysler tras la pérdida de su madre. "Estaba dolida, con cara triste, pero yo también creo que está esa parte de saber que se ha ido con paz", señaló.
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