El pasado ocho de agosto, la periodista Susanna Griso acudió a la Gala Starlite, celebrada en Marbella con Antonio Banderas y Sandra García-Sanjuán como anfitriones, para recibir un galardón por su labor filantrópica con algunas de las fundaciones más relevantes del país, como Raíces o Vicente Ferrer. Allí, la periodista, que se enfrenta a la temporada número quince de Espejo Público (Antena 3), nos habló de su primer verano tras su divorcio de su marido, el productor Carles Torras, con quien tiene tres hijos, Jan, Mireia y Dorcette —una niña adoptada en 2018 en Costa de Marfil-. Allí, la presentadora, de 51 años, nos contó la historia de Koudus, un joven de Ghana al que, hace dos años, acogió y quien ahora es uno más de su familia.
—¿Cómo recibes este premio?
—¡Con mucha ilusión! He seguido el trabajo de Sandra y Starlite muy de cerca. Llevamos mucho tiempo diciendo que tenía que venir y de alguna manera implicarme más en la fundación. Siempre coincidía con las vacaciones, pero este año he cambiado mi agenda y aquí estoy.
—¿Con qué fundaciones estás comprometida?
—Con la Fundación Vicente Ferrer y Raíces me he implicado mucho. Con la primera he estado en Andhra Pradesh y Anantapur, he convivido con Ana Ferrer en La India y les he presentado muchos actos. La India es un país que ha visitado muchas veces por vínculos familiares. La segunda fundación, ayuda a chavales extutelados, como Koudus, a quien tengo en acogida.
—¿Cuál es su historia?
—Es un chaval de Ghana que llegó en patera. Se quedó huérfano con cuatro años, empezó a trabajar en una plantación de cacao, y después de muchos años trabajando, en los campos y una vida muy dura, su abuela le dijo que no había dinero para él y su hermana para venir a Europa. Como el viaje para su hermana era más complicado, fue él quien empezó a viajar y acabó en Europa casi de casualidad. Él quería ir donde hubiera trabajo.
—¿Dónde lo conociste?
—Yo lo conocí aquí, llegó en patera a Almería y, desde allí, se desplazó a Barcelona. A los 16 años, por la prueba de muñeca, lo expulsaron del centro de tutela y de un día para otro se quedó en la calle.
—¿Cómo te enteras de su situación?
—Mi hermana que trabaja en Arrels, una fundación de Barcelona que ayuda a chavales extutelados, me llamó y me dijo: “Esta noche no tiene dónde dormir, es muy buen chaval, aprende rápido”. Dije: “Venga, sí, lo vamos a ayudar”. Mi hermana lo acogió en su casa y yo le pago los estudios. Consiguió estudiar porque tiene una inteligencia prodigiosa y capacidad de superación que me tiene impresionada.
—Ya es uno más de la familia…
—Sí, ahora me voy de vacaciones con él. ¡Nos queremos mucho! A mí me llama mamá y a ella, que es mi hermana mayor, la llama abuela. Tiene 18 años, como mi hijo mayor.
—¿Qué va a estudiar?
—Está estudiando ingeniería informática, lo que pasa que no sé donde acabará, es un ciclo de formación profesional, un curso puente para ver hacia dónde nos encaminamos finalmente.
—Estará muy agradecido…
—Muy agradecido, es muy trabajador… ¡Es uno más de la familia! Yo lo quiero mucho. Realmente tengo cuatro hijos: dos biológicos, una adoptada y uno en acogida.
—Esta noche te acompaña tu hija Mireia...
—La he querido mantener al margen del photocall porque es menor. Mide 1, 85 y parece que sea mayor, pero tiene 16 años.
—¿Intuyes a tus hijos un talento parecido al tuyo para la comunicación y el entretenimiento?
—A Mireia le gusta mucho la comunicación y escribe muy bien, pero no sé qué acabará estudiando. Mi hijo mayor está más enfocado a la Filosofía y Ciencias Políticas, pero nunca se sabe. Yo no los animo a estudiar Periodismo, pero a veces la vida te da sorpresas.
—¿Cómo vas a celebrar la temporada número quince de Espejo Público ?
—No lo he pensado, pero algo haremos.
—¿Te sientes una reina eterna de las mañanas?
—Espero que no sea eterna. Solo tengo palabras de agradecimiento. ¡Quince años en televisión es mucho!
—¿Cómo vives tu primer verano de mujer separada?
—Lo llevo muy bien, estoy disfrutando de mi libertad. Tengo muy buena relación con mi exmarido.
—Cuando trascendió la noticia dijiste que solo os dabais un tiempo y que no era una ruptura definitiva… ¿Ahora lo es?
—Sí, ya es definitiva y ha sido meditada por ambas partes. Lo importante es que lo llevamos muy bien los dos... ¡y los niños también!
—¿Dónde te vas de vacaciones?
—Mucho mar de momento, ha sido un año difícil porque, por la pandemia, me he podido mover poco, así que ahora lo he suplido con las islas y con mi tierra, en la Costa Brava.
—Por fuera te ves muy bien, ¿pero cómo estás por dentro?
—¡Coincide! Estoy muy bien y veo que todo mi entorno está perfecto también.
—Por último, ¿estás abierta al amor?
—De momento, estoy centrada en vivir mi libertad que he estado muchos años casada [Risas].