El estilo de Lady Gaga había cambiado en los últimos tiempos. Aunque los looks de la cantante siempre se han movido entre la extravagancia de los diseños alternativos y la alta costura, la pandemia también influyó en su armario. La ropa cómoda e informal parecía haberse adueñado del vestidor de la artista de Bad romance, pero sus últimas imágenes en Nueva York, donde dio dos conciertos junto a Tony Bennett por su noventa y cinco cumpleaños, nos ha devuelto al origen.
Lady Gaga vuelve a subirse a sus tacones fetiche, unos botines extremos, no aptos para todo el mundo, de 23 centímetros de altura. Los combinó con un ajustado vestido negro con plumas que se abrían en forma de alas. Y de las alturas en la ciudad de los rascacielos la cantante pasó a las deportivas en la costa opuesta. Del este al oeste y de las plataformas a las zapatillas de tenis para convertirse, en la cancha, en la mejor alumna de su novio, Michael Polansky, con quien celebrará dos años de amor a finales de año.