No está siendo este 2021 todo lo propicio que quisiera Rafa Nadal . Tras un 2020 marcado por la pandemia de la covid, el tenista manacorí tenía depositadas sus ilusiones en que, pese a sus treinta y cinco años, todavía su cuerpo aguantara y fuera competitivo con la raqueta en la mano. Pero las lesiones, contra su voluntad, se han empeñado en dejarle fuera de las pistas este año en muchas ocasiones. La última justo antes de su debut en el Masters de Toronto. Llegaba concienciado para quitarse la espina que, una semana antes, en Washington, le había causado la derrota ante el sudafricano Lloyd Harris, pero de nuevo las molestias en el pie izquierdo que arrastra se lo impidieron. Era el sexto torneo este año al que Nadal debía renunciar por culpa de un problema físico.
Antes que Toronto ya dijo adiós a Rotterdam, Dubái, Acapulco y Miami, además de sus sonada ausencias en Wimbledon y en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ambas citas eran una prioridad para él, pero, finalmente, las “sacrificó” después de “escuchar a su cuerpo”. Necesitaba descansar para llegar al Abierto de Estados Unidos en plenas condiciones. Pero tampoco acudirá a este torneo.
En un comunicado compartido en sus redes sociales, el tenista ha anunciado su decisión de poner fin a la temporada 2021. “Sinceramente llevo un año sufriendo mucho más de lo que debería con con mi pie y necesito tomarme un tiempo. Después de haberlo hablado con el equipo y familia se ha tomado esta decisión y creo que es el camino a seguir para intentar recuperarme y recuperarme bien”, explicaba.
De momento, Rafa está descansando a bordo de la colosal embarcación que estrenó el verano pasado: un catamarán de 24 metros de eslora que, recientemente, fue nombrado por la revista estadounidense Robb Report como el mejor yate del mundo. En él está disfrutando de su pasión por el mar, que, días atrás, compartió en Mallorca con su mujer, Mery Perelló, que reapareció tras los rumores de embarazo; sus padres, Sebastián y Ana María Parera, y su atractiva hermana, Maribel, que se han convertido en su refugio y en su mejor “medicina” para superar sus molestias.