Cuando Alex Rodríguez se retiró de los campos en 2016 lo hizo convertido el jugador de béisbol mejor pagado de la historia con una fortuna estimada de 420 millones de dólares. Esta cantidad, ganada solo con sus contratos deportivos en los equipos en los que ha militados, se ve multiplicada a la enésima potencia gracias a su avispado talento para los negocios. Nacido en Nueva York de padres dominicanos hace cuarenta y seis años, inició su carrera en el deporte rey estadounidense con los Seattle Mariners, con quienes firmó un acuerdo récord de diez años y 252 millones de dólares, debutando el 8 de julio de 1994. Solo jugaría siete temporadas antes de que su contrato fuera absorbido por los Texas Rangers, donde no dejó de brillar. Después de tres años y tras haber logrado su primer MVP (Most Valuable Player), recibió la gran oferta de los Yankees, el todopoderoso equipo neoyorquino con el que se convertiría en una estrella durante las siguientes doce temporadas. Con los ‘bombarderos del Bronx’ firmó el segundo contrato record de su carrera: 275 millones. Alcanzó por fin la victoria en las series mundiales (2009) y logró dos nuevos MVP de la Liga Americana, esta vez como tercera base tras debutar en el béisbol como campocorto.
En sus 22 temporadas en las Grandes Ligas, A-Rod tuvo un promedio de bateo de .295, sumó 696 home runs, impulsó más de 2.000 carreras y anotó otras tantas, además de lograr más de 3.000 hits y robar más de 300 bases. Ningún jugador en la historia de la MLB tiene unos números tan consistentes. Por eso el exnovio de Jennifer López tiene un puesto entre las leyendas del deporte. Pero además de triunfar en el deporte, como decíamos, logró dar el salto al mundo de los negocios y la televisión con un éxito poco usual entre sus compañeros de profesión. Ingresos televisivos, publicitarios y contratos aparte, que le suman una inmensa fortuna, Rodríguez ha construido un imperio con su nombre, A-Rod Corp., asesorado por su amigo y mentor Warren Buffet. La creó en 2003 y hoy emplea a más de 500 personas, con inversiones en el campo inmobiliario (administra más de 21 mil apartamentos a lo largo y ancho de Estados Unidos), el deporte (como su cadena de gimnasios), entretenimiento y empresas de servicios (como hospitales) y tecnología. Además de mansiones, una colección de coches de lujo o su jet privado personalizado con las inscripción A-Rod en la cola, parte de sus inmensos ingresos el ex jugador los revierte en su impresionante colección de arte. En las paredes de su mansión de Miami cuelgan varios Basquiat, uno de ellos en la cocina, además de obras de Keith Haring y Andy Warhol. “Vengo desde muy abajo”, dijo en una ocasión Rodríguez, a cuya familia solían echar de los apartamentos cuando no podían pagar el alquiler. “Recuerdo que, de niño, me ponía de rodillas y rezaba para que llegara el día en que yo pudiera intercambiar mi lugar con el dueño”.
Recientemente el exdeportista ha invertido 1.500 millones de dólares en adquirir el equipo de la NBA Minnesota Timberwolves junto a su socio Marc Lore, expresidente de Walmart U.S. Commerce.
Durante su noviazgo de cuatro años con Jennifer López, que ya de por sí había creado su propia fortuna, asesoró a la diva del Bronx en sus inversiones, convirtiéndose así en la latina más influyente de todos los tiempos en la industria del entretenimiento, según manifestaba ella misma en una entrevista en Forbes. “Alex me hizo darme cuenta que, como artista, yo era un activo escaso y el mundo de los negocios buscaba personas como nosotros para que pudieran construir negocios de miles de millones de dólares. Me hizo sentir cómoda invirtiendo mi propio dinero en otras empresas y en mí misma”. Y así se animó a lanzar su línea de cuidado de la piel, JLo Beauty (una inversión conjunta de ambos).
Como pareja emprendieron una carrera conjunta en los negocios y construyeron un imperio en tiempo récord, que ahora han tenido que repartirse tras la ruptura. Además de adquirir numerosas propiedades –un apartamento de quince millones en Nueva York, una casa en Malibú por seis, y una espectacular mansión en Miami-, la cantante llegó a participar activamente en algunas de las iniciativas empresariales de su novio e invirtieron en otras nuevas como numerosas startups. Dos de las primeras empresas de tecnología, en las que invirtieron juntos fueron la compañía de seguros Oscar Health y la startup Hims & Hers Partners, en cuyos anuncios aparecía ella. De acuerdo con Forbes, A-Rod puso 5 millones en esta última, por una participación que ahora valdría casi 13.
La publicidad en pareja se convirtió, además, en una fuente de ingresos incalculable para ellos. Del máximo glamour a la mayor naturalidad en sus anuncios, ya sea recomendando gafas de sol, productos para cuidar el cabello o una mascarilla facial. En el comunicado conjunto que lanzaron el pasado abril para anunciar su ruptura, aseguraban que continuarían “trabajando juntos y apoyándonos mutuamente en nuestros negocios y proyectos compartidos”. Pasadas sus vacaciones de verano, ambos por separado, en el mismo lugar que habían planeado, el Mediterráneo, en una ‘guerra’ de yates, lujo y nuevas parejas (ella con Ben Affleck y él con un grupo de amigos entre los que se encontraba la presentadora y periodista Melanie Collins, una presencia que ha hecho saltar todas las alarmas), ya veremos si el futuro de la expareja no pasa por hacer borrón y… cuentas nuevas.